La Novena a San Pancracio es muy utilizada para pedir ayuda por millones de creyentes que esperan del Santo salud, trabajo y bienestar. Esta novena, nos sirve para implorar sea por fervor al Santo, también para solicitar sanidad para un enfermo o para obtener un trabajo, son plegarias eficaces por lo que es muy frecuente ver en mercados y comercializaciones la ilustración de este santo como guardián del lugar.
Novena a San Pancracio
San Pancracio fue un chico que vivía en un pueblo cercano de Roma. Cuando finalmente cumplió sus 14 años, este niño Santo quedó desamparado y es llevado a Roma por su tío para que lo ayudara en las labores del hogar y del campo.
En aquel lugar, su tío lo enamora de Jesucristo, puso su fe plena en Él y se hizo bautizar, pero al día siguiente de su sacramento, San Pancracio es tomado como presidiario debido al seguimiento de los religiosos liderados por el indigno emperador Diocleciano, luego de esto falleció, ya que prefirió se decapitado antes de renunciar a su fe en Dios.
Con la Novena a San Pancracio puedes hallar la forma de poner tu confianza en Dios a través de este santo patrono del trabajo y de la fortaleza.
San Pancracio y su fe
La historia nos cuenta que fue sometido a tormentos y ferocidades para que maldijera de su fe, pero el joven Santo ya gozaba del amor de Jesús y le había entregado su corazón a Él, rechazando así todo aquello que lo alejaba de su adoración por Dios.
Luego de dar las gratitudes y absolver a sus perversos verdugos, San Pancracio no dudó en ofrecer su juventud para mantenerse fiel a Cristo.
El Papa Gregorio Magno, con repetición citaba a la muchedumbre del pueblo para que se congregaran alrededor de su santa sepultura, para que, desde ese lugar, todos estudiaran lo que representa el argumento del auténtico amor cristiano.
Novena
Te incitamos a invocar la Novena a San Pancracio, es decir, durante nueve días, debes hacer estas oraciones . en caso que estés pasando por alguna conflicto en tu vida diaria o para conseguir trabajo.
Primer Día
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
Acto de constricción
Señor mío Jesucristo, Dios y hombre auténtico, salvador de las almas que en vos. Confían, os amo de todo corazón, me pesa si alguna vez os he ofendido, y extenuado
Ante la imagen de vuestro mártir San Pancracio, por su intervención, propongo no pecar más, corregir mi vida libertina, y cumplir la penitencia que fuere impuesta
Para alcanzar de vos misericordia y clemencia, si soy digno de ello, y así purificado obtener después en premio la corona de la Gloria eterna. Amén
Meditación
Nuestro corazón ha sido creado para amar: lo que más tienes que amar es a Dios; más que a todos los individuos, más que a todas las fortunas del universo y, de esta manera, te evitarás también muchas desilusiones.
De esta forma lo hizo San Pancracio y por eso logró tantas ayudas de Dios. Pídele de corazón esta gracia; estarás más sereno y conseguirás su resguardo en todo lo que necesites.
LA FE, INTEGRIDAD BEATÍFICA DEL SANTO
Según la doctrina cristiana es una virtud que nos inclina a creer todo lo que Dios Ha manifiesto y la iglesia establece como cosa de fe.
Por la Fe profesamos las verdades expuestas, tal como nos plantea nuestra santa Madre Iglesia. Sin fe, no hay paz ni calma en el mundo y en los mortales.
Mirad el cuadro que brinda la humanidad entera en estos tiempos. El mundo y la sociedad están llenos de odio y se remueven en incesantes acometimientos.
Un pueblo batalla con otro pueblo, unas naciones contra otras, y los individuos están en guerra continua, porque les falta la base primordial de sus creencias, que es la Fe.
Oración Final
San Pancracio, idóneo venerado de Cristo, os ruego impetréis de Dios las gracias que pido si son provechosas, a fin de que pueda postrarme delante de vuestra imagen para rendiros tributo de gratitud por los favores recibidos. Amén.
En el próximo vídeo escucharán parte del primer día de la novena a San Pancracio.
Segundo Día
El Santo Goce de Esperanza
El hombre mortal es versátil, y muchas veces incumple, sin ofrecer el servicio que debe a Cristo, su Creador. No pocos de los que están otorgados de cualidades, vanidosos por estas gracias, se aíslan del camino justo y razonable que los ha de trasladar a su eterna salvación.
