Son muchas las oraciones y plegarias que hemos creado con el pasar de los años para pedir el favor y la gracia de Dios, de la Virgen María, de sus Ángeles o del Espíritu Santo; para que nos ayuden con nuestros problemas, intercedan por nosotros cuando nos distanciamos del camino del evangelio, sirvan de guía, etc. Pero sin duda, la Oración de la Sangre de Cristo es una de las más potentes. Acá te enseñaremos el porqué de esto, cuál es la oración y mucho más.
La Sangre de Cristo
La sangre de Cristo es uno de los elementos más significativos y simbólicos que existe para la fe católica. No podemos olvidar que en la última cena frente a todos sus discípulos, él mismo señor Jesucristo no da a beber de su sangre consagrada a través del vino para purificar nuestros almas de todos los pecados cometidos. Pero además, no solo se remite al mero ofrecimiento; ya que luego derramaría su sangre de forma voluntaria por nosotros.
En el más piadoso y divino de todos los sacrificios en la cruz. Debido a esto, todas las oraciones dedicadas a la Sangre de Cristo se relacionan de una u otra forma con la protección, ya que para eso fue que Jesús no las entregó; y nos permite que la sigamos utilizando cada vez que recibimos el sacramento eucarístico.
Estos aspectos le confieren a las oraciones que se realicen en nombre de la sangre de Cristo un gran poder, y es la razón por la que se utilizan en los casos más extremos (casos difíciles), en las necesitadas más adversas, cuando pedimos ayuda por aquellas personas que están muy alejadas del camino del evangelio, etc. Aún así, se pueden realizar estas oraciones en las plegarias diarias para pedir sobre cualquier aspectos de nuestras vidas: por nuestros hijos, por la familia, por nuestra salud o la de alguien que esté padeciendo alguna enfermedad, por la iglesia, por nuestra comunidad, etc.
Respecto a la pregunta de ¿con qué frecuencia debo realizar estas oraciones? Pues bien, depende de cada persona y de la situación que esté atravesando en ese momento. En principio no hay que olvidar que el acto de orar no está destinado únicamente para pedir favores a nuestro señor Jesucristo, a Dios o a la Virgen María. De hecho, todos los católicos tienen que ser conscientes que realizar una plegaria u oración, es un vehículo para conectar con Dios, pero sobre todo; un medio para celebrar y dar gracias por las enseñanzas del evangelio. Comprendiendo esto, sabremos que orar es una obligación que debemos hacer de manera constante, así como el ir a misa y recibir el sacramento de la eucaristía.
En base a lo anterior, lo que se espera es que tengas espacios de oración con cierta frecuencia; y en ellos puedas incorporar siempre que lo desees o lo necesites la oración a la sangre de Cristo. Algunas personas la suelen utilizar como oración diaria matutina o para rezar antes de ir a dormir. Como dato adicional, la biblia nos explica que Jesús fallece al ser atravesado en un costado por una lanza donde comenzó a fluir agua y sangre. Esto implica que no solo la sangre tiene un gran significado para los católicos, sino también el agua. Que luego será relacionado con la purificación de los pecados y visto como un símbolo de bautismo.
¿Cuál es la Importancia de la Oración de la Sangre de Cristo?
Para empezar, nos permite acortar la distancia que solemos tener con Jesucristo. Esto implica estar más cerca de él y recibir todo su amor, compasión, divinidad, gracia y sobre todo; su protección y cuidado. Por otro lado, el tener que pedir su ayuda nos permite presentarnos ante él como las personas humildes y vulnerables que somos. También nos ayuda a mostrar quienes somos realmente, cuales son nuestros deseos, motivaciones, inquietudes, anhelos, miedos, etc.
Al ser una fuente de renovación, esta oración es ideal para buscar alivio y perdón frente a los errores y pecados cometidos. Sobre todo para aquellas personas que se han desviado demasiado del camino de Dios y de las enseñanzas del evangelio. Los padres suelen acudir a esta plegaria cuando tienen hijos que se comportan de manera rebelde, dejan se hacer caso a las normas y comienzan a meterse en problemas.
Oración de la Sangre de Cristo
Esta Oración de Protección con la Sangre de Cristo puede ser utilizada para distintos motivos:
- Como una Oración de la Sangre de Cristo Para los Hijos.
- Como una Oración de la Sangre de Cristo Para el Amor.
- Para pedir por nuestra protección cuando nos encontremos en alguna situación difícil de superar.
- Cuando estemos demasiados cargados por el peso de nuestros pecados y necesitemos aliviar esta carga.
- Para pedir por nuestras familias, amigos, la comunidad en general, la iglesia, etc.
La oración de la sangre de Cristo es la siguiente:
«Señor Jesús, en tu nombre y con el poder de tu sangre preciosa sellamos toda persona, hechos o acontecimiento a través de los cuales el enemigo nos quiera hacer daño.
Con el poder de la sangre de Jesús, sellamos toda potestad destructora en el aire, en la tierra, en el agua, en el fuego, debajo de la tierra, en las fuerzas satánicas de la naturaleza, en los abismos del infierno, y en el mundo en el cual nos movemos hoy.
Con el poder de la sangre de Jesús, rompemos toda interferencia y acción del maligno. Te pedimos Jesús, que envíes a nuestros hogares y lugares de trabajo a la santísima Virgen acompañada de San Miguel, San Gabriel, San Rafael y toda su corte de santos Ángeles.
Con el poder de la sangre de Jesús, sellamos nuestra casa, todos los que la habitan (en este espacio puedes indicar el nombre de cada uno de los integrantes de tu hogar), las personas que el señor envíe a ella en un futuro, así como los alimentos y los bienes que él generosamente nos envía para nuestro sustento.
Con el poder de la sangre de Jesús, sellamos la tierra, puertas, ventanas, objetos, paredes, pisos y el aire que respiramos; y con nuestra fe, colocamos un círculo de su sangre alrededor de toda nuestra familia.
Con el poder de la sangre de Jesús, sellamos los lugares en donde vamos a estar este día, así como las personas, empresas o instituciones con quienes vamos a tratar (aquí podemos mencionar también, todas las personas con las que vayamos a interactuar durante ese día).
Con el poder de la sangre de Jesús, sellamos nuestro trabajo material y espiritual, los negocios de toda nuestra familia; y los vehículos, las carreteras, el aire, las vías y cualquier medio de transporte que vayamos a utilizar.
Con tu preciosa sangre sellamos los actos, las mentes y los corazones de todos los habitantes y dirigentes de nuestra patria. A fin de que tu paz y tu corazón puedan reinar en ella.
Te agradecemos señor, por tu sangre y por tu vida, ya que gracias a ella hemos sido salvados y somos preservados de todo lo malo. Amén«.
Oración Breve a la Sangre de Cristo
En caso de que quieras realizar una oración menos extensa, pero que te permita solicitarle al señor plenitud y más amor en tu vida, puedes utilizar la siguiente oración:
«Mi señor, purifícame, puesto que conoces mi ser y sabes que mi devoción al igual que mi fe esta profundamente arraigadas en mi alma. Por eso, a través de la sagrada oración de tu sangre, te pido mi señor Jesús, que puedas interceder por mi familia, mis hijos y mis amigos; para que los problemas sean expulsados y que las personas que pretendan dañarnos sean alejadas de nuestras vidas«.
Historia de la Oración de la Sangre de Cristo
Como ya se mencionó, la raíz histórica de la oración a la sangre de Cristo se da en la última cena cuando Jesús nos ofrece su sangre y cuerpo consagrando el vino y el pan (donde el vino se transforma en la sangre de Cristo?. A partir de ese momento instituye el sacramento eucarístico para permitirnos conseguir la redención y la purificación de nuestros cuerpos y almas.
A pesar de esto, tardó un tiempo en que esta práctica se consolidara y esparciera entre toda la comunidad católica. No hay que olvidar que durante sus inicios, aquellos creyentes en las enseñanzas de Cristo eran perseguidos por los judíos que rechazaban las doctrinas y enseñanzas de Jesús.
Con el pasar de los años se consolida la iglesia católica y se realizan muchas oraciones y plegarias en nombre de la Sangre de Cristo, pero estos rezos aun no cuentan con la aprobación formal de los líderes de la iglesia. Esto cambia con el papa Juan XXIII, que escribe la carta Apostólica «Inde a Primis». En ella, invita a todos los fieles a presentar culto y oración a la preciosa sangre de nuestro señor Jesús.
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