Erigido como santuario sagrado del pueblo de Israel, el Templo de Jerusalén guarda una historia de espiritualidad y devoción que ha permanecido incólume a través de los siglos. Desde la construcción del primer templo ordenada por el Rey Salomón, hasta lo que queda como vestigio, el Muro de las Lamentaciones de nuestros días, representa no solo la fe, sino la unión de varias religiones que reconocen a un solo Dios, nuestro señor.
Origen del Templo de Jerusalén
El Rey David, tras tomar el control de la ciudad de Jerusalén, la fortificó y transformó en la capital de Israel trayendo el Arca de la Alianza que fue colocada sobre el monte Moriá en las afueras de la ciudad.
David compró la propiedad del Jebuseo por cincuenta siclos de plata y construyó un altar sobre el cual ofreció ofrendas de paz. Esta colina, que es el Monte Moriá estuvo destinada a ser el área de construcción del Templo de Jerusalén, un santuario para alabar a Yahvéh.
El rey David había amasado una gran fortuna para el templo, pero su construcción se reservaba a su hijo, Salomón quien contrató constructores y obreros especializados en la piedra, metal y la madera de cedro y ciprés del Líbano. Tras siete años y medio de trabajo, el rey pudo dedicar solemnemente el templo al Dios verdadero.
El Templo de Jerusalén o Templo de Salomón fue construido en el año 960 A.C. para resguardar el Arca de la Alianza, el altar de oro, los candelabros de oro, la mesa de los panes y otros tesoros utilizados como utensilios para la celebración de los cultos hebraicos de la edad antigua.
Su construcción fue el evento más importante del reinado de Salomón aunque significó la ruptura de la antigua tradición que indicaba que Yahvéh moraba en el desierto, en una tienda y no en una casa de cedro, implicando que su morada no sería una edificación construida, sino un sencillo tabernáculo.
En Antiguo Testamento, el Templo fue el símbolo de la presencia de Dios en medio de su pueblo, pero también un gran cambio para el pueblo de Dios, que pasó de ser nómadas a ciudadanos de un país, asentarse en un solo lugar. El Templo de Salomón se convirtió en la casa de Yahvé.
La fama de Salomón ha trascendido a través de 30 siglos después de su muerte y el Templo se considera inspiración de Dios y referencia en los estudios de arquitectura. El Templo de Salomón, se conservó intacto durante 400 años, hasta la invasión de los babilonios que, al mando de Nabucodonosor, exiliaron a los judíos y destruyeron el Templo.
¿Dónde Estaba Ubicado el Templo de Jerusalén?
Estaba localizado en la ciudad de Jerusalén, en el Monte Moriá, que se extiende de norte a sur, es un largo promontorio, que linda al norte con el Monte Bezetha y al este y al oeste por dos estrechos valles que se juntan en su extremidad sur.
Según la tradición judía el Templo estaba en el punto más alto del Monte Moriá. Actualmente se encuentran el Muro de las lamentaciones, el Domo de la Roca y la Mezquita de Al-Aqsa.
Primer Templo
Fue construido por el rey Salomón, hijo del rey David para el pueblo judío, como único centro de culto sustituyendo de esta manera al tabernáculo. Era un edificio, más bien de pequeñas dimensiones, aproximadamente 27 metros de largo y 9 metros de ancho. Su altura de 13,5 metros, parecía una capilla.
Características del primer templo
El culto se llevaba a cabo desde el exterior y al santuario solo podían acceder los sacerdotes y el rey. Dentro había varios recintos:
- Vestíbulo de entrada.
- Una cámara denominada Hejal, o santuario sagrado, construido con piedra, madera de cedro y grandes ventanales.
- La tercera cámara, el Sancta Sanctórum, denominada Dvir o Kodesh, era lugar más sagrado del templo, tenía forma de cubo y en su centro un altar donde se encontraba el Arca de la Alianza que resguardaba las tablas de la ley donde se grabaron los Diez Mandamientos que entregó Dios a Moisés.
- El patio interior rodeado por un muro de bloques de piedra y madera de cedro. En este patio podían entrar los peregrinos, pero no tenían permitido entrar al santuario.
Destrucción del primer templo
Tras la muerte de Salomón el templo fue varias veces profanado por invasores extranjeros y recuperado durante los reinados de Ezequías y Josías. En el año 925 A.C. fue saqueado por el faraón Sisac y en 587 A.C. destruido por los babilonios cuando Nabucodonosor II, llevaba adelante el tercer asedio a Jerusalén.
Del templo sólo sobrevivió un pequeño objeto: Una granada de marfil con inscripciones en caracteres hebreos antiguos que indican que pertenecía al Templo de Yahveh y consagrado a los sacerdotes.
Segundo Templo
Setenta años después de la destrucción del primer templo retornaron los que habían sido llevados en cautiverio y con el liderazgo de Zorobabel, se dispusieron a reorganizar el reino, a reconstruir su templo con gran ánimo e impulso religioso donaron sus tesoros y retomaron sus rituales.
Mucho más modesto que el primero, se levantó el altar en el punto donde se encontraba el anterior para honrar a Dios mientras culminaban los trabajos de reconstrucción. El Segundo Templo sólo fue una sombra del esplendor del primero.
Los samaritanos propusieron colaborar con los trabajos de reconstrucción. Esta oferta fue declinada por Zorobabel y el consejo de ancianos ya que entendían que Judea debía construir el Templo sin ayuda externa.
Comenzaron a circular informes malintencionados sobre los judíos. Se decía que los samaritanos querían frustrar la reconstrucción del Templo y retrasaron los trabajos. Luego de siete años de retraso, se retomaron los trabajos de reconstrucción del Templo y no pararon hasta su finalización.
Su construcción fue completada en el año 515 A.C., veinte años después del retorno de los israelitas desde el cautiverio en Mesopotamia y de inmediato fue consagrado por Zorobabel, durante el reinado del persa Darío I.
Ampliación del segundo templo
Blanco de saqueos e incursiones paganas fue de nuevo consagrado por Judas Macabeo en 165 A.C. luego de la reconstrucción y ampliación ordenada por Herodes.
Alejandro Magno permitió a los judíos profesar su religión. Años más tarde, Antioco IV prohibió la práctica del judaísmo y hacía sacrificios de cerdos en el Templo sagrado de los judíos, se inició la rebelión de los Macabeos.
El resultado fue la expulsión de los griegos de la ciudad, la purificación del Templo y el inicio de la dinastía Asmonea, que gobernó hasta que Pompeyo tomó la ciudad en el año 63 A.C,
Hacia el año 19 A.C, el rey Herodes el Grande inició la renovación y expansión del Templo, para lo cual fue prácticamente demolido para construir uno nuevo en su lugar. Aunque algunas veces se referían a esta edificación como el Templo de Herodes, se le siguió llamando Segundo Templo.
La superficie del nuevo edificio ocupaba una explanada de 500 metros de largo por 300 metros de ancho. Herodes emprendió la restauración del Templo en su esplendor original. Un ejército de sacerdotes convertidos en albañiles y carpinteros tomó a su cargo la reconstrucción.
Ocho años después de iniciados los trabajos y más de 10.000 trabajadores, el nuevo Templo fue inaugurado y abierto al culto. Al momento de su apertura no estaba totalmente finalizada la remodelación, de hecho, fue acabado en el 64 después de Cristo, estando en esa época aún empleados 18.000 trabajadores.
Herodes duplicó la plataforma artificial que tenía el Templo de Zorobabel, ampliando los recintos sagrados.
Características del segundo templo
Estaba conformado por dos patios:
Patio interior
Comprendía todos los edificios del templo y se dividía en:
- El Patio de los Sacerdotes, que contenía la casa de Dios y el altar de los holocaustos. Solo los sacerdotes estaban autorizados a entrar en este patio para ofrecer incienso, arreglar las lámparas. Fue junto al altar del incienso donde se apareció el ángel a Zacarías.
- Patio de Israel. Sólo se admitía aquí a los hombres y sólo al rey se le permitía sentarse.
- El Patio de las Mujeres. Aquí se admitía a las mujeres, pero los hombres también frecuentaban este patio y habitualmente lo cruzaban cuando iban al templo. Aquí había bancos donde les estaba permitido sentarse.
- Patio de los Gentiles. Todo el espacio entre el patio interior y el muro exterior
Patio exterior
Era el lugar de tránsito de los visitantes, ocupaba todo el resto de la plataforma y era el lugar donde los gentiles podían compartir con los israelitas.
Este patio era de gran belleza, pavimentado con losas y rodeado por una doble galería formada por dos filas de columnas.
El Segundo Templo se diferenciaba de su predecesor por su gran opulencia, con un patio plantado de árboles y un espacio reservado para los gentiles, quienes no formaban parte de la religión judía, pero eran bienvenidos a compartir en los eventos religiosos.
El Arca de la Alianza y todo su contenido habían desaparecido durante la destrucción de Jerusalén por parte de Nabucodonosor.
Igual que en el primer templo, había un Hejal y el Sancta Sanctórum que estaba separado de las otras cámaras por medio de cortinas.
Destrucción del Segundo Templo
En el año 66 A.C los judíos se rebelaron en contra del Imperio Romano. Las legiones romanas destruyeron la mayor parte de Jerusalén, incluido el templo.
En el año 70 D.C., durante el Sitio de Jerusalén, fue de nuevo destruido por las tropas romanas al mando de Tito. De este templo solo quedaron los restos del muro de la explanada, lo que hoy conocemos como el Muro de las Lamentaciones, el símbolo más sagrado para el judaísmo y lugar de culto donde cristianos y judíos se unen para venerar a Dios.
Tradición Cristiana y el Templo de Jerusalén
El Templo de Jerusalén, según la tradición cristiana, es una manera de expresar que el verdadero templo es el hijo de Dios, Cristo. Cualquier lugar donde se invoque y venere a Cristo, será el templo de Dios, porque su morada es entre los hombres, no necesita una edificación y menos de tanta opulencia.
Esta afirmación se basa en el Evangelio que dice que el verbo se hizo carne , y puso su morada entre nosotros. Recordemos además la profecía de Jesús sobre la destrucción del Templo.
Sus discípulos estaban admirados ante la belleza del Templo de Herodes. Maravillados se acercaron a Jesús para mostrarle los bellos y elegantes edificios a lo que Él les respondió que nada de lo que estaban viendo perduraría, que todo sería derribado; como efectivamente sucedió.
Tradición Islámica y el Templo
Aunque no es una mezquita, el Domo de la Roca es lugar de veneración para los musulmanes. En dicho edificio se guarda la “Roca Fundacional”, de gran importancia islámica, cuyo credo sostiene que en el mismo sitio donde se encontraba la roca, el profeta Mahoma ascendió al cielo.
La Roca Fundacional
La “roca sagrada” resguardada en el centro de la Mezquita de Omar es la base del altar de los holocaustos en el Templo de Jerusalén. Es el altar donde Abraham iba a sacrificar a su hijo Isaac cuando el ángel exterminador impidió que lo hiciera quitándole la daga de las manos.
Sobre ella se había construido el recinto más sagrado del Templo de Salomón. Se encuentra ahora resguardada en el Domo de la Roca construido por los musulmanes .
De gran valor histórico, simbólico y religioso, el Domo de la Roca es imagen icónica de la cultura islámica. Es reverenciada por numerosos monoteístas; punto de unión de cristianos, islámicos y judíos.
La Roca Fundacional tiene grabados unos caracteres que, según la tradición islámica, fueron tallados por Buraq, el caballo con cabeza de hombre donde Mahoma ascendió a los cielos.
Según otra versión islámica, quien grabó en la Roca la mencionada impronta fue el Arcángel Gabriel, el mensajero de Dios.
Esta roca sagrada es de piedra caliza, natural, irregular, sin labrar, ni pulir; aproximadamente de cincuenta y ocho pies de largo, por cuarenta y cinco de ancho.
En el nivel superior de su superficie hay un agujero por donde se escurría la sangre y el agua de las ofrendas y fluía por la cavidad inferior donde se depositaba para ser luego llevada por un conducto subterráneo hasta el valle del Cedrón.
El Muro de las Lamentaciones
El Segundo Templo de Jerusalén fue destruido por las tropas romanas durante la revuelta originada por la rebelión de los judíos en contra del Imperio en el año 70 D.C., durante el Sitio de Jerusalén.
En el año 132 d.C, los judíos se sublevaron de nuevo y recuperaron el control de Judea y Samaria. Durante dos años y medio Jerusalén fue nuevamente su capital. Pero el Emperador Adriano no tardó en sofocar la rebelión. Decidido a acabar con la resistencia, arrasó con toda la ciudad de Jerusalén.
Lo único que quedó del Templo fue una de las murallas externas. Conocida durante siglos como el Muro de las Lamentaciones. el símbolo más sagrado para el judaísmo y lugar de culto donde cristianos, islámicos y judíos se unen para venerar a Dios.
Para los judíos, este muro era lo más cercano que podían llegar al Templo sagrado.
Hoy día, dos milenios han pasado y la situación no ha cambiado, el muro sigue en pie, y los judíos nunca más pudieron dar un paso más allá.
Su nombre en hebreo significa «muro occidental». Data de finales del período del Segundo Templo. Es uno de los cuatro muros de contención erigidos para ampliar la explanada sobre la cual fueron construidos el Primer y el Segundo Templo de Jerusalén.
Hoy a esta explanada se le conoce como la Explanada de las Mezquitas por la tradición musulmana o Explanada del Templo por la tradición judeocristiana.
El Templo en Tiempos de Jesús
El Templo de Herodes, tal como Jesús lo conoció, constaba de un patio, lo que hoy es la gran explanada donde solo queda el Muro de las Lamentaciones, rodeado de suntuosos pórticos sostenidos por columnas de mármol blanco y techo de madera de cedro.
Jesús reconoció en todo momento la santidad del Templo. Aquí lo encontraron sus padres conversando con los sacerdotes, después de tres días de búsqueda. Muy probablemente, desde los 12 años de edad, iba a Jerusalén anualmente con María y José.
Durante su vida apostólica, Jesús predicó largamente bajo los pórticos del Templo, invitando a la gente a seguirle.
La idea de Jesús era que el Templo debía ser un lugar de oración, sin opulencia. También expresó su oposición al culto de su tiempo y, como los profetas, predijo la ruina total del templo herodiano, que tuvo lugar el año 70 d. C, cuando el emperador Tito arrasó la ciudad.
Tercer Templo de Jerusalén
Las profecías establecen que el Tercer Templo de Jerusalén será construido con el advenimiento del mesías hebreo. Para tal fin, en Israel ya han elaborado los planos arquitectónicos y fabricado un gran menorá.
Desde la destrucción del Segundo Templo los judíos han orado para que Dios permita la reconstrucción del Tercer Templo. De hecho, esta petición se incluye en sus oraciones diarias. La idea de un tercer templo es sagrada para el judaísmo que desea tener un lugar de culto.
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El judaísmo ortodoxo cree en la construcción de un tercer templo y en la reanudación del culto sacrificial. Las autoridades ortodoxas piensan que la reconstrucción debe tener lugar en la era del Mesías judío denominado como «Mesías ben David» (Mesías hijo – de la Casa de- David).
Una minoría opina que los judíos deberían esforzarse en la reconstrucción del templo siempre que sea posible y no esperar el advenimiento del mesías.
Conclusiones
La palabra “templo” deriva del latín templum, su significado es “lugar descubierto” que permite una visión panorámica de la región. Es un lugar sagrado para la Divinidad, un santuario. El Templo de Jerusalén lleva como nombre hebreo Bet Yehovah (casa de Yahveh).
En el Antiguo Testamento, el templo fue el símbolo de la presencia de Dios y así lo confirmaba Jesús su hijo quien reconocía la santidad del mismo.
Construidos, destruidos, reconstruidos, asediados, los dos Templos de Jerusalén tienen un significado y un valor histórico inconmensurable de los orígenes de nuestras doctrinas religiosas, ya sean cristianas, judías o islámicas.
Actualmente solo queda en pié el Muro de las Lamentaciones, el lugar más sagrado del judaísmo. El siguiente paso es la construcción del Tercer Templo de Jerusalén, que según las autoridades judías debe tener lugar en la era del Mesías judío.
Los judíos ortodoxos están convencidos de que cuando sea construido el tercer templo, deben reanudarse los sacrificios de animales. En Israel ya han elaborado los planos arquitectónicos para la construcción del tercer templo.
Los cristianos están convencidos de que cuando los judíos den inicio a la construcción del tercer templo, será la señal del inicio del apocalipsis. Ciertamente es extraño que luego de dos milenios, el pueblo de Dios no haya construido el templo. Tal vez por su arraigo a Jerusalén, querer construirlo donde estuvieron los anteriores.
Al parecer existe un proyecto que iba a dar inicio en este Siglo XXI. Solo su comunidad puede saber exactamente cuáles son los planes. El hecho es que en estos tiempos nos hemos percatado de una mayor actividad, no solo de la comunidad judía, sino también de otras religiones.
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