Confían en sí mismos; quebrantan, y aun desechan las enseñanzas tan bien prodigadas por la iglesia. El interés de esta es usurpar almas. Incita, investiga, busca, enseña a los que andan desconcertados.
El objetivo es que logren siempre la prosperidad; temporal y concerniente, mientras vivan en el mundo, y después la perdurable, incondicional y indiscutible, que es el Cielo.
La primera suministra armonía al corazón del religioso, y, por lo tanto bienestar. Este gozo será perpetuo, si conserva la gracia de Dios. Es un lazo que no debe romperse jamás. La unión perfecta es ancora para no hundirse en el torbellino que amenaza, flagela y envuelve al hombre peregrino y dudoso.
El que espera y cumple acorde a la Ley divina, será salvo y venturoso. La esperanza ha de ser escudo, y la gloria el premio de sus trabajos y prácticas de honradeces. Así lo entendió San Pancracio. Consta en las actas antiguas de su tormento que dijo al emperador Diocleciano;
“Los Cristianos ponen todo su gusto en derramar la sangre por Jesucristo…” La esperanza de una vida mejor fue su ideal y la adquirió muy joven. Pídase la gracia que se desee alcanzar en esta Novena.
Resolución
Confiar en Dios, tener paz en el corazón, actuar con honradez, son gracias que nos hacen esperar un fin bienaventurado para siempre.
Tercer Día
¡ Caridad, caridad y caridad!
La caridad es la reina de las virtudes, es la que ha de mandar y cuidar nuestro corazón. Esta virtud (según San Agustín) es un compromiso que siempre tenemos a favor del prójimo. Se paga cuando se instruye, y se debe cuando se recibe, porque no hay período alguno en que no se debe obrar.
Leemos en el Evangelio: “No queráis decir, Que comeremos, que beberemos, o con que nos haremos vestido? El Padre celestial tiene cuidado de todo eso”.
Dios aprieta, pero no ahoga. Seamos desprendidos, espléndidos, compasivos. Al que sin maltratar, desecha las riquezas del mundo, por amor a Dios y a nuestros semejantes, le tiene ofrecido darle el cien por uno, y además la vida perenne.
La caridad hace al pobre verdaderamente rico; el que la ejerce consigue un tesoro infinito de dones; alegría, armonía, tranquilidad, descanso, bienestar y una serie de gracias espirituales que fluyen de la gracia del Señor.
Piensa que todas las épicas acciones de los santos no tienen otro secreto que la misericordia. La historia de la iglesia está llena de ejemplos a repetir. La misericordia perfecta aparta del alma todo recelo y miedo, así como el apego a las fortunas, consignadas a corromperse y esfumarse.
Mediante esta virtud superior, trabajas para acumular un capital que en la otra vida será interminable, indestructible, sin incertidumbres y externo.San Pancracio, en poco tiempo, dada su tierna edad, instruyó en grado sumo la caridad, hasta derramar su sangre, para unirse para siempre con su adorado Jesús.
Cuarto Día
Prudencia
Es una virtud fundamental que regula nuestra bienandanza. En el trato recíproco con los individuos se ha de decir todo lo que se debe notificar, ni más ni menos, lo equitativo y completo, rotundamente y con franqueza.
Enseña Kempis: Es gran conocimiento no actuar con apresuramiento, ni adherirse obstinadamente al propio modo de sentir. Así mismo lo es no dar consideración a cuanto nos relatan, ni contar a otros lo que se ha escuchado o imaginado. Hemos de tomar recomendaciones, en delicados aprietos de nuestra vida, del varón sensato y recto.
Por esto la vida buena hace al hombre culto según Dios y experimentado en muchas cosas. Cuanto más obediente sea uno y fiel al Señor, tanto más tranquilo e inteligente será en todo. ¿De qué se aprovecha la ciencia sin el temor de Dios? Hay instrucciones que poco o nada importan al alma, porque las palabras vacías, prolijas y malas, que predominan en superabundancia en el trato, muchas veces las pierden y desperdician.
En cambio una vida santa y un conocimiento puro, le impulsan tranquilidad de ánimo y convicción de su salvación. Verdaderamente es grande el hombre sensato que tiene fe. Es también grande el concedido de caridad. Verdaderamente es grande el que se califica pequeño y tiene en nada la más destacada honra. Es grande aquel que, por ganar a Jesucristo, considera indigno todas las cosas terrenales.
Es sabio el que cumple la voluntad de Dios y renuncia a la suya propia. Así obró y lo practicó el mártir San Pancracio, mereciendo por ende los honores del altar.
Quinto Día
Justicia
Para conducir a la justicia, ha de haber una ley, que es la que instituye preceptos; y para ser perfecta, aquellos mandatos han de ser equitativos y acorde a la razón. La Ley establecida por Jesucristo, que llamamos Evangelio, no solo es santísima, si no dócil y vacila de cumplir, ventajoso a los creyentes que accionan nuestro credo y beneficiosa para las almas que desean a su salvación.
Se compara con la excelencia conocida por la Ley antigua, desde luego prevalece la evangélica en su realización, por la dureza y apuros que brinda la primera. Un solo respeto y ejemplo para aclarar la percepción: el hombre desconcertado anhela aproximarse a Dios e intensifica la ilusión de ser algún día perennemente bienaventurado.
Esto no lo podrán conseguir en la Ley Antigua, ni aun los mismos patriarcas, sino por un acto perfecto de misericordia o penitencia perfecta.
Sexto Día
Fortaleza
Es una de las honradeces más complejas de practicar, dada la versatilidad humana. Hemos de reflexionar que la vida del hombre en la tierra es una milicia continúa, se ha de combatir para vencer. El que tenga fortaleza para conquistar y conseguir el ideal sobresaliente, o sea la salvación, logrará el éxito completo.
Hemos de mantener estable y solucionada nuestra posición de creyentes devotísimos en el obrar, para que nos presencie la gracia de Dios. Como tales, seamos atentos y cuidadosos en el santo servicio.
A este propósito, escribe un autor contemplativo que se hallaba lleno de angustia, debatiéndose entre el recelo y la ilusión, cansado de desconsuelo, cuando entró en el templo y se postró ante el altar en oración, y meditando en su corazón varias cosas, dijo:
“Oh” Si supiese que había de perseverar” Y al punto oyó en su interior esta divina respuesta: “¿Qué harías si lo supiese? Haz ahora lo que harías entonces, y estarás bien seguro. Serás Salvo”
Séptimo Día
Templanza
Durante seis siglos preponderar en la tierra el imperio romano. Roma, capital del imperio, era ciudad progresiva; impregnaba todas las prontitudes; sus leyes, acreditadas por la razón escrita, dominaban todos los países conquistados, infundiendo la lengua, arte y demás habilidades intelectuales en el gobierno de los pueblos.
Llegó a su punto frígido la autoridad romana mientras las costumbres de los habitantes fueron moderadas; pero comenzó la decadencia cuando se rebosaron las pasiones, resplandeciendo la bestia humana. Perdió entonces aquella especie de espiritualidad que pesaba sobre gobernantes y gobernados, uniéndolos entre sí.
En estas situaciones y períodos, viene al mundo Jesucristo, verdadero Dios y verdadero Hombre, para redimirnos, para salvar las almas. Instruyó una doctrina, que custodia y hace observar la iglesia, fundada por él mismo.
Octavo Día de la novena a San Pancracio
Dones del Mártir
San Pancracio, modelo de mártir, nos promete como hemos visto en anteriores reflexiones, la perfección de sus dignidades beatíficas y esenciales. Adorna, además, su alma con la púrpura de su sangre, para igualarse al Maestro.
Entre los dones otorgados al privilegiado discípulo de Cristo, prevalecen su juventud, labor inmutable, resplandeciente salud y generoso desprendimiento. Por ello los que le imploran, piden por su mediación al altísimo les conceda salud, trabajo, cordura y bienestar en los actos y empresas necesarias de la vida y supremamente su compañía en el cielo.
Noveno Día
Perseverancia
Mediación de San Pancracio.
La Corte celestial tiene valiosa intervención ante Dios. Por lo tanto, los Santos pueden ser nuestros guardianes, ya en vida, alcanzándonos las gracias provechosas y necesarias, ya en la obra de la muerte para que el camino sea feliz y después la prosperidad sea eterna.
De nuestra manera de obrar depende que se nos muestren favorables. Si copiamos sus integridades, mediante las cuales alcanzaron perfección y el premio ofrecido a los buenos, a los que siguen a Jesucristo, nuestro divino Redentor, conseguiremos por medio de ellos el mayor precio, esto es el cielo.
La cumbre de nuestras ambiciones tangibles ha de ser llegar a término, formar parte de los incontables espíritus que enaltecen y honran al Señor Todopoderoso, salvador de las almas y salvador del género humano.
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