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No hay quien muestre indiferencia ante la Masonería, ya que con apenas oír ese término, o el conocer la simbología masónica, nos provoca extrañas reacciones difíciles de explicar. Aún existen personas que desconocen lo que es la Masonería, o su opinión sobre ella no es positiva. Aquí te lo explicaremos…

Simbologia masonica

Simbología Masónica

La Masonería es, hoy en día, un espacio de encuentro para quienes tengan intereses culturales, sociales y espirituales afines. Es una comunidad iniciática, por lo que para convertirse en masón, se requiere superar un ceremonial de iniciación.

Universalmente la mayoría de las iniciaciones llevan implícitas la muerte simbólica en la vida mundana para un “renacer” en una nueva existencia. La Masonería no difiere mucho de ello, ya que al postulante se le realizan una sucesión de evaluaciones previo a su incorporación en la orden, para al final poder ver la Luz. Tanto dicha muerte como renacimiento son evidentemente simbólicos.

Los emblemas o símbolos son elementos fundamentales de la Masonería, de tal manera que no existe un masón que desconozca la simbología masónica. En cada oportunidad que un masón se congrega en Logia (la cual es otro símbolo más), los ritos practicados son simulaciones de episodios históricos, bíblicos o legendarios, de los cuales los masones deben descifrar sus símbolos para discernir, de modo individual, su significado.

¿Qué es la Simbología Masónica?

La forma habitual de instruirse sobre la simbología masónica (como catálogo de significados de símbolos) implica el distanciamiento de la masonería de la realidad social. Aún así, si se analizan los emblemas contextualizados en relación a su entorno provisional y espacial, en lo atinente a lo científico, filosófico, semiológico e histórico, se puede detentar una comprensión más justa de los mensajes que trasmiten, de las fuentes de los mismos, de la sociedad en que se emitieron y de cuán válidos y aplicables sean.

Analizar la simbología masónica en esta manera supone no solo comprender el lenguaje masónico y renovar continuamente su doctrina, sino que ayuda a entender un modo de influencia de los mensajes subliminales en la conducta de los seres humanos.

https://www.youtube.com/watch?v=4N8pSqh7LwE

Función del Símbolo en la Masonería

Los símbolos conceden a los integrantes de la masonería o francmasonería un lenguaje propio, con manifestaciones sólo comprensibles a plenitud por los francmasones. Conforman instrumentos educativos que facilitan el conocimiento de las creencias masónicas, por lo que usualmente se dice que éstas están incluidas en los símbolos, lo que les adjudica la posibilidad de su persistencia y actualidad.

Estos simbología masónica cuenta con un sistema dual de decodificación: uno se basa en la tradición y le otorga a cada uno de los símbolos y a su conjunto ciertos significados, que conforman una recopilación de mensajes-enseñanza tradicionales; el otro es la libre suposición filosófica, fundamentada en la práctica de la lógica y la libertad humanas para la interpretación.

En los dos casos, los emblemas masónicos ejercen la función de transmitir ideas mediante mensajes visuales. El destinatario del mensaje ha de decodificar, es decir, reedificar su sentido, o proporcionarle uno, lo que presupone el entendimiento del código o hermenéutica empleados, es decir, del marco de convenciones socializadas que se usa para la interpretación de los símbolos.

Esto último usualmente implica un convenio social en lo referido a la concesión, más o menos minuciosa, de un significado a un significante, lo que conforma un proceso en continua evolución.

Numerosas costumbres masónicas son códigos de interpretación inflexibles y detallados, habitualmente cargados de componentes morales, esotéricos y religiosos. Al tanto su filosofía es una exégesis (o código más frágil con menos detalle) que facilita la libre interpretación de la simbología masónica, a partir de una punto de vista ético y humanista, sopesando elementos socioeconómicos, culturales e individuales, que tienen influjo sobre tal interpretación.

La simbología masónica es una sistema de emblemas aplicado que, mediante las prácticas habituales, ha generado idénticos efectos, sobre todo a nivel psicológico y de comportamiento, como los que hoy día logra la difusión por televisión y la publicidad: el influjo sobre la conducta de los individuos.

Sus distinciones esenciales radican en la tecnología empleada y, de modo fundamental, en sus fines, ya que la comunicación televisiva y publicitaria está subordinada a intenciones comerciales, pecuniarias, particulares de la sociedad consumista, al tanto que la francmasonería procura la mejora ético-moral del hombre desde una punto de vista idealista.

La porción más analizada de la simbología masónica es la semántica masónica, o el sentido de los símbolos de la construcción, denominado simbolismo masónica. Esta se basa esencialmente en la noción de la edificación de un templo simbólico, con variantes interpretativas de anuencia con los rituales y del grado masónico tocante (novicio, compañero o maestro).

Ya que los componentes visuales y aun ceremoniales presentes en la masonería están referidos a símbolos, casi todo lo que acontece en ella es de índole simbólica y conlleva una finalidad docente que es de relevancia conocer para comprender el significado de cada emblema. Los significados de cada signo se publican en diccionarios de masonería e igualmente, en numerosos casos, en la liturgia pertinente a cada uno de los grados.

La Logia en la Simbología Masónica

¿Es sencillamente un espacio para hacer reuniones?, ¿un estancia sagrada?, ¿un sitio apartado del espacio y el tiempo? Probablemente una Logia sea cualesquiera de estos tres ambientes, o inclusive todos a la vez. Pero la verdadera gran pregunta es ¿por qué no puede ingresar un profano a la Logia? y particularmente ¿qué acostumbrar hacer los masones allí dentro?

En una definición inicial sencilla, la Logia es solo un recinto ornamentado y amueblado de acuerdo al ritual masónico que allí se ejecute. Puede contar con variados colores, columnas, efigies, cuadros, pendones, banderas. No existen dos logias idénticas, y aun así todas son similares, pues prosiguen semejantes patrones marcados por el ritual.

Al referirnos al ritual, hablