El Popol Vuh es considerado la Biblia de los Mayas-Quichés, procedente de la tradición oral de esta civilización, es un registro rico en mitología e historia que se considera a la altura de grandes joyas de la literatura como el Ramayana hindú o la Ilíada y la Odisea griega.
Continua leyendo este articulo y conoce todo sobre esta obra, que se considera una declaración sobre la naturaleza del mundo y el papel del hombre en él.
¿Qué es el Popol Vuh?
El Popol Vuh, es un documento maya, rico en mitología antigua y cultura, fue escrito en k’iche ‘, la lengua de estos pueblos. Su autor o autores narraron en sus páginas la creación de la humanidad y las acciones y decisiones de los dioses.
También relatan el origen y la historia de los k’iches, además de la cronología de sus reyes hasta el año 1550.
Básicamente, el Popol Vuh es el relato de la historia de la creación según el pueblo Maya nativo del altiplano de Guatemala, conocidos como Quiche o k’iche’.
Significado
El Popol Vuh es conocido como El libro del Concilio, El Libro del Pueblo o el Libro de la Estera.
El termino Popol se traduce como reunión, comunidad o junta. La palabra Vuh significa libro o papel.
El texto de la obra
La obra del Popol Vuh se puede calificar como el libro de la comunidad maya del altiplano, la escritura antigua o eventos y sucesos del pueblo quiche.
https://www.youtube.com/watch?v=xNz76_4bbQU
La narración posee un estilo que tiene rasgos destacados del pensamiento y la expresión de este pueblo. Por ejemplo, la repetición de lo ya enunciado, la utilización del epíteto (adjetivo), el elato de leyendas, mitos y la historia de este pueblo. (Ver articulo: El Ave Fénix)
Sin embargo muchos consideran que la versión en castellano que se conoce está influenciada por el cristianismo, ya que aquellos que incluyeron los caracteres latinos, eran indios que habían sido convertidos a esa religión.
Este texto tiene mucha similitud con el génesis, pues se relatan y desarrollan los mitos mayas sobre cómo y por quien fue creado el universo y el hombre. Por esta razón muchos le consideran el génesis de la cultura indígena americana.
Explica según la visión de los nativos quiches la procedencia de su comunidad, la existencia de Tepeu y Gucumatz, el creador y el formador, el corazón del cielo conocido como Huracán o la tercera divinidad que combina las dos primeras.
Luego todo el proceso del poblamiento de las tierras de su nación con la participación de seres divinos y sobrenaturales, gigantes, hombres y mujeres.
Hasta que las tribus fueron establecidas y separadas predominando las más fuertes sobre las demás, hasta la aparición de los conquistadores españoles en tierras americanas.
La mitología y visión de los mayas creía en un mundo con forma de pirámide truncada, similar a la forma en que realizaban sus templos.
La parte superior era un cuadrilátero que representaba el cielo, la zona intermedia era la superficie de la tierra y la parte inferior es Xibalbá o el mundo de los muertos. Su concepción del universo solo abarca su entorno en América Central.
Esta obra maya describía la historia de los orígenes y las creencias religiosas de su gente con imágenes, figuras y personajes que podían significar muchas cosas, casi todo lo que deseaban.
Bartholome de las Casas, sacerdote que simpatizaban con los libros y expresiones artísticas mayas y que lamentaron la destrucción de muchas de ellas, describía los libros mayas que pudo observar como obras llenas de astucia y sutileza.
Su forma de plasmar a través de figuras ofrece ventajas que la escritura nuestra no tenían, pues sus imágenes permitían escribir todo lo que ellos deseaban, siendo el único pueblo del Nuevo Mundo con un sistema de escritura semejante para el tiempo de la conquista y colonia española.
Todos estos libros existentes hacia 1540, época en que se indica que Bartholome de Las Casas los vio, habían sido ocultos de los misioneros cristianos y su fanatismo religioso. Pero todo indica que al final fueron encontrados y destruidos.
Semejantes acciones acabaron con piezas invaluables, ricas en cultura y tradición de los pueblos originarios del continente, se cree que la gran mayoría desapareció en los fuegos del cristianismo, pues si existe alguno aun, no han revelado su existencia.
Imágenes del Popol Vuh
Siendo el Popol Vuh el texto maya quiche más importante que hasta el momento existe y distinguiéndose sobre todo el contenido histórico, mitológico y sus características y cualidades literarias.
Además de haber sido traducido al español, inglés, francés, italiano, portugués, ruso, japonés, alemán, árabe, sueco, polaco, portugués, húngaro y al maya-q’eqchi; es de imaginarse que existen cientos de ilustraciones e imágenes relacionadas a cada uno de sus capítulos.
Entre las más conocidas encontramos las elaboradas por Diego Rivera en el año 1931. El artista las realizó para dibujar la traducción del Popol Vuh al inglés, que llevaba a cabo John Weatherwax.
Weatherwax solicito al pintor mexicano las acuarelas, pero no llegaron a publicarse. Sin embargo, el Fondo de Cultura Económica llevo a cabo una edición especial con esas conocidas láminas.
Origen e historia
El Popol Vuh fue escrito por un autor o autores pertenecientes al pueblo Maya ubicado en la zona de Guatemala, entre los años 1554 y 1558, esto basados en los escritos y textos del libro donde su escritor especifica las migraciones, las genealogías y asentamientos.
Se deduce que para la época en que fue escrito la intolerancia y el ataque a las creencias y prácticas de esta civilización eran cada vez más severos y reiterativos por parte de los colonos españoles, que deseaban imponer el cristianismo.
La práctica de la religión fue duramente reprimida en las comunidades de los quichés y en otras zonas, por lo que se presume que el desconocido autor del Popol Vuh decidió recopilar y recoger los mitos de su gente, antes de que estos se perdieran.
Los quiches se refirieron a esta obra como un Ilb’al o un instrumento de la vista y era llamado El Libro de la Estera, pues las personas se sentaban en esteras tejidas para escuchar el relato en la casa del consejo.
Esta obra relata cómo fue la creación del mundo según los quiches, además las aventuras y hazañas de los gemelos Hunahpu y Xbalanque en el inframundo, su victoria sobre los Señores de la Muerte, la creación de la raza humana y el relato de la migración y el asentamiento de la tribu hasta que fueron conquistados por los españoles.
Muchas obras mayas desaparecieron, gran parte fueron quemadas en el siglo XVI, por el obispo español Diego de Landa, sobre todo de los mayas de Yucatán en la ciudad de Mani hacia 1562.
Sin embargo, como no su jurisdicción no abarcaba la región sur del quiché, esta increíble obra conocida como el Popol Vuh se mantuvo a salvo.
De Landa solo en Mani quemó más de cuarenta libros, dejando registro de tal acto y afirmando que se habían encontrado una gran cantidad de libros, que solo contenían supersticiones y mentiras del diablo, razón por la que todos fueron quemamos, generando malestar, aflicción en los mayas, que lo lamentaron de forma asombrosa.
Según relatos los mayas que habían confiado en el obispo español, le enseñaron de forma voluntaria sus libros, un honor que no era concedido a cualquiera, aunque fueran misioneros cristianos.
Este sin embargo dando muy poco valor a esto, quemó en una noche más de cuarenta obras mayas, miles de estatuas y pinturas.
Posteriormente entre los años 1701 y 1703, el fraile Francisco Ximénez quien se desempeñaba como párroco de Santo Tomas Chuilá, población llamada actualmente Chichicastenango, en Guatemala, tuvo en sus manos la obra y realizó la primera y única copia sobreviviente de este texto en quiche, añadiendo una traducción al español.
Se dice que Francisco Ximénes elaboró dos versiones, la primera era literal y parece no haberle gustado del todo. La segunda era más trabajada y pulida, incluyendo La crónica de la provencia de Chipa y Guatemala».
La orden dominicana mantuvo este trabajo resguardado hasta después de la independencia de Guatemala, pero al comenzar las reformas liberales que obligaron el cierre de todos los monasterios hacia 1830, este fue adquirido por la biblioteca de la Universidad de San Carlos (Guatemala).
Tanto Carl Scherzer un médico de origen austriaco, como Charles Etienne Brasseur de Bourbourg, sacerdote francés, tuvieron el privilegio de verlo allí en 1854.
Hacia 1857, Carl Scherzer con el patrocinio de los Habsburgo en Viena (miembro del linaje que gobernó en España en la época de la conquista del reino Quiché publicó la traducción al español de Ximénez.
Por otro lado, en 1861 Brasseur publicó en Paris (Francia) el texto en quiche, acompañado de una traducción al francés.
El manuscrito que Brasseur sacó de Guatemala, regreso eventualmente a través del Atlántico desde tierras europeas, para formar parte de la colección de la Biblioteca Newberry en la ciudad de Chicago, hacia 1911. (Ver articulo: Centella Ndoki)
De los mayas de Yucatán existen en la actualidad:
- Los códices de Dresde, Madrid y París, sus nombres se deben a las ciudades en las que fueron recibidas.
- El Chilam Balam
De la cultura maya quiche, solo sobrevive el Popol Vuh como reflejo de las creencias y practicas de esta civilización.
Argumento del Popol Vuh
El Popol Vuh es básicamente la versión maya de la creación del mundo, empleando su mitología. Incluye además el relato de las aventuras y triunfos de los dioses Hunahpú y Xbalanqué, en tiempos previos a la creación de los humanos.
Relatan los orígenes de los linajes que gobernaron el reino quiché, la migración al altiplano de Guatemala, la conquista de ese territorio, la fundación de la ciudad principal y todo lo relacionado con los reyes que la gobernaron hasta la conquista de los españoles.
Características
Este valioso trabajo es considerado una joya de la literatura. Algunas de sus características principales son:
- Está dividido en un preámbulo y cuatro partes.
- La presencia de mitos cosmogónicos o aquellos que intentan explicar cómo fue creado el mundo.
- Se describe la creación del hombre, considerando este hecho la razón de ser de la creación.
- Una concepción politeísta, es decir la creencia en muchos dioses.
- Esta escrito con un lenguaje sencillo, solemne y descriptivo.
- Es un relato objetivo donde se presentan diferentes hechos relevantes, sin ser criticados por el escritor.
- Persiste el heroísmo como característica de sus personajes principales.
- Narra hechos de trascendencia histórica, importantes para un pueblo. Su género es épico y subgénero epopeya.
- Es una de las más importantes representaciones de la Literatura Latinoamericana, particularmente de la cultural de la civilización indígena maya. Teniendo un valor incalculable por toda la información y los conocimientos del mundo maya que el autor plasmó en ella.
- Tiene tres temas principales: creación, mitología y genealogía.
Personajes
En este interesante libro maya, existen una diversidad de personajes que intervienen en las diferentes partes del Popol Vuh, que podrían considerarse como seres mitológicos para la cultura maya, y que son los detallados a continuación:
Tepeu
Nombre quiche que significa Soberano, es un Dios del cielo, descrito como fuerte, sabio y poderoso. Participó en la creación del mundo y la raza humana
Gucumatz
Junto a Tepeu se considera el Dios creador, enseñó a los hombres la existencia del fuego y dio vida a los seres del agua. Su nombre se traduce como Serpiente Emplumada.
Hurakan
Uno de los dioses creadores, considerado el señor del fuego, el viento y las tormentas. Representado por un ser con rasgos de reptil, cola de serpiente, sobre su cabeza una corona y portador de algo parecido a una antorcha. (Ver articulo: Aquiles)
Balam Quitzé
Conocido también como B’alam Quitzé, Balam Kitzé o Balam Ketzé, su nombre se traduce como “jaguar que ríe”. Según la mitología maya fue el primer ser humano creado con los granos del maíz y se considera el protector de los campos y las cosechas.
Lo describen como inteligente, fuerte y agradecido. Este primer hombre personifica al Sol o elemento fuego.
Balam Agab
Llamado también B’alam Agab, fue el segundo hombre creado del maíz según la mitología maya. Su nombre significa “el jaguar de la noche” o “jaguar nocturno”. Representa al elemento tierra.
Mahucutah
Es el tercer hombre del maíz y su nombre significa “el que está sentado”, se asocia con la luna y al elemento agua.
Iqui Balam
También llamado Ik’i B’alam o Ikí Balam, se conoce como “jaguar negro” o “el jaguar de la luna”. Este cuarto hombre hecho a partir del maíz, lo asocian al elemento aire.
Tojil
Tojil o Tohil es el Dios principal, patrono de los Quiches. Está asociado al fuego, al sol, la lluvia y las montañas. También se vincula con las divinidades de la guerra y los sacrificios.
Hunanpú
Su nombre se traduce como “cerbatanero” o “el que usa la cerbatana”, es el hermano gemelo de Ixbalanqué, hijo de Ixquic y el dios Hun-Hunahpú. Enfrentó junto con su hermano a los Señores de Xibalbá.
Ixbalanque
El gemelo de Hunahpú, es conocido como el Joven Sol Jaguar. Lucho junto a su hermano en contra de los Señores de Xibalbá con sus cerbatanas únicamente. (Ver articulo: Shango)
Ixquic
Joven doncella que fue madre de los gemelos Hunanpú e Ixbalanque. Hija de Cuchumaquic, era virgen y pura, concibió debido al poder de los espíritus de los Ahpú o Magos.
Hunbatz
Hijo de Hun-Hunahpú e Ixbaquiyalo, hermano de los gemelos Hunanpú e Ixbalanque. Poseía gran sabiduría y el poder de la adivinación, además fue instruido en muchas artes y oficios, pero en el había mucha maldad y envidia. Se conoce como Maestro-Simio
Hunchouén
Hermano de Hunbatz, ambos hijos de los mismos padres. También fue instruido como flautista, cantor, tirador con cerbatana, pintor, escultor, joyero, entre otras cosas. Sin embargo, también era malo y envidioso. Llamado Maestro-Mono.
Ixbaquiyalo
Fue la primera esposa de Hun-Hunahpú y madre de sus dos primeros hijos, también varones llamados Hunbatz y Hunchouen.
Vucub Caquix
Conocido como Siete Guacamayo o Wuqüb’ Kaqix, el nombre de la Osa. Vivía en la época de la Eterna Noche, decía ser el Dios del Sol.
Zipzcná
Era hijo de Vucub Caquix y Chimalmat, decía que era el hombre más fuerte del mundo, muy arrogante y violento. Lo representaban como un caimán gigante y se hacía llamar el creador de las montañas.
Caprakán
Cabrakán o Cab racan, era hijo de Vucub Caquix y Chimalmat, es hermano de Zipacná. Era al igual que sus demás parientes agresivo, llamado por muchos como demonio.
Señores de Xibalbá
Personajes que poseen carácter maligno y rigen el inframundo. Los gobernaban dos Señores o Dioses de Xibalbá, conocidos como Vucub-Camé y Hun-Camé. Los diferentes Señores son:
- Hun-Camé y Vucub-Camé: jueces superiores y gobernantes del inframundo, le indicaban al resto sus funciones.
- Xiquiripat y Chuchumaquic: eran despiadados, encargados de derramar sangre humana.
- Ahalpuh y Ahalcaná: producían en las personas el padecimiento conocido como chuganal, mal que hinchaba a los hombres, le hacía supurar las piernas y les teñían la piel de amarillo.
- Chamiabac y Chamiaholom: alguaciles de Xibalbá, adelgazaban a los seres humanos hasta que se reducían a los huesos solamente.
- Ahaltocob y Ahalmez: su trabajo era causar desgracias a los hombres que retornaban a sus hogares.
- Quicxic y Patán: asesinaban a quienes transitaban los caminos, estrujando el pecho y la garganta de la víctima hasta que vomitaban sangre.
- Quicré
- Quicrixcac
Xulú y Pacam
Los sabios y adivinos, considerados profetas.
Los búhos
Mensajeros del Reino de Xibalbá, representan la ley de la causa y el efecto. (Ver articulo: Elegua)
La Estructura del Popol Vuh
Esta magnífica obra de los mayas quiche se divide en: preámbulo y cuatro partes o libros.
Las partes del Popol Vuh son:
- Creación del mundo a partir de la nada o el vacío cósmico. Además de los diferentes intentos que resultaron malos por parte de los dioses para crear humanos.
- Las victorias heroicas de los Gemelos en contra del Señor de todos los dioses y sus hijos.
- El triunfo de los Gemelos contra los Señores de Xibalbá.
- El origen de los humanos a partir de los granos de maíz. El surgimiento del pueblo Quiche y sus linajes reales.
Aunque se indica que el trabajo original del Popol Vuh era un poema largo que no tenía divisiones entre las historias y temas, fue a partir de 1861 cuando apareció una edición organizada de esta manera.
Charles-Étienne Brasseur de Bourbour fue un escritor, etnógrafo e historiador de origen francés, que organizo el contenido del Popol Vuh por primera vez.
Esta forma de presentarlo fue copiada casi en su totalidad por todas las ediciones posteriores, quedando dividida la obra como inicialmente se reseñó.
Ubicación en el tiempo
El Popol Vuh lo conforman cuatro partes o libros que cuenta desde la creación del Universo y del ser humano, abarcando ademas las historia, tradiciones y linajes reales de los pueblos quichés hasta el año 1550.
Fragmentos de los cuatro libros
El Popol Vuh se separa como ya se indico anteriormente en un corto preámbulo y cuatro libros o partes, en la primera se relata la forma en que los dioses dieron vida al mundo y los hombres.
La segunda cuenta sobre el nacimiento y la vida de Hunahpú y Xibalanqué, los gemelos héroes. La tercera reseña el mito de la creación de los primeros hombres hechos de maíz y como servían y veneraban a los cuatro dioses que les dieron vida.
La cuarta parte relata la formación de las tribus quichés, los linajes reales y sus tratos y relaciones con otros pueblos.
Preámbulo
El preámbulo es bastante breve y nos indica la intención del autor al escribir la obra, haciendo una pequeña presentación de los diferentes relatos que eran trasmitidos de forma oral de generación en generación por los indios quiche.
Además, indica que fue escrito en tiempo posterior a la conquista, ya obligados a regirse por el cristianismo y con la gran posibilidad de perder todas sus prácticas e historia. (Ver articulo: Símbolos del budismo)
Existe en el preámbulo una frase donde el autor indica que existía el libro original, escrito en la antigüedad, estando oculto a la vista del investigador y el pensador, lo que deja en discusión el hecho de que exista una obra previa al Popol Vuh,
El manuscrito que existe hasta el momento no tiene algún tipo de brecha en la narrativa, pero como realmente no hay algún registro de la obra original, entonces no hay evidencia de si esta completa o se omitió algún detalle.
Partes o libros: resumen
Luego del preámbulo el autor inicia el relato relacionado con la creación, ascendencia, historia y cosmología, que plasman la visión y creencias mayas quiches.
Primera parte: creación del mundo y los animales
La primera parte del Popol Vuh encontramos principalmente el relato de la creación. Los dioses crean el mundo y lo que hay en él, los valles, las montañas y todas las especies vivas, plantas y animales. Consta de nueve capítulos.
Capítulo I
Describen como era el universo sin ningún ser viviente, no había nadie ni nada. El mar y el cielo estaban en calma y desprovisto de seres que le habitaran. Todo se mantenía inmóvil y en silencio en una noche constante.
Estando en el agua, los dioses creadores y formadores, los padres de todo Tepeú y Gucumatz, hablaron, consultaron y meditaron, juntando su sabiduría, palabras y pensamientos, decidieron el nacimiento de la vida de todas las especies y del hombre.
Dijeron tierra y esta instantáneamente se creó, semejante a la neblina, se produjo una polvareda y aparecieron el agua y las montañas que crecieron inmediatamente.
Los tres que conforman el Corazón del Cielo se conocen como Caculhá-Huracán, Chipi-Caculhá y Raxá-Caculhá.
Capitulo II
El Gran Padre y la Gran Madre crearon a todos los seres, desde los animales de menor tamaño que habitaban los montes, los pájaros pequeños y las aves mayores, hasta los guardianes de los bosques y los genios de las grandes montañas.
Al terminar su obra los creadores les pidieron a los seres vivos que invocaran a sus dioses en sus lenguas y formas de hablar, cada uno según su especie: «Decid, pues, nuestros nombres, alabarnos a nosotros, vuestra madre, vuestro padre».
Pero esto resultó imposible, los seres creados hasta el momento no podían pronunciar e invocar sus nombres, sólo chillaban, cacareaban y graznaban. (Ver articulo: Olokum)
Entonces los dioses decidieron que los animales sobre la tierra serian un sacrifio para el consumo.
Luego intentaron crear al hombre empleando tierra, pero se percataron que estos no podrían multiplicarse y la descartaron.
Decidieron hacerlos utilizando madera y estos seres hablaban y se movían, pero carecían de sentimientos.
Capitulo III: Los hombres de madera
Estos hombres aun cuando hablaban, se movían y se multiplicaban, eran carentes de sentimientos.
Hechos en madera eran tan duros como ella, no pensaron nunca en sus padres y esto enojó a los dioses.
Oscurecieron la faz de la tierra, comenzó una lluvia negra de noche y de día y la tierra se inundó.
Los animales de todos los tamaños creados por los dioses, que fueron dañados y maltratados por los hombres les buscaron para atacarlos y comérselos.
«Llegaron entonces los animales pequeños, los animales grandes, y los palos y las piedras les golpearon las caras. Y se pusieron todos a hablar; sus tinajas, sus comales, sus platos, sus ollas, sus perros, sus piedras de moler, todos se levantaron y les golpearon las caras».
Estos primeros seres fueron eliminados y su descendencia son los monos que viven en los bosques, quedando como prueba de hombres que eran de palo.
Capitulo IV: Vucub-Caquix
En ese entonces aún no había sol, solo una leve claridad iluminaba la tierra. En esta época existía un hombre orgulloso llamado Vucub-Caquix, que decía ser la luz de la luna y el sol.
Exclamaba: «Yo seré grande ahora sobre todos los seres creados y formados. Yo soy el sol, soy la claridad, la luna. Grande es mi esplendor».
Orgulloso se dedicó a contar sobre su gran esplendor y a vanagloriarse de sus posesiones y riquezas, pero solo decía falsedades.
Capítulo V
Relata el inicio de la ruina y decadencia de Vucub-Caquix, que con su mala actitud y mentiras hizo disgustar a los gemelos Hunahpú e Ixbalanqué, que eran Dioses verdaderos, planificaron acertarle con su cerbatana cuando éste estuviera comiendo.
De esta forma le causarían una enfermedad y así dejaría de regodearse por todas sus riquezas, alhajas y piedras.
No obstante, Vucub-Caquix tenía dos hijos que tenían su misma mala actitud. El primero llamado Zipacná afirmaba haber hecho la tierra. El segundo, Cabracán decía con orgullo que el sacudía el cielo y la tierra. Cosa que no agradaba a los gemelos.
Capítulo VI
En este capítulo los gemelos llevan a cabo su plan y se cuenta la muerte de Vucub-Caquix, quien como según su costumbre trepó a su árbol de nance (fruta amarilla redonda y pequeña) para comer.
Aprovechando la ocasión, los dos hermanos gemelos hirieron a Vucub-Caquix con un tiro de cerbatana en la quijada.
Cuando éste yacía en el piso, Hun-Hunahpú se le acercó para apoderarse del herido, pero este le arrancó el brazo.
Vucub-Caquix se fue a su casa con el brazo del gemelo y estos meditaron que hacer para recuperarlo. Decidieron entonces hablar con dos ancianos de edad muy avanzada, el viejo llamado Zaqui-Nim-Ac y la vieja Zaqui-Nimá-Tziís.
Los hermanos solicitaron a los ancianos que les acompañaran para buscar el brazo en la casa de Vucub-Caquix y estos aceptaron.
Llegaron a la casa del herido, que sufría por el daño a su quijada y dientes, ofrecieron curarlo y él aceptó.
Después de un poco de resistencia por parte del lesionado, le sacaron los dientes y colocaron granos de maíz para sustituirlos, además le rasgaron los ojos y le despojaron de todo, muriendo entonces Vucub-Caquix.
Los gemelos tomaron el brazo y los ancianos lo colocaron en su lugar, quedando en perfecto estado. Los hermanos Hunahpú e Ixbálanqué se marcharon habiendo logrado su objetivo.
Capítulo VII: Zipacná
Este capítulo narra algunos hechos referidos a Zipacná, el primer hijo de Vucub-Caquix que decía ser el creador de las montañas.
Zipacná se daba un baño a las riveras de un río cuando vio a cuatrocientos jóvenes tratando de cargar un gran tronco, que serviría de base para su casa. (Ver articulo: La mano de Orula)
Este ofreció ayudarles a llevar esta pesada carga y levantando el tronco sobre su hombro, el solo traslado la madera.
Asombrados por la fuerza de Zipacná, estos muchachos decidieron asesinarlo, pues representaba una amenaza. Le pidieron excavar un gran hoyo, pero el astuto heredero de Vucub-Caquix abrió otro hoyo que le permitiría escapar del peligro.
Poniéndose a salvo dentro del otro hoyo, gritó que fueran a sacarle y los cuatrocientos en vez de eso, le arrojaron un hoyo para aplastarlo.
Zipacná fingió su muerte y los jóvenes se fueron a celebrar hasta emborracharse. Cuando estos dormían por los efectos del alcohol, Zipacná dejó caer la casa sobre ellos y fallecieron todos.
Se dice que estas cuatrocientas víctimas, están entre las estrellas que en su honor se les llama Motz, aunque no se sabe si esto es del todo cierto.
Capitulo VIII
Los gemelos estaban disgustados y sus corazones afectados por el rencor, la muerte de los cuatrocientos jóvenes eran el motivo.
Zipacná solo se dedicaba a buscar alimento durante el día, generalmente pescados y cangrejos en los ríos y de noche se echaba las colinas a cuestas.
Hunahpú e Ixbalanqué los gemelos, elaboraron una figura similar a un cangrejo grande, que colocaron al fondo de un barranco y avisaron a Zipacná.
Este fue a cazarlo y estando en el fondo del barranco el cerro se derrumbó y cayó sobre él. Así pereció uno de los hijos de Vucub-Caquix.
Capitulo IX: Cabracán
Este capítulo cuenta que el segundo hijo de Vucub-Caquix llamado Cabracán, debía ser vencido por orden de Huracan. Era soberbio y lo que hacía sobre la tierra causaba disgusto, porque vivía solo para exaltar su gloria, grandeza y poder.
La orden fue dada a Hunahpú e Ixbalanqué: Llevadle con halagos allá donde nace el sol, les dijo Huracán a los dos jóvenes.
Encontraron a Cabracán derribando montañas al golpe de sus pies, y persuadiéndolo con la mentira de una gran montaña que dominaba los cerros donde enrojecía el cielo, le llevaron a donde Huracan ordenó.
Le enseñaron el camino y durante la caminata con su cerbatana cazaron algunos pájaros para asar, pero que untaron con tízatl o tizate (cemento natural usado por los antiguos Indígenas)
El olor de la carne de las aves tentó a Cabracán, quien comió un pájaro para luego reanudar la marcha.
Pero el tizate hizo su efecto, se le aflojaron las piernas y las manos, lo que permitió a los gemelos amarrarlo, arrojarlo al suelo y sepultarlo. Así fue derrotado Cabracán por Hunahpú e Ixbalanqué, y ya nadie derribó las montañas y cerros.
Segunda parte: Hunahpú e Ixbalanqué
Esta segunda parte se compone de catorce capítulos y hablan sobre la historia de Hunahpú e Ixbalanqué, los gemelos héroes que vencieron entre otros personajes a los señores del Infierno Xibalbá y que posteriormente se convirtieron en el sol y la luna.
Es una forma de narrar la lucha entre el bien y el mal, con elementos mágicos y tradicionales de los Mayas, haciendo del Popol Vuh una gran obra literaria.
Capítulo I
En este capitulo del Popol Vuh se relata una parte del origen de los gemelos, dejando gran parte de su nacimiento en secreto y contando algo sobre el origen de su padre.
El padre de los gemelos héroes se llamaba Hun- Hunahpu, hijo de Ixpiyacoc e Ixmucane. Esta pareja tuvo dos hijos varones: Hun- Hunahpu y Vucub-Hunapu.
Vucub- Hunapu no se casó y tampoco tuvo hijos. Pero su hermano Hun- Hunapu tomo por esposa a Ixbaquiyalo y tuvieron dos hijos: Hunbatz y Hunchouen, muy bien educados y de mucha sabiduría. Pero al morir Ixbaquiyalo, los niños quedaron al cuidado de Ixpiyacoc, la abuela paterna.
Hun- Hunapu y Vucub Hunapu eran buenos hermanos y mantenían buenas relaciones. Tenían afición por el juego de los dados y a la pelota. (Ver articulo: Hijos de Obatalá)
Un día jugando en el camino de Gibalbá, fueron escuchados por Hun-Camé y Vucub-Camé, señores de Xibalbá, el mundo subterráneo, lo que sería para el cristianismo el infierno.
Los señores de Xibalbá se molestaron por el ruido que los hermanos hacían al jugar a la pelota y llenos de furia, pues eran señores malvados, demonios que gustaban de las desgracias, la muerte y la sangre, se reunieron para decidir la mejor manera de castigarlos.
Llenos de envidia, deseaban también obtener las herramientas empleaban los hermanos cuando jugaban: máscaras, escudos, guantes, coronas y pecheras de cuero.
Capítulo II
Los señores de Xibalbá enviaron a los búhos mensajeros: Chabi-Tucur, Huracán-Tucur, Caquix-Tucur y Holom-Tucur, con una invitación para hacer ir a Hun-Hunahpú y Vucub-Hunahpú a su mundo.
“Dicen los Señores que vengáis. Que vengan aquí a jugar a la pelota con nosotros, para que con ellos se alegren nuestras caras, porque verdaderamente nos causan admiración. Así, pues, que vengan, dijeron los Señores. Y que traigan acá sus instrumentos de juego, sus anillos, sus guantes, y que traigan también sus pelotas de caucho”
Los hermanos Hun-Hunahpú y Vucub-Hunahpú se sorprendieron ante semejante pedido, se despidieron de su madre e hijos y acompañaron a los búhos mensajeros a Xibalbá. Antes de partir guardaron la pelota de caucho en un hueco del techo de la casa.
Siguieron a los búhos por el camino de Xibalbá donde aguardaban grandes riesgos, sin embargo, salieron airosos de todos. De las escaleras empinadas, del río que corría entre jícaros espinosos y el de sangre.
Sin embargo, las trampas de los Señores de Xibalbá fueron numerosas y crueles, causándole diversión y carcajadas, hasta que los sacrificaron y los enterraron en el Pucbal-Chah.
Antes de enterrar a los dos hermanos, le cortaron la cabeza a Hun-Hunahpú y ordenaron a los sirvientes:
“Llevad la cabeza y ponedla en aquel árbol que está sembrado en el camino, dijeron Hun-Camé y VucubCamé.
Y habiendo ido a poner la cabeza en el árbol, al punto se cubrió de frutas este árbol que jamás había fructificado antes de que pusieran entre sus ramas la cabeza de Hun-Hunahpú. Y a esta jicara la llamamos hoy la cabeza de Hun-Hunahpú, que así se dice.”
Los frutos eran tan abundantes que la cabeza de Hun-Hunahpú no se distinguía, su apariencia era igual a ellos y los señores del inframundo no daban con ella. Entonces por su naturaleza sobre natural la orden fue que nadie se acercara al jícaro, y mucho menos tomara de sus frutos.
Sin embargo la historia fue escuchada por una muchacha que decidió ir a verlo con sus propios ojos.
Capítulo III
En este se relata la historia de la doncella de nombre Ixquic que decidió ir a ver los famosos y sobrenaturales frutos.
Ixquic era hija de uno de los señores de Xibalbá, Cuchamaquic. Este contó la historia de los frutos del famoso árbol y su hija admirada e intrigada, pensó en lo deliciosas que debían ser.
La joven doncella se aventuró a Puchal- Cha y al ver el árbol, su deseo por comer los frutos se acrecentó.
Sin embargo una cabeza que estaba colgando entre ellos le dijo, que aquello que tanto deseaba comer no eran frutas, si no cabezas.
¿Todavía los deseas comer? Pregunto. La chica respondió igualmente que sí. Entonces Hum-Hunapú pidiendo que extendiera su mano derecha escupió saliva sobre ella.
La cabeza le dijo que en su saliva le daba su descendencia y que podía subir a la superficie de la tierra, sin morir. Ixquic quedo embarazada, tendría dos hijos a los que llamó Hunahpu e Ixbalanqué. (Ver articulo: Zarabanda en Palo Mayombe)
Pasados algunos meses su padre advirtió el embarazo y le pidió que dijera el nombre de quien la deshonró. Pero ella respondió que no conocía a ningún hombre.
La respuesta indignó al señor y este llamando a los búhos les entregó un cuchillo para que la sacrificaran, y una jícara para que trajeran como prueba su corazón.
La joven Ixquic convenció a los mensajeros que no la sacrificaran, sin embargo, aún estaba pendiente el corazón que debían llevar en la jícara.
Ixquic les hizo recoger el producto de un árbol:
“Recoged el producto de este árbol, dijo la doncella. El jugo rojo brotó del árbol, cayó en la jicara y en seguida se hizo una bola resplandeciente que tomó la forma de un corazón hecho con la savia que corría de aquel árbol encarnado”
Los búhos llevaron la jícara a los Señores de Xibalbá que los estaban esperando. Tomaron el contenido de la jícara y arrojándolo al fuego, se sintieron agradados con el aroma de la sangre.
Engañados los señores que aún se deleitaban con el olor, se marcharon los búhos mensajeros, volando desde el abismo hasta la tierra, para ahora ser los servidores de la doncella Ixquic, la mujer que engaño a los señores Xibalbá y los derrotó.
Capítulo IV
Este capítulo relata el encuentro de Ixquic y la madre Hun-Hunapu, producido en la casa de la anciana.
Al presentarse como su nuera, la madre de Hun-Hunahpú y Vucub-Hunahpú la insulto y la echó de su casa, pues estaba segura que sus hijos habían muerto en manos de los Señores de Xibalbá.
Los primeros hijos de Hun-Hunahpú, Hunbatz y Hunchouén que solo se dedicaban a tocar la flauta, cantar, pintar y esculpir siendo la compañía de la anciana abuela, se enfurecieron pues no eran los únicos descendientes de Hun-Hunahpú.
Ixquic le dio todas las explicaciones que podía ofrecer, sin embargo la anciana la trataba de embustera y deshonesta. Al final, sin ninguna alegría le ordenó que si era su nuera debía ir al campo y traer comida a la casa, para todos los que se debían alimentar.
Debía traer una red grande llena de mazorcas, pero al llegar al campo observo con angustia que solo había una planta y que no podría con eso llenar una red.
Invocando al Chahal de la comida y a las Diosas de la lluvia, de las mieses y del cacao, exclamó:
“¡Ixtoh, Ixcanü, Ixcacau! vosotras las que cocéis el maíz y tú Chahal, guardián de la comida de Hunbatz y Hunchouén!, dijo la muchacha.
Y a continuación cogió las barbas, los pelos rojos de la mazorca y los arrancó, sin cortar la mazorca. Luego los arregló en la red como mazorcas de maíz y la gran red se llenó completamente”
Los animales del campo llevaron la cargar de maíz hasta la casa. La anciana pregunto de donde obtuvo la red de maíz, si poseían una sola planta y corriendo a verificar se dio cuenta que esta seguía en el mismo lugar y en las mismas condiciones.
Al regresar a la casa la llamó y le dijo que haber encontrado la bolsa de maíz era una prueba de que realmente era su nuera, y vería la sabiduría de sus hijos.
Capítulo V
Cuenta el nacimiento de los gemelos Hunapú e Ixbalanqué en el monte. Ixquic estaba sola cuando dio a luz, su abuela no estuvo presente.
Cuando llevó los bebes recién nacidos a la casa de su suegra, lloraban mucho y no se dormían, así que la anciana exigió que los botaran afuera. Fueron colocados en un hormiguero y después sobre espinas, pero ambos pequeños sobrevivieron.
Los gemelos crecieron en el campo, siendo despreciados por sus hermanos que a pesar de ser sabios sentían odio y envidia, deseando la muerte de sus medios hermanos.
Hunapú e Ixbalanqué vivieron en el campo, cazando pájaros con la cerbatana para procurar alimento a su familia. Sin embargo, su abuela a ellos solo daba los restos que dejaban Hunbatz y Hunchouén.
Un día decidieron no cazar y llegaron sin pájaros a la casa. Su abuela les reclamó y ellos mintieron diciendo que los pájaros habían quedado en las ramas y no pudieron bajarlos porque el árbol era demasiado alto.
Alegaron no poder treparlo y solicitaron ayuda a sus hermanos mayores para bajarlos. La mañana siguiente salieron los cuatro jóvenes rumbo al bosque, en busca del árbol lleno de pájaros.
Al subir al árbol Hunbatz y Hunchouén, este mágicamente creció y su tronco se hinchó y ambos jóvenes no pudieron bajar.
Desesperados pidieron ayuda a los gemelos Hunapú e Ixbalanqué, estos le recomendaron que se ataran los calzones a la cintura dejando largas las puntas para poder andar con facilidad, pero al hacerlo se convirtieron en monos y desaparecieron en el bosque.
De regreso en la casa su abuela pensó que habían dañado a sus nietos y desconfiaba de la historia de los gemelos. Para probar que el relato era verdadero tocaron flauta y tambor entonando el Hunahpú-Qoy.
La música atrajo a Hunbatz y Hunchouén que se acercaron al patio de la casa para danzar. Pero la abuela viendo sus feas muecas de mono no pudo contener la risa y soltó una carcajada, espantando a sus nietos.
Los gemelos hicieron tres intentos más de traerlos con música, pero la abuela siempre los alejaba con su risa, entonces Hunbatz y Hunchouén, convertidos en animales desaparecieron en el bosque y jamás regresaron.
Así fueron castigados los dos sabios hermanos que cegados por la envidia y la rabia maltrataron a sus hermanos menores.
Capítulo VI
Los gemelos queriendo ser reconocidos y aceptados por su abuela y su madre, decidieron comenzar a trabajar en el campo, preparando el terreno para la siembra.
“Vamos a sembrar la milpa, abuela y madre nuestra, dijeron. No os aflijáis; aquí estamos nosotros, vuestros nietos, nosotros los que estamos en lugar de nuestros hermanos, dijeron Hunahpú e Ixbalanqué”.
Tomaron hachas, piochas y azadas de palo y por supuesto sus cerbatanas, marcharon así al campo. Comenzaron a quitar malezas y derribar árboles, pero repentinamente las herramientas comenzaron a hacer el trabajo solas.
Mientras los muchachos se distraían tirando con la cerbatana. No olvidaron ensuciarse con tierra y astillas para que abuela y madre creyeran que ellos habían hecho el duro trabajo.
Sin embargo, cuando retornaron al campo al día siguiente para proseguir con el trabajo, se dieron cuenta que estaba tal cual como en un principio. Había troncos y maleza por doquier, pero no había una explicación para esto. (Ver articulo: Ofrendas a Yemaya)
Algo había ocurrido y decidieron averiguar que fue, trabajaron de nuevo la tierra y esa noche permanecieron escondidos para investigar. A media noche pudieron observar como los animales reunidos, ordenaron en sus lenguas a las plantas crecer nuevamente.
Hunapú e Ixbalanqué quisieron capturar a los animales, pero estos huyeron y no se dejaron atrapar, algunos perdieron sus colas como el venado y el conejo, teniendo desde entonces colas cortas, pero el ratón no tuvo tanta suerte.
Los gemelos le capturaron, le apretaron y le quemaron la cola. El ratón les revelo que ni él debía morir en sus manos, ni ellos debían labrar el campo.
Les contó que su abuela escondía los implementos de juego de su padre y su tío, evitando dárselos porque fueron los causantes de la muerte de los mismos.
Llevaron el ratón a la casa e hicieron que tanto su abuela como su madre fueran a buscar agua al río, pero estando allá, un Xan enviado por los gemelos perforó el cántaro y ellas no sabían cómo mantener el agua para llevarla a casa.
El pequeño ratón corto las cuerdas que sujetaban la pelota, los guantes, el anillo y los cueros de jugar, que fueron recogidos y escondidos por los dos hermanos en el camino. Luego fueron a buscar a las mujeres al río porque aun trataban de recoger el agua.
Capítulo VII
En este capítulo los Señores de Xibalbá de nuevo se molestaron por el ruido que hacían Hunapú e Ixbalanqué que jugaban pelota bastante animados, en el lugar donde jugaba su padre.
“Y oyéndolos, los Señores de Xibalbá dijeron: – ¿Quiénes son esos que vuelven a jugar sobre nuestras cabezas y que nos molestan con el tropel que hacen? ¿Acaso no murieron Hun-Hunahpú y Vucub- Hunahpú, aquellos que se quisieron engrandecer ante nosotros? ¡Id a llamarlos al instante!”
Al escuchar que jugaban, los señores de Xibalbá enviaron a sus emisarios a darles un mensaje a aquellos que osaban perturbarlos.
Los mensajeros llegaron ante la abuela de los gemelos para indicarle que los Señores querían jugar a la pelota dentro de siete días. Debían llevar su pelota y el resto del equipo empleado para jugar.
La anciana recibió el mensaje y sumida en una gran tristeza envió el mensaje a sus nietos, pensando que correrían la misma suerte que sus hijos.
Les mandó el mensaje con un piojo que fue a dar en su falda. Lleva un mensaje a mis nietos indicó, debes decir que los Señores de Xibalbá los esperan para jugar a la pelota en siete días. Que lleven la pelota y los ornamentos.
El piojo que iba caminando fue interceptado por un sapo que le pregunto a donde iba, este relato su encomienda y el sapo le ofreció llevarlo más rápido. Permite que te trague y llegaremos más rápido, le indico. El piojo acepto el trato y dejó que el sapo lo tragara.
Este comenzó a caminar no muy rápido y fue interrumpido por una serpiente que le ofreció llevarlo más rápido. Así la culebra se tragó al sapo y andaba a más velocidad.
Pero fue cazada por el Vac, un gavilán que se la tragó entera. Al llegar el gavilán al lugar donde jugaban los hermanos, se posó en la cornisa y gritó: ¡Vac-có! ¡Vac-có! ¡Aquí está el gavilán!.
Los gemelos le dispararon con la cerbatana y le hirieron el ojo, cayendo de bruces al suelo. Le interrogaron, pero el ave se negó a responder hasta ser curada.
El gavilán fue atendido y entonces este les revelo que tenía en su vientre un mensaje para ellos y vomito a la serpiente, que a su vez vomito al sapo, pero este último no pudo vomitar al piojo, que fue rescatado de su boca por los hermanos.
El piojo dio el mensaje de la anciana y ambos muchachos se dispusieron a retornar al hogar para despedirse.
Llegaron a su casa Hunahpú e Ixbalanqué, para despedirse de su familia. Las mujeres lloraban con tristeza, pero ellos le respondieron:
“Nos vamos, abuela, solamente venimos a despedirnos. Pero ahí queda la señal que dejamos de nuestra suerte: cada uno de nosotros sembraremos una caña, en medio de nuestra casa la sembraremos: si se secan, esa será la señal de nuestra muerte.
¡Muertos son!, diréis, si llegan a secarse. Pero si retoñan: ¡Están vivos, diréis!, ¡oh abuela nuestra! Y vos, madre, no lloréis, que ahí os dejamos la señal de nuestra suerte, dijeron.”
Capítulo VIII
Los gemelos Hunapú e Ixbalanqué emprendieron su viaje hacia Xibalbá, con sus respectivas cerbatanas. El recorrido como era de esperarse fue tortuoso, pero salieron ilesos de todos los obstáculos.
Al llegar a la encrucijada de los cuatro caminos: el negro, el blanco, el rojo y el verde. Decidieron enviar a un mosquito a través del camino negro y le ordenaron picar al primer hombre que encontrara y picar a todos los demás uno por uno.
El mosquito recorrió el camino hasta que llegó a Xibalbá. Cuando picó al primer hombre se dio cuenta que era de madera porque no emitió una queja y así sucedió con el siguiente.
Cuando picó al tercero, este chillo y el señor que estaba a su lado le interrogó: ¿Por qué gritas, Hum-Camé?
El mosquito picó al siguiente y así todos fueron revelando sus nombres hasta que llegó al último. El mosquito se enteró de todos los nombres: Hum- Camé, Vucub-Camé, Xiquiripat, Cuchumaquic, Ahalpuh, Ahalcaná, Chamiabac, Chamiaholom, Quicxic, Patán, Quicré y Quicrixcac.
Con esta información regresó con los gemelos y les contó, quienes en conocimiento de cada nombre emprendieron el recorrido por el camino negro hasta llegar a Xibalbá.
Encontraron a los Señores sentados, empezando por los de madera. Uno les indicó a los hermanos que debían saludar y señalo a los muñecos de palo.
Los gemelos replicaron: No son señores, solo muñecos de palo.
A continuación, saludaron a los verdaderos Señores y les saludaron nombrando a cada uno por su nombre. Estos quedaron perplejos porque ellos jamás revelaban sus nombres.
Invitaron a los muchachos como en otros tiempos a sus padres, a sentarse sobre una piedra, pero estos rápidamente respondieron que aquello era solo una piedra ardiente y no se sentaron.
Luego fueron convidados a la casa oscura, a la que entraron sin problemas o inconvenientes. Hasta el momento no habían sido vencidos.
Capítulo IX
Ambos hermanos debían sobrevivir a la casa oscura, que era la siguiente prueba. Les fueron entregados unas rajas de pino encendidas y un cigarro a cada hermano antes de entrar a la casa, advirtiéndoles que estos debían permanecer encendidos hasta la mañana.
Los gemelos muy astutos apagaron las rajas y colocaron plumas rojas. No fumaron los cigarros y colocaron luciérnagas en sus puntas.
Obviamente por la mañana, los señores de Xibalbá recibieron la desagradable sorpresa de que ni la raja, ni el cigarro dado a cada muchacho se habían consumido, devolviéndolas intactas.
Asombrados, iracundos y llenos de dudas aun, los señores convidaron a los hermanos a jugar a la pelota, pero con las pelotas de su propiedad.
Iniciado el juego, la pelota rebotaba sola y se insertaba en el anillo de Hunahpú, los gemelos al percatarse de la trampa amenazaron con retirarse o usar su propia pelota.
Los señores cedieron y el juego prosiguió, pronto los hermanos introdujeron la pelota en el anillo de Xibalbá y se dio el juego por terminado. Esto enojó enormemente a los señores que deseaban aniquilar a estos atrevidos.
Pensativos pensaron: ¿Cómo haremos para vencerlos? Y dirigiéndose a los muchachos les dijeron: -Id a juntar y a traernos temprano cuatro jícaras de flores. Así dijeron los de Xibalbá a los muchachos.
Comunicaron a los hermanos el tipo de flores que debían llevar y los de Xibalbá pensaban que ya los habían vencido. Ir a cortar las flores que nos entregaran en la mañana.
Los muchachos accedieron e informaron que jugarían de nuevo en la madrugada, se retiraron.
Les enviaron a la Casa de las Navajas, otro lugar de tormento de Xibalbá y los señores esperaron que murieran rápido. Pero por las dudas indicaron a los cuidadores del campo que asesinaran a los gemelos si osaban cortar flores esa noche.
Sin embargo, Hunahpú e Ixbalanqué hablaron con los cuchillos y les prometieron carnes de animales, entonces se quedaron quietas y no intentaron asesinarlos.
Mientras los gemelos hablaron con las hormigas que salen por la noche a cortar hojas y flores y les ordenaron que cortaran flores para los señores. Las hormigas marcharon a cumplir su encomienda.
Los guardianes del jardín de Hun-Camé y Vucub-Camé jamás se percataron que las hormigas les robaban aquello que les ordenaron cuidar.
Por la mañana cuatro jícaras rebosaban de hermosas y frescas flores, que fueron llevadas por los dos hermanos que no perecieron en la casa de las Navajas. Los Señores palidecieron de ira y los guardianes fueron castigados.
Jugaron otra partida, quedando iguales y se acordó jugar a la mañana siguiente nuevamente. Ese día tampoco fueron vencidos.
Capítulo X
Esa noche el tercer lugar de tormento era la Casa del Frío y representaba la próxima prueba a superar por los hermanos Hunahpú e Ixbalanqué. Era un lugar helado, abarrotado de granizo, donde sobrevivir era poco probable por las bajas temperaturas
Pero los jóvenes encontraron troncos viejos que encendieron para tener un poco de luz y calor. Esto les permitió salir sanos y salvos, amaneciendo vivos para disgusto de los señores, quienes esperaban que esta vez si murieran.
Indignados y molestos le enviaron a la casa de los Tigres, por el nombre puede deducirse que estaba llena de esto fieros animales.
Los hermanos ingeniosamente ofrecieron a los tigres huesos de animales a cambio de que no los mordieran. Los tigres concentrados en los huesos, no les hicieron ningún tipo de daño a los jóvenes.
Esto confundió mucho más a los Señores de Xibalbá, que iracundos y confundidos al verlos vivos, le enviaron a la casa de Fuego. Pero no se quemaron, todo ardía, las brasas y la leña, pero los gemelos estaban sanos cuando amaneció.
Los señores que no se resignaban a semejante desafío, prepararon otra prueba, la casa de los Murciélagos, donde también habitaba Camazotz, animal de gran tamaño que asesinaba instantáneamente a los que llegaban a su presencia con una punta seca.
Los gemelos se introdujeron dentro de las cerbatanas y en ellas pasaron la noche sin ser lastimados por los murciélagos o el Camazotz.
Sin embargo, cuando estaba amaneciendo Hunahpú se asomó para comprobar si era de día y el gran animal le cortó la cabeza.
Ixbalanqué preguntó muchas veces a su hermano si ya había amanecido pero este no respondía, yacía decapitado. El hermano se sintió derrotado, los señores de Xibalbá lo habían vencido.
Los sirvientes por orden de Hun-Camé y VucubCamé, colgaron rápidamente la cabeza sobre el juego de pelota para que todos los de Xibalbá disfrutaran y se regocijaran por lo sucedido a Hunahpú.
Capítulo XI
Ante la muerte de Hunahpú, su hermano Ixbalanqué llamó durante la noche a los animales, grandes y pequeños para que recogieran sus alimentos.
Al llegar la tortuga se colocó en el extremo del cuerpo decapitado de Hunapú y su forma cambió, parecía la cabeza del gemelo. Los sabios vinieron desde el cielo y Corazón del Cielo, Huracán, se elevó sobre la Casa de los Murciélagos.
Fue complicado hacerle la cara, pero salió bastante bien, al igual que la cabellera. Su apariencia era agradable a la vista y pudo hablar.
No permitieron el amanecer hasta que quedó listo el rostro y cuando amaneció era porque su existencia también inició.
Sin embargo, para poder revivir nuevamente requería su cabeza verdadera e Ixbalanqué ideo un plan.
Hunahpú debía fingir que jugaba pelota y se mantendría en el campo, un conejo se escondería en el encinal y por orden del otro gemelo emprendería una carrera cuando este le arrojara la pelota.
El conejo acató la orden y se fueron al campo de juego. Los Señores se burlaban del gemelo, se divertían a costa de la cabeza de Hunahpú.
Apenas la pelota se puso en juego, Ixbalanqué arrojo la pelota al encinal y el conejo hizo lo que le había ordenado. Los de Xibalbá corrieron tras él, mientras el gemelo recuperaba la cabeza de su hermano y colocaba la tortuga en su lugar.
Los señores de Xibalbá a su regreso no podían creer lo que había ocurrido, estaban los gemelos aguardando en el campo. Ixbalanqué lanzó la pelota a la cabeza de tortuga y el golpe la hizo estrellarse contra el suelo, rompiéndose en mil pedazos a los ojos de todos.
Y una vez más los gemelos vencieron a los señores del inframundo.
Capítulo XII
Presintiendo que serían asesinados pronto Hunahpú e Ixbalanqué, mandaron llamar a los sabios Zulú y Pacam, una especie de profetas y les comentaron acerca de su idea.
Entonces le indicaron lo que deberían hacer cuando los señores de Xibalbá les convocaran para preguntar cómo pueden darnos muerte.
Creemos que nos quemaran en una hoguera, entonces ustedes deben insistir en que tomen nuestros huesos, los muelan por separado, tanto como se muele el maíz y luego deben arrojarlos al río, allí donde brota la fuente.
Como presentían los gemelos los señores del inframundo prepararon la hoguera y mandaron traer a los hermanos. Quisieron los de Xibalbá divertirse a sus expensas, pero los muchachos no se lo permitieron.
“No tratéis de engañarnos, contestaron. ¿Acaso no tenemos conocimiento de nuestra muerte, ¡oh Señores!, y de que eso es lo que aquí nos espera? Y juntándose frente a frente, extendieron ambos los brazos, se inclinaron hacia el suelo y se precipitaron en la hoguera, y así murieron los dos juntos”.
Celebraron en el inframundo dando voces y silbidos de júbilo. Los señores de Xibalbá como anticiparon los hermanos mandaron llamar a los sabios Zulú y Pacam.
Preguntaron a estos que debían hacer con los huesos de Hunahpú e Ixbalanqué, a lo que los sabios dijeron: Tritúrenlos como harina de maíz y luego pueden tirarlos al río.
Siguieron las indicaciones dadas por los sabios y para su asombro, cuando el polvo tocó el fondo del río, se transformaron en dos jóvenes hermosos, con el mismo rostro que Hunahpú e Ixbalanqué.
Capítulo XIII
Pasados cinco días, los hermanos se observaban por todos en el agua con una apariencia de hombres peces. Los de Xibalbá les buscaron por todo el río y no les encontraron.
Se presentaron en Xibalbá dos pobres de edad avanzada y aspecto miserable, sus harapos así los delataban. Pero sus habilidades asombraron a muchos, bailaban, cantaban y hacían prodigios, podían incendiar una casa y dejarla intacta nuevamente; se causaban la muerte el uno al otro y se resucitaban rápidamente.
La gente les miraba llenos de asombro, y sus prodigios llegaron a los oídos de los señores de Xibalbá y mandaron a sus mensajeros a buscarlos, para verlos con sus propios ojos.
Los hombres se negaron rotundamente, porque no se creían tan buenos para estar en presencia de los señores de Xibalbá.
Fueron ambos hombres obligados a ir. Pero ese era el plan de los andrajosos que no eran otros que Hunahpú e Ixbalanqué que vestían pobremente.
Presentándose ante los señores, fueron interrogados sobre su origen y estos respondieron que no sabían nada referente a su familia, pues habían muerto a muy temprana edad.
Los de Xibalbá les ordenaron entonces entretenerlos con sus cantos, bailes y prodigios. Ordenaron sacrificar un perro y resucitarlo, quemaron una casa y la dejaron intacta, sacrificaron a un hombre y al punto lo resucitaron.
Luego los Señores de Xibalbá pidieron que se sacrificaran uno a otro y así fue. Su emoción y ansiedad por el espectáculo sangriento crecía y solicitaron que les sacrificaran y despedazaran, a uno por uno para luego ser resucitados.
Los hermanos comenzaron el espectáculo:
«Y he aquí que primero sacrificaron al que era su jefe y Señor, el llamado Hun-Camé, rey de Xibalbá. Y muerto Hun-Camé, se apoderaron de Vucub-Camé. Y no los resucitaron.
Los de Xibalbá se pusieron en fuga luego que vieron a los Señores muertos y sacrificados. En un instante fueron sacrificados los dos. Y esto se hizo para castigarlos”.
Uno de los señores pidió piedad y el resto de ellos y sus vasallos escaparon e intentaron esconderse llenos de espanto, fuero a dar a un barranco cercano pero las hormigas no permitieron que se quedaran y los desalojaron.
Los de Xibalbá regresaron ante Hunahpú e Ixbalanqué, y con gran humillación y aflicción rogaron a los gemelos por su vida.
Esta es la historia de la derrota de los señores de Xibalbá, gracias a la inteligencia y el valor de los gemelos Hunahpú e Ixbalanqué.
Capítulo XIV
Es el último capítulo de la segunda parte, los gemelos revelan sus nombres y origen hasta ahora ocultos.
“Oíd nuestros nombres. Os diremos también los nombres de nuestros padres. Nosotros somos Ixhunahpú e Ixbalanqué, éstos son nuestros nombres. Y nuestros padres son aquellos que matasteis y que se llamaban Hun-Hunahpú y Vucub-Hunahpú”.
Los gemelos querían vengar el dolor y la muerte de sus padres, por lo que decidieron eliminar a los de Xibalbá sentenciándolos a muerte.
Pero los señores, rogaron compasión y piedad, hasta que finalmente los hermanos decretaron su sentencia: Desde ese entonces su estirpe sería denigrada y rebajada.
“Puesto que ya no existe vuestro gran poder ni vuestra estirpe, y tampoco merecéis misericordia, será rebajada la condición de vuestra sangre. No será para vosotros el juego de pelota.
Solamente os ocuparéis de hacer cacharros, apastes y piedras de moler maíz. Sólo los hijos de las malezas y del desierto hablarán con vosotros”.
Fue aquí donde comenzó la decadencia de todo este imperio, que solo procuro causar sufrimiento y dolor al hombre.
Por otro lado, la abuela vigilaba las cañas que sus nietos sembraron el día que se marcharon, frecuentaba el patio respirando aliviada cuando retoñaban y encendiendo fuego para quemar ante ellas en su memoria cuando se marchitaban.
Las cañas que habían retoñado y marchitado en varias oportunidades, estaban por estos días verdes, vigorosas. Ella simplemente estaba muy feliz y las llamo Nicah que significa el Centro.
Hunahpú e Ixbalanqué vengaron a sus padres y honraron su memoria: «Vosotros seréis invocados. Seréis los primeros en levantaros y seréis adorados los primeros por los hijos esclarecidos, por los vasallos civilizados. Vuestros nombres no se perderán. ¡Así será!»
Después de esto ambos hermanos ascendieron al cielo y uno fue la luna y el otro el sol e iluminaron el cielo y la tierra. Les hicieron compañía los cuatrocientos muchachos asesinados por Zipacná, y se transformaron en las estrellas del cielo.
Tercera Parte: Creación del Hombre y el hombre de Maíz
La tercera parte del Popol Vuh está compuesta por diez capítulos, dedicándose a relatar la creación del hombre que conocemos, las figuras de Balam-Quitzé, Balam-Acab, Mahucutah e IquiBalam.
Conocidos como los cuatro padres, también forman parte de la historia sus esposas llamadas las cuatro madres. Cuentan cómo se transmitió y conservó el fuego de una tribu a otra y como se originaron las distintas lenguas.
Esta tercera parte se refiere con mucho ahínco al origen de los pueblos aborígenes de Guatemala y el linaje que los gobernó.
Se describen los reyes de los pueblos quiches, aquellos que se encargaron de gobernar la región, los movimientos y migraciones de las tribus y la eliminación de aquellas que aun siendo más pequeñas y débiles, no aceptaron someterse al dominio de los mayas quichés.
El hombre de maíz
Después de intentar y fallar con tierra y madera, los Dioses decidieron hacer a los primeros seres con maíz. Estos tenían apariencia de hombres: hablaban, conversaban, veían y escuchaban, caminaban y sujetaban.
Los primeros fueron creados con figura de varón y resultaron buenos, hermosos y dotados de inteligencia.
«Esto hicieron los Progenitores, Tepeu y Gucumatz, así llamados. A continuación entraron en pláticas acerca de la creación y la formación de nuestra primera madre y padre.
De maíz amarillo y de maíz blanco se hizo su carne; de masa de maíz se hicieron los brazos y las piernas del hombre. Únicamente masa de maíz entró en la carne de nuestros padres, los cuatro hombres
que fueron creados».
Cuarta Parte: La religión y los Conquistadores
Esta cuarta y última parte la conforman doce capítulos, que giran en torno a la creación de la religión de Tohil, el Dios que veneraban Balam-Quitzé, Balam-Acab, Mahucutah e Iqui-Balam, conocidos como los cuatro sacerdotes.
«He aquí, pues, las generaciones y el orden de todos los reinados que nacieron con nuestros primeros abuelos y nuestros primeros padres, Balam-Quitzé, BalamAcab, Mahucutah e Iqui-Balam, cuando apareció el sol y aparecieron la luna y las estrellas».
Además, el relato de como la familia de los Cavec logra el dominio de las demás tribus, hasta el año 1521 cuando se establecen los primeros contactos con los conquistadores españoles.
El Popol Vuh y la religión
En el día día de los Mayas, la religión era fundamental. Los ciudadanos eran creyentes fervorosos y fieles.
Los sacerdotes pertenecían a las altas clases sociales, siendo incuestionables en lo que se refiere al saber, y además poseedores de grandes riquezas.
Entre los sacerdotes también existían ciertas jerarquías, se dividían dependiendo de su nivel de intervención y actuación entre los humanos y los dioses. Encontrando entonces:
- Sacerdotes del Sol: encargados de los rituales.
- Los profetas o chilán: generalmente podían entrar en trance y “predecir el futuro”.
Todos los rituales mayas debían ser organizados, pautados y direccionados por los sacerdotes que solían vestir pieles de jaguar, hábito de color rojo, joyas valiosísimas y cofias decoradas con flores.
Los rituales mayas se originan de su mitología, siendo esta la base de su cultura. Es decir, que los ritos eran un instrumento que se creaba a partir de la lectura realizadas por los sacerdotes de los mitos mayas.
En el Popol Vuh se plasman valores místicos, filosóficos, artísticos y científicos que simplemente en conjunto dan vida a una unidad religiosa.
Esta obra es de un género mitológico y religioso, pues describe las actitudes y necesidades de los Dioses, la creación de los seres vivos y el hombre, tal como lo veía y sobre todo, como lo creía y veneraba el pueblo quiché. (Ver articulo: Oración a Elegua)
El Popol Vuh y la Biblia
Esta obra se considera La Biblia Maya, sin embargo, la comparación es vista por muchos como inexacta y equivocada.
Es necesario destacar que el Popol Vuh no era considerado por el pueblo maya como la palabra divina, es decir no tenía relación con Dios por lo que no era vista como una escritura sagrada.
Es visto como un relato de la palabra antigua y sobre como entendían los quichés la cosmología y la creación, previo a la llegada del cristianismo a sus tierras con los conquistadores españoles.
En cambio la Biblia, son libros canónicos considerados por el judaísmo y el cristianismo como el resultado de una inspiración divina, y una especie de registro de la comunión y la relación de Dios con la humanidad, por lo tanto sagrada para estas religiones.
Ademas, en la Biblia se contempla y afirma la existencia de un solo Dios, por el contrario las tribus Mayas eran politeistas y así lo dejan muy claro los relatos del Popol Vuh.
Sin embargo hay que destacar que tienen algunas similitudes, como por ejemplo su inicio. Ambos libros comienzan con el relato de la creación del mundo.
El Popol vuh y el Chilam Balam
Conocidos como los Códices sagrados del Chilam Balam, esta obra es un conjunto de libros escritos entre los siglos XVI y XVII en la península de Yucatán en Mexico, y al igual que el Popol Vuh su autor es desconocido.
Este narra la forma en que vivían los Mayas, antes, durante y después de la conquista española, presentando en sus hojas bastantes datos e información de la vida en el Yucatán de la época colonial. Deja constancia además de las diferentes costumbres, tradiciones religiosas y mitológicas de los pueblos mayas.
Aparte del magnífico Popol Vuh quiché que pertenece a los pueblos de las tierras altas de Guatemala, el Chilam Balam es la otra muestra de la mitología maya primitiva y maravillosa, que sobrevivió en las tierras bajas de la Península de Yucatán.
El Popol Vuh en películas y las historietas
Esta obra literaria tan apreciada por su contenido a inspirado películas, series e historietas, entre otras cosas.
Las aventuras y el heroísmo de los gemelos Hunahpu e ixbalanque, la perversidad de los Señores de Xibalbá y el estilo narrativo del autor o autores hacen del Popol Vuh un libro de historias que muchos han querido transmitir por otros medios y de otras formas.
Su manera mística y fantasiosa de relatar que se aprecia en la obra permitió crear películas e historietas, tales como:
La Saga del Popol Vuh: “Los gemelos cósmicos” El origen parte uno y dos (historieta)
Popol Vuh: película chilena dirigida por Ana María Pavez (2006)
Popol Vuh: The Creation Myth of the Mayas (1988)
El mundo mágico del Popol Vuh: película guatemalteca dirigida por José Pineda (2008)
En primer lugar yo soy Maya de Yucatán. es muy importante saber nuestro origen , cultura y valor de lo que somos y de donde venimos. porque todo nos ayuda a valorarnos con nuestra dignidad. felicidades por este trabajo presentado. sobre esta cultura maya. soy orgullosa de ser lo que soy. hasta luego.