Skip to main content
Rate this post

La leyenda del Jinete sin cabeza, es una historia muy popular, en diferentes partes del mundo, sus pobladores la narran de acuerdo a su propia cultura, sin embargo, todas envuelven el relato de un hombre quien pierde su cabeza.  En este artículo, podrá conocer las diferentes versiones sobre este personaje que se monta sobre un caballo de color negro.

Leyenda del jinete sin cabeza

El Jinete sin Cabeza

A continuación describiremos las leyendas relacionadas con este singular personaje, en sus diferentes versiones fantásticas:

Leyenda uno

Esta leyenda cuenta, varias con varias versiones, que al escucharlas o leerlas, te sientes atraído por conocer sus relatos.

Cuenta la leyenda del jinete sin cabeza para niños, sobre un personaje fantasioso que existía un jinete sin cabeza, que se ha narrado desde los tiempos de la Edad Media, formando parte de la cultura celta o alemana, sin embargo, su popularidad se ha extendido internacionalmente, que ha llegado a oído de los habitantes de Washington Irving.

Mientras que el silencio sepulcral envolvía la llanura, las aves entonaban sus fuertes sonidos con sus alas y el canto que emitían, en una majestuosa tardes, en la lejanía del exótico y fantástico paisaje, llegaban las garzas con sus atractivos plumajes, que mantiene en la leyenda momentos de melancolía. El ambiente, se muestra perfecto para meditar, las copas de los árboles con sus encantadores capullos de flores, airean sus largos cabellos.

Es época de verano, lo ancho y largo de la llanura se observa árido y solitario, conjugando una triste nostalgia. Sin embargo, el atardecer es atractivo y encantador, de repente las poesías hermosas, comienzan a atrapar la oscuridad de la noche.

Cuenta, la leyenda sobre el Jinete sin cabeza, que en un viejo corredor de una haciendo, había un anciano quiera era el patrón, quien diariamente no deja de leer atento el periódico, y de cuando vez brotaba de su boca humo de pipa.

Con la entrada del ocaso, siendo las seis de la tarde, el anciano, va en búsqueda de aire fresco. En los corrales, el ganado comienza a descansar, cuando sin pensar, se escuchan unos gritos de los pobladores, quienes arreaban el ganado de ordeño.

Mientras tanto, muchos de los peones estaban reunidos en la cocina y sentados alrededor de la mesa rustica, quienes se proponían a comer la merienda.

El llano y sus pobladores bajo su sombra descansando en la inmensa casa de la hacienda, era alumbrada con faroles de luz rojiza.

Mientras tanto, la hija del patrón, de nombre Patricia, se le acerca a su padre, con un semblante nerviosa, porque uno los sabaneros de nombre Rosendo, terminaba de narrar un terrorífico relato, que acostumbran a narrar una vez que termina la faena diaria. -El anciano, se aparta la pipa de su boca y con seriedad, le pregunta ¿Qué te pasa hija mía?

-Papá, si supieras, Rosendo estaba relatando en la cocina, que en esta casa espantan, que todas las noches llega un jinete sin cabeza, y se para justo en el comedor.

El padre, deja entrever entre su apretado bigote, una pícara sonrisa.

-No tengas miedo hija querida, son sólo supersticiones, se tratan de leyendas que estos hombres cuentan en sus ratos de descanso, mientras que el tiempo pasa.

-La joven hija, le dice a su padre: ¿A qué viene esto?

-Te lo voy a contar, escúchame con atención.

-Cuando yo era jovencito, mi abuela me contaba que en aquellos tiempos inolvidables, cuando en la haciendo había todo tipo de comodidades, se acostumbraba a festejar con gran majestuosidad el nacimiento del Niño Dios.

Eran festividades, que se preparaban por todo lo alto, mientras al disfrute de los asistentes ninguno se retiraba sin haber comido. Te cuento, había un muchacho de nombre Luciano, quien era de buen corazón, hijo del patrón de la hacienda, y tenía su novia, que quería mucho, y estaban haciendo los preparativos para el casorio, que se efectuaría el 25 de diciembre, su prometida se llamaba Carmelita, una hermosa doncella, como la flor del llano, que entregaba su aroma al corazón de un hombre enamorado.

Había otro joven, de nombre José, quien tenía malos sentimientos, y trabajaba en una de las haciendas vecinas, éste también le gustaba y estaba enamorado de Carmelita, y embriago por los celos, por saber que pronto contraería matrimonio con Luciano, se le ocurrió una tarde de espiarlo, cuando atravesaba el camino hacia la plaza, y así cometer su macabro plan, acompañado de su brutal sentimiento.

Así fue, Luciano, inocente del criminal y sin sospecha alguna, regresaba contento a la hacienda, justo cuando atravesaba la zona, José sin pronunciar palabra se arrojó encima del infortunado joven, con implacable acción descargó su furiosa arma y le cortó la cabeza.

El asesino José, corrió en estampida dándose a la fuga, y más nunca se conoció a dónde fue a parar. Esta es la razón, hija mía, que durante las noches de luna y tranquilidad, y el llano reposa con sus misterios y secretos, se escucha en la lejanía el trotar de un caballo que se acerca a la hacienda, después se escucha claramente que alguien baja del animal, accede al comedor, y al pasar un rato de su andar, vuelve a subir al caballo y se retira llano adentro.

Cuentan, quienes han podido observar el jinete sin cabeza, que se trata del mismo personaje, quien fue víctima de aquella desdicha de un hombre de corazón malvado; muchos aseguran que es el espíritu de Luciano, que anda en búsqueda del misterio de la muerte y la verdad de la existencia, y de la hermosa muchacha de sus sueños que perdió en vísperas de contraer nupcias.

-Te diste cuenta, hija, esta es la leyenda que Rosendo trato de contarles a sus compañeros. Ve, tranquila a descansar y a dormir, que yo te acompañaré, y borra de tu mente esa superstición, y que Dios y la Virgen te acompañe.

-La joven Patria, luego de escuchar la narración de su padre, le dio un beso en su mejilla, y se fue sumergida en un absoluto silencio, se fue a reposar. En una de las sillas que estaban en el zaguán, un sabanero en compañía de su vieja guitarra, contaba sus tristes recuerdos al son de una canción, melancólico y sentimental.

Canción entre un viento frío propio de los llanos, al ser puesta en las copas florecidas de los arbustos antiquísimos, la canción llega al suave lecho, donde duerme y descansa la amada mujer que era de sus sueños. La leyenda del jinete, sin cabeza, igualmente tiene otra versión, que se la contaremos:

Leyenda dos

La leyenda, comienza con el relato de un jinete sin cabeza, que contaba un cliente que visitaba regularmente la cantina.

Cuentan que un buen día llegó pidiendo a sus amigos que le dieran unos cuantos pesos para llevar a su hijo enfermo al médico. Sin embargo, los pícaros, vieron en la necesidad de su amigo una razón para divertirse, y uno de éstos le pronunció:

-No tenemos ni un peso, pero puedo decirle un secreto. Cuentan, que si sube al caballo negro que sube por la loma a gran velocidad, y consigues domarlo, lo guiará hasta la caverna de viejo amo, que está repleto de oro. Y puedes tomar, lo que quieras y necesites para su hijo.

Se sabía, que se trataba de una vil mentira, lo inventaron justo en ese instante, para reírse y burlarse de su amigo. Pero, el hombre entre su necesidad y angustia, se va a la loma y encaramado en la rama de un arbusto, espero el caballo y cae sobre el animal.

Con el movimiento y relincho del caballo, la cabeza del desesperado hombre quedó colgada en la rama del árbol, y la sangre derramada empapo los ojos del caballo. El brioso caballo, salió a estampidos con el cuerpo del hombre encima, sus manos estaban bien agarradas al pelaje, y en instantes se fueron por el precipicio. El hombre y el caballo, quedaron unidos entre la sangre y la muerte, no se distinguían el uno del otro.

El fluido sanguíneo, corría como un río bravío, haciendo zanjas en la tierra árida, que absorbía como reseca y sedienta, enseguida se llenaron de burbujas que empezaron a arder en llamas, los cuerpos fueron consumidos por la tierra.

Los burlones hombres, no hablaban del hecho a ninguna persona, pero, pero en el aurora del siguiente día, les apareció en sus puertas el signo de una herradura sellada.

Al pasar los días, siendo la séptima noche, luego del hecho, en el sonido de las piedras del río, se alcanzaba a escuchar un eco ensordecedor que estremecía los nervios.

El sonido, eran casos de caballos, que avanzaba al trote pacífico, para que los escucharan todos, lograron observar desde la distancia, una fuerte y candente bola de llamas que rodaba por la loma, por lo que todos se fueron a ocultar en sus casas.

En una de mínima fisura entre las paredes, los fijones vieron un gigantesco caballo de color negro, que sus patas y crin estaban envueltos en fuego y brotaba de su boca llamaradas… cumpliendo órdenes de un jinete sin cabeza, que lo trasladó por todas las puertas marcadas, y salieron cargando seis cabezas, que le dio como alimento al enorme animal, dejando apartado los cuerpos calcinados de los escrupulosos burlones.

A partir de ese momento, aquel pueblo: “Quien no tenga la intención de auxiliar a un alma necesitada, será decapitado por el jinete sin cabeza, y su cuerpo transformado en cenizas por las llamas del inframundo, que el gigante caballo negro lleva consigo”.

Mitología irlandesa

Cuenta, la leyenda irlandesa, que existía Dullahan irlandés o Dullahan, que pertenecía al mundo de las hadas irlandesas, existiendo especialmente una activa en los pueblos de Sligo y Down.

Narran, que se trata de una especie de criatura sin cabeza, que regularmente anda sobre un caballo de color negro, y su cabeza la lleva bajo su brazo derecho, luciendo una espantosa sonrisa desplegada de oreja a oreja, posee ojos negros y pequeños.

Cuentan, que cuando llega la oscuridad  de la media noche, y especialmente en días festivos o grandes noches de banquete, el jinete salvaje puede ser visto en las noches oscuras de los campos irlandeses, con su cabeza que brillante con una luz incandescente y con olor putrefacto, que uso como linterna.

El Dullahan, menciona un nombre, y en ese instante la persona nombre fallece. Existen otras versiones, que lo señalan llevando un carro de color negro. Mientras, que la leyenda, más aterradora, es de una fábula escocesa, que narra sobre un jinete sin cabeza llamado Ewan, quien fue decapitado en una contienda entre clanes en la cañada Cainnir en la Isla de Mull.

Su fallecimiento, obstaculiza la probabilidad de llegar a ser un gran líder, y él y su caballo se presentaban con su cabeza en alguna parte de su cuero, y en la región donde perdió la vida.

Mitología germánica

En la mitología germánica, las leyendas se dan inicio con los hermanos Grimm, que narra dos fábulas populares alemanes, sobre un jinete sin cabeza. La primera leyenda, narra que cerca de Dresde en Sajonia, existía una mujer que salía de su casa temprano por la mañana, los días domingo, para buscar bellotas en una montaña cercana, conocida como «Aguas Perdidas».

Una vez que arribaba a la zona, se escuchaba el sonido de un cuerno de caza, que ella no tomaba en cuenta. Pero, al volver a escucharlo, se da vuelta, y está cerca de ella un hombre sin cabeza, con un abrigo largo y color gris, montado en el lomo de un caballo negro.

La segunda corta leyenda, narra que en Brunswick, en la Baja Sajonia, donde el jinete sin cabeza, es denominado  «el cazador salvaje», quien hace sonar un cuerno, alertando a los cazadores que no deben viajar ni cazar al siguiente día, quien presiente que puede ocurrir un accidente y se puede impedir.

Algunas versiones alemanes que narran sobre el jinete sin cabeza, se basa en autores de asesinos. Mientras que en otras, el mismo jinete se acompaña de una jauría de indomables perros de color negro, que brotan de su boca lenguas de llamas.

La popularidad: Estados Unidos y Washington Irving

La leyenda del jinete sin cabeza libro, es una personificación fantasiosa de la novela corta de la Leyenda de Sleepy Hollow, del escritor estadounidense Washington Irving.

El relato, se origina en un pequeño poblado del Estado de Nueva York, conocido como Sleepy Hollow, mientras que existió la Guerra de la Independencia americana.

La cultura tradicional, mantiene que la leyenda del jinete sin cabeza, se trataba de un mercenario de nombre Hessiano, quien fue asesinado durante la contienda de White Plains.

Este fue decapitado, por un seguro disparo de un cañón, que le destruyó la cabeza, quedando esparcida por el campo de batalla. El cuerpo fue recogido por sus compatriotas del ejército, y sepultado en el antiguo camposanto del templo holandés de Sleepy Hollow, donde por las noches los espíritus de los difuntos, se levantan como criaturas malvadas y viles en búsqueda de su cabeza perdida.

De manera que, la leyenda del jinete sin cabeza película, ha sido llevada a las salas de cine,  producida por el arte cinematográfico,  por Sleepy Hollow, titulada: «El Jinete Sin Cabeza». Le invitamos a compartir otras leyendas en:

(Visited 1.609 times, 1 visits today)