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Bolivia es un país que se caracteriza por su pluralidad y su mitología, cuya cultura se ha formado en base a las influencias de los numerosas etnias que han poblado su territorio y la huella española. Los más conocidos mitos y leyendas de Bolivia se basan en el sincretismo indígena y sus creencias católicas.

Leyendas de Bolivia

Las leyendas de Bolivia son relatos concernientes al género fantástico cuya diseminación se inició hace cuantiosos años. Ciertamente, algunas de ellas son de los tiempos en los cuales aún no existía la escritura como la conocemos en la actualidad.

Sobre todo, las historias que se compartieron ancestralmente en Bolivia, proceden de una época previa al arribo de los españoles. El contenido más recurrente en este tipo de relatos gira alrededor de los orígenes del universo o la presencia de animales o seres mitológicos.

Estas leyendas de Bolivia las podemos separar en varias categorías agrupadas según su contenido, las cuales pueden referirse a temas religiosos o fantásticos, de terror o de la vida cotidiana.

Leyendas de Bolivia Breves

En este aparte te presentaremos algunas breves leyendas de Bolivia, con las cuales podemos comenzar a conocer el modo en el que los adultos de otras épocas narraban las historias a sus hijos y nietos.

Chiru Chiru

Chiru Chiru era un ladronzuelo que moraba en las minas, una variedad de Robin Hood que distribuía lo que robaba entre los pobres. Cierto día un minero lo consiguió robando y le produjo heridas. Dicen que cuando lo buscaron en la caverna en la cual se ocultó tras el ataque, hallaron su cuerpo cerca de una figura de la Virgen, por lo que desde ese día, la cueva de Chiru Chiru es un lugar sagrado.

El Cuidador de Minas

“El tío”, es el apodo con el cual se conoce al guardián del mundo bajo tierra en Potosí. En ese lugar, donde los poderes de Dios no llegan, los mineros se han dedicado a la custodia del diablo, a quien llamaron “el tío”.

Tras centurias de explotación minera que se inició en los tiempos de la colonia española e incontables muertes (se señala que fueron más de ocho millones), aún pueden conseguirse en los corredores de las minas figurines a los cuales se ha hecho rodear de cervezas, cigarros e inclusive animales inmolados en veneración al tío, para que este los ampare.

Los peligros para los mineros son muy elevados, ya que algunos de las motivos de fallecimientos de estos trabajadores son los elementales equipos de protección, la ausencia de oxígeno, las probabilidades de accidentes y la continua amenaza de la enfermedad negra de los pulmones.

La veneración al diablo le proporciona a estos hombres y niños la promesa de protección. Se dice que mientras el tío esté alegre, podrán retornar a casa.

El Jichi

Los chiquitanos son creyentes en un genio protector que cambia de forma, que a veces se nuestra sapo y otras como tigre, su más corriente apariencia es la de la serpiente. Cuida las aguas de la vida, por lo que se oculta en ríos, lagos y pozos. En ocasiones, como penitencia para quien no le da valor a este recurso, se marcha dejando atrás la sequía.

Al jichi hay que ofrendarle adoración, porque al molestarse pone en riesgo el bienestar de la pesca y la sobrevivencia de los pueblos.

Lluvia y Sequía

Narra la historia que Pachamama (la tierra) y Huayra Tata (el viento) eran una yunta. Huayra Tata moraba en la cima de cerros y abismos, y con alguna regularidad descendía y descargaba el lago Titicaca para fertilizar a Pachamama, permitiendo después la caída del agua en forma de lluvia.

Al quedarse dormido en el lago, las agua se perturban, pero siempre retornaba a las cumbres, que eran donde él dominaba.

Leyendas de Bolivia El Origen del Maíz

Cierto día el dios Ñandú Tampa se halló a unos mellizos, Guaray (sol) y Yasi (luna), jugueteando solos en el monte. Al contemplarlos pensó que podrían ser útil compañía para la deidad padre Ñanderu Tampa y rápidamente los agarró y se fue volando a ofrecerlos.

La madre oyó a sus hijos y emprendió carrera tras ellos, pero solo pudo asirse de los pulgares del pie, que llegaron a permanecer en sus manos al tanto el dios Ñandú proseguía inadvertidamente su camino.

Posteriormente, el dios padre le mandó en sueños a la madre que cultivará los pulgares de sus hijos. Tras un largo tiempo de sol y lluvia, empezaron a crecer enormes plantas con figura de lanza del sitio en donde sembró los dedos de los mellizos. De dichas plantas empezaron a surgir frutos con granos de variados colores: amarillos, blancos y morados, como obsequio del dios padre.

Leyenda Chiriguana

De acuerdo a los chiriguanas, raza tupí-guaraní que habitó territorios bolivianos, la procedencia de este relato está en la leyenda de dos hermanos: Tupaete y Aguará-tumpa, la bondad y la maldad, creación y destrucción.

En épocas remotas, Aguará-tumpa se encontraba envidioso de la creación de su hermano e incendió todos las praderas y bosques en donde moraban los chiriguanos. Para cuidarlos, Tupaete les aconsejó irse a los ríos, pero su hermano no quiso rendirse e hizo caer la lluvia hasta que toda la chiriguania se anegara.

Ya avasallado por el destino, Tupaete le dijo a sus hijos. que todos habrían de morir. No obstante, para resguardar la raza les ordenó a escoger entre todos sus hijos a los dos con más fuerza, para introducirlos en un mate gigante. Así, los dos hermanos estuvieron protegidos hasta que Aguará-tumpa creyó acabados a todos los chiriguanos y dejó secar los campos. Los niños al crecer dejaron su guarida.

Los niños se consiguieron a Cururu, un sapo enorme que les proporcionó fuego y les ayudó a supervivir hasta que ser los suficientemente grandes para poder procrear a otros hijos y reponer la raza chiriguana.

Leyendas de Bolivia de Terror

Las leyendas de Bolivia, asimismo disponen con ciertas historias que inspiran miedo en la actualidad. Y no los descartamos debido a que tanto a grandes como a chicos les fascinan esta clase de relatos de terror:

Leyendas de Bolivia La Viudita

Hace un par de centurias, Martín fue a una celebración pueblerina, puesto que sus hermanos más jóvenes le insistieron para que les acompañase. Él era un persona bastante discreta que dedicaba la mayor parte de su tiempo al trabajo.

Arribaron al lugar de la tertulia e inmediatamente los amigos de Martín consiguieron con quien bailar. Al tanto, él fue a sentarse por un rincón en espera de que la celebración concluyó. Repentinamente, una hermosa mujer delgada de ojazos negros y cabello rizado se le aproximó para decirle:

– ¿Qué haces allí tan solitario?

– Únicamente estoy aquí acompañando a mis hermanos. Las festividades no son de mi gusto, no soy de buena conversación y además no se bailar.

– El baile a mí tampoco se me da muy bien, ¿por qué no salimos afuera para platicar un rato? La música muy fuerte me parece insoportable.

En la oscuridad de  la noche la luna se mostraba radiante y el clima era de lo más grato. Ambos comenzaron  a hablar y tras un par de horas se dieron su primer beso. De repente, la fémina levantó la mirada al cielo y dijo:

– Se me ha hecho tarde, debo retornar a casa.

– Bien, te puedo acompañar, ya que no se ve bien que una mujer soltera esté alejada de casa tan cerca de la medianoche.

La mujer estuvo de acuerdo y ambos se montaron al caballo de Martín. No obstante el corcel en el instante preciso en el que la chica se sentó sobre su lomo, se sacudió de un modo como jamás lo había hecho anteriormente.

Después de eso, Martín tomó el sendero que llevaba al pueblo, más la fémina le dijo:

– Mi vivienda está muy  próxima al cementerio, por favor condúceme para allá.

– ¿Qué? Pero si allí no hay casas, señaló Martín, a pesar de que siguió las indicaciones que le había pedido.

En el justo momento en el que arribaron afuera del panteón, la mujer emitió un grito de terror. Algunos afirman que el grito fue tan potente que pudo oírse hasta en el sitio más profundo de Bolivia.

Martin giró su cabezas y quedó pasmado al darse cuenta que la dama se había convertido en un esqueleto errante. Era la «Viuda Alegre», una criatura que disfrutar matando de un sobresalto a sus víctimas.

El Hombre que se Convertía en Sicurí

Cierta pareja de reciente boda, buscó vivienda a las márgenes de la laguna de Yaguarú. En tal lugar, algunos de los pobladores ya habían avisado de la aparición de una Sicurí (una serpiente de enorme tamaño, muy semejante a la anaconda), motivo por el cual aconsejaba a mujeres y los niños no dejar sus domicilios sin la compañía de un hombre.

No obstante, lo que fue más llamativo para los locales es que luego del arribo de los forasteros, un hombre misterioso empezó a rondar la puerta principal de la casa de éstos. Era un individuo de gran altura y estirado quien se trajeaba de negro.

Cierto día el propietario de la casa, observó al extraño husmeando y sin pensarlo mucho, buscó su escopeta y le propinó tres disparos. Al próximo día, en las afueras de su vivienda halló a una Sicurí muerta.

El Féretro

La siguiente es una de esos relatos de terror que te dejarán pasmado. Se cuenta que, en Potosí, Bolivia, no has de salir pasada la medianoche tanto los días martes como los viernes.

Esta crónica sucedió muchos años atrás, en la época en el que los españoles se encargaban de las minas de esa zona. Se cuenta que una pareja con cinco hijos arribó a esa ciudad con la idea de hacer fortuna. Justamente al año de llegar a suelo boliviano, la menor de sus hijas vino a enfermarse gravemente de sarampión y tras un tiempo desafortunadamente murió.

Al pasar de los años, la familia retornó a España dejando el cadáver de la pequeña en tierras sudamericanas. Después de transcurrir precisamente 15 días de su salida del país, algunos mineros declararon haber visto un ataúd en llamas moviéndose con rumbo a la estación de trenes.

Lo más espeluznante de este tema es que apenas el primer rayo de sol se mostró en el firmamento, el féretro retornó velozmente al panteón. ¿Pero a que se debió esto? Muy simple, los estudiosos de fenómenos sobrenaturales señalan que, en aquel tiempo, el tren que se dirigía a la capital de la nación (La Paz) salía desde Potosí los martes y los viernes al llegar la medianoche .

Leyendas de Bolivia Urbanas

Las leyendas urbanas de Bolivia tienen gran popularidad en el continente latinoamericano, merced a que ahora tales relatos fantásticos pueden compartirse de manera fácil a través de internet.

Fantasmas en el Hospital del Tórax

Se dice que en ese sitio se muestran con frecuencia espectros y otros entes del más allá. Uno de los casos más célebres sobre esta clase de leyenda urbana fue el que le sucedió a la enfermera Wilma Huañapaco, quien había realizado doble jornada de trabajo en fecha 4 de agosto.

El reloj indicaba 1.55 am y ella se encontraba organizando los expedientes de los pacientes a los que había dado atención, para pasarlos al responsable del próximo turno, cuando empezó a percibir que el ambiente se volvía extremadamente denso.

Empezó a sentir una sensación de enorme pesadez. Sucedía como si algo la estuviera reteniendo en la silla. Incluso, algunas de sus funciones orgánicas como hablar, el oler, el oír y ver igualmente se vieron afectadas.

Con esfuerzo pudo virar la cabeza hacia atrás y vio la silueta de un hombre muy alto, quien se encontraba envuelto de una extraña luz de color verdoso. Inmediatamente la figura se desvaneció y Huañapaco pudo proseguir con sus faenas como si nada hubiera ocurrido.

Ella señala que no era su imaginación, ya que estuvo despierta todo el tiempo, primordialmente porque una enfermera no puede dormitar al haber cuantiosos pacientes enfermos de los cuales hay que estar atentos. De otro lado, igualmente dijo que esta clase de experiencias sobrenaturales ya ella las había vivido de niña, ya que desde entonces era capaz de sentir la presencia de espíritus.

Ciertamente, en ese hospital, no era el primer caso que se haya reportado, ya que hay informes en los que se afirma que ciertos camilleros asimismo han contemplado fantasmas de toda clase, primordialmente a un hombre que deambula por los corredores de urgencias, cuya característica peculiar es que no tiene cabeza.

Es debido hacer la mención de que el Hospital del Tórax (igualmente conocido con el nombre de Hospital General) se localiza próximo a la morgue, lo cual tal vez explique la razón por la que los fantasmas se presentan allí con cierta regularidad.

El Fantasma del Cementerio Jardín

La leyendas de Bolivia urbanas que relataremos a continuación, tiene como primordial singularidad el hecho de que los individuos que contaron lo ocurrido, solicitaron mantenerse en el anonimato.

No son exclusivas de la capital, sino que igualmente en las distintas poblaciones del territorio boliviano, la gente cuenta con sus leyendas urbanas autóctonas. Es otras palabras, sucesos que han acontecido en tiempos recientes, pero que no disponen de los fundamentos suficientes como para estimarlas como historias verdaderas.

La dama que relato la crónica, declaró que cierta noche iba acompañada de su marido con sentido a su casa tras  haber tenido cena con unos embajadores. Como aún el recorrido era muy prolongado para arribar a su destino, el hombre resolvió tomar una trocha por la ruta de Sopocachi.

En una área próxima al Cementerio Jardín la esposa indicó haber observado a una persona trajeada de negro. Inmediatamente le pidió a su esposo que parara el auto, ya que ella creyó que aquella mujer tal vez tendría frío, a causa del invierno y detallar que no traía abrigo alguno.

Se aproximaron pausadamente hasta donde ella se encontraba y llamaron su atención, tras lo cual la dama vestida de negro, los vio y el esposo casi se infarta al darse cuenta de que aquella no era una mujer normal, sino un fantasma.

«Sus ojos eran totalmente blancos, igualmente carecía de pies, por lo que flotaba por la calle con rumbo al cementerio». Fue lo que dijo el esposo cuando fue cuestionado por el paramédico que lo atendió treinta minutos después en el hospital.

Infortunadamente desconocemos el número preciso de las personas que han relatado alguna historia semejante sucedida en este panteón, ya que la mayor parte de ellos optan por tratar de negar esas experiencias traumáticas.

No obstante, no tenemos que considerar a este cementerio de Bolivia como el único en el que la gente afirma haber observado fantasmas que vagan entre los sepulcros en busca del descanso perpetuo.

Leyendas de Bolivia El Cóndor y la Cholita

Al interior del país muchos saben de esta una de las más bonitas leyendas de Bolivia. La joven más linda de la zona  era la responsable de atender un rebaño de ovejas. Cada día se le podía observar recorriendo las praderas, acompañada de sus animales, pues no quería que les pasase nada malo.

En un amanecer de verano, un cóndor de enorme tamaño voló por allí y contempló a la joven. Inmediatamente, su corazón quedó agradado de ella e ingenió el modo de secuestrarla. Esperó hasta que los otros pastores se retiraran y entonces usando sus garras, atrapó a la chiquilla por sus hombros y la llevó hasta lo más elevado de la montaña,  donde la criatura moraba.

La infortunada cholita le rogaba que la dejara volver a su casa junto a sus padres, ya que tenía la obligación de  ayudarles con las faenas del campo. Algunos días transcurrieron y la muchacha iba enflaqueciendo, no sólo por el miedo que sentía, sino debido a la poca comida disponible.

De su lado, el cóndor le acercaba diariamente carne cruda, pero al no tener fuego, ella no podía comerla. Fue el momento en que el ave se dio cuenta de que los humanos preparaban su comida usando el fuego. Cierta noche voló hasta un lugar donde halló cenizas humeantes de lo que fue una hoguera, llevó un pedazo de carne allí y lo calentó , hasta que vio cambiar su color.

Prontamente se lo trajo a la cholita y se lo dio como alimento. Aun así, la chiquilla proseguía implorándole que le permitiese volver a su casa. Fue el momento en el cual el cóndor se percató de que no podía mantenerla allí, ya que ella jamás lo iba a amar.

Mostrándole un gesto, el ave le señaló que se montara sobre él y se agarrara con fuerza de sus plumas, para así llevarla de vuelta a su lugar de pertenencia. Fue la primera ocasión en que, en muchos días, la muchacha mostraba su sonrisa.

Luego de ello, el ave cumplió lo prometido  y la llevó de nuevo a su hogar sana y salva. Se cuenta que ella guardó una de las plumas del cóndor, como un presente.

Otras Leyendas de Bolivia

En este aparte se encuentran compilados aquellos otros relatos que no se agrupan en ninguna de las categorías previas y contienen aspectos más variados de las populares leyendas de Bolivia.

Leyenda del Guajojó

En la ciudad de Santa Cruz, Bolivia, suele relatarse una leyenda en la cual el amor y el engaño lucen inseparables. Un relato de esos que en noches tenebrosas y lejos de casa pueden estremecernos.

Esta leyenda principia en un ancestral pueblo indígena en el que la juvenil hija de uno de los jefes de dicho pueblo, quien asimismo era un poderoso hechicero, se enamora perdidamente de uno de los combatientes de la misma tribu. Un amor desenfrenado pero oculto, ya que su padre no vería bien que la hija del cacique  se casar con un humilde guerrero.

El amor entre ambos jóvenes se iba incrementando, ya que, con cada día, se conocían más y se regocijaban del mutuo acompañamiento sin pensar mucho en el futuro. Sumergidos en su propio espacio de amor gradualmente  dejan de ocultarse, hasta que el padre de la chica llega a enterarse de esta impropia relación.

Colmado de rabia, el cacique enviará a la lucha al muchacho, sin detenerse en los ruegos y plegarias de su joven y querida hija. El importante hombre tenía la expectativa de que el calor de la batalla acabara con su existencia, y así su hija lo dejaría en el olvido para casarse con alguno de su mismo nivel.

Finalizada la guerra se produce el retorno de los soldados, y para asombro del jefe indio el joven combatiente llega con ellos. Esto le molesta en demasía y resuelve terminar con el asunto de modo radical asesinando con sus propias manos. Para lo que convida a tres de los combatientes para una partida de caza, entre ellos obviamente el joven enamorado.

La hija, que ya no se confiaba de su padre, resuelve ir cercanamente tras de ellos para poder observar qué es lo que está urdiendo su progenitor. Al aproximarse al bosque, el jefe separa la agrupación de dos en dos, de tal manera que él se empareja con el joven quien, tras un descuido es apuñalado violentamente por este. La joven aterrorizada ve todo lo que ocurre y retorna a prisa a la tribu.

Al llegar el cacique al pueblo se acerca a la habitación de la joven donde la consigue sollozando sin consuelo, cuando le grita a éste que todos se enteraran de lo ocurrido, pues ella hará conocer su secreto. El padre, asustado por las consecuencias, resuelve realizar un encanto y transformar a la joven en un ave Guajojó.

La leyenda relata que en las noches de mas tinieblas, en las cuales la luz se aparta de la tierra y ésta se sumerge en un firmamento estrellado, se puede oír el sollozo de la chica tal cual un graznido. Un graznido de pesar que dicen puede matar a causa de la angustia de sus notas. Un quejido continuo que clama en las noches rogando por el retorno de su amado.

Leyendas de Bolivia Mapinguari

El relato de la enigmática criatura llamada Mapinguarí se encuentra en las raíces de Bolivia, Perú, Colombia y Brasil, y es uno de los sucesos de criptozoología de mayores testimonios y defensores que hay hoy en día. Es cierto, y aunque ya cuenta con su propio relato, que posiblemente algún día sea revelado «oficialmente», evidenciando que la madre natura aun tiene muchas cosas que que confesarnos.

La leyenda del Mapinguarí nos narra de un importante y erudito chamán, quien merced a su sabiduría llega a descubrir el misterio de la vida perpetua, pero su inmortalidad iba a resultar costosa, nada menos que la conversión de su mismo cuerpo. Quien antes fuera chamán devino en una ser peludo, idéntico a un oso, con el pelo de un color rojo y siempre acompañado un potente hedor muy repugnante.

Con un par de metros de altura, el Mapinguarí tiene una cara muy semejante a la de los humanos, se desplazan usualmente de noche y sus gigantescas garras están dirigidas hacia el interior del cuerpo. Sumado a ello, tiene la capacidad de caminar en cuatro patas como en dos.

De otro lado, ciertos testigos declaran que tiene una gran boca en el vientre, de la que emana el tremendo olor del cual está habitualmente acompañado. Cuenta con cierta predilección por la carne humana. Al no disponer de humanos para colmar su hambre, se come los corazones de las palmeras, tras despedazarlas con sus potentes garras.

En contraste con otras criaturas legendarias, son centenares las personas que afirman haber contemplado al Mapinguarí en alguna oportunidad, inclusive el biólogo David Oren ha mostrado interés por la legitimidad de estos testimoniales.

Oren es de la idea de que es alguna variedad de perezoso gigante que se consideraba extinta hace unos 10.000 años, y que ha supervivido desapercibidamente en lo profundo de la selva, o se trate sencillamente de una especie aun no clasificada por la ciencia.

Se cuenta que en el departamento de Potosí – Bolivia hay un antiguo puente, dicen que es más que un solo puente, se relata la siguiente historia:

Un joven campesino estaba enamorado de una joven y bella indígena, hija del alcalde del pueblo, ellos se veían a escondidas porque su padre no aceptaría al joven por ser de familia humilde.

Una noche el padre sale a caminar y los encuentra, el enamorado joven y el padre empiezan a pelear y su hija los detiene, entonces su padre concibe una idea, “si quieres a mi hija, pagarás con dinero el amor que tienes, pero tendrás que tenerlo en una semana”, el joven sin pensarlo viaja a la capital y trabaja en varios lugares haciendo cualquier labor incluso hasta donde un animal no trabajaría, pero lo consigue.

Leyendas de Bolivia

Leyenda de Bolivia El Puente del Diablo

Se narra que en el departamento de Potosí, Bolivia hay un viejo puente, que es más que un simple puente, ya que de allí se conoce  la siguiente historia: Un mozo campesino estaba encariñado de una joven y hermosa indígena, nacida del alcalde del pueblo, quienes se reunían secretamente ya que su progenitor no admitiría al joven por ser de familia pobre.

Cierta noche el progenitor sale a caminar y los halla, el enamoradizo joven y el padre comienzan una pelea y su hija los para, cuando su padre tiene una idea, “si amas a mi hija, habrás de aportar dinero por el amor que le tienes, pero tienes que traerlo en una semana”, el joven sin pensar mucho se traslada a la capital y hace trabajos en distintos sitios haciendo de toda labor inclusive hasta en el cual ni un animal trabajaría, pero lo logra hacer.

Llegado el día cinco decide retornar con el dinero recogido para cumplir con el trato, resuelve volver en camión ya que los autobuses no pasan por el pueblo, pero este se toma mucho tiempo por extraños problemas que consigue en su camino. El último día ya próximo a su destino, solo falta atravesar por un desfiladero y alcanzar al pueblo, cuando comienza a llover sin cesar.

Angustiado por retornar en la fecha señalada pide auxilio al diablo, este responde a su pedido y le dice que amanecer el alma del joven sería suya, y este lo admite. Por ello el demonio se pone en faena, rompiendo rocas, construyendo el tan ansiado puente, el joven reconoce su error y pide ahora el apoyo de Dios.

Repentinamente en la última roca del puente, separan algunos ángeles no dejando que finalice el puente. Al amanecer siguiente el joven recupera su alma, pero a partir de entonces el puente queda eternamente incompleto de un lado sin una roca, se podrá decir que la colocan y listo, pero al anochecer se muestra una neblina y al amanecer se ve que la piedra desaparece.

Se cuenta que a medianoche se muestra a mitad del puente un hombre que observa el lugar donde falta la piedra y se para en ese lugar, desvaneciéndose por la mañana y retornando en las noches más heladas.  Nadie ni de broma se acercaría ya que el «frío» no te dejaría reposar, testigo de lo que ocurrió aquella noche entre un hombre y el demonio. Le dejamos a continuación otros post de interés:

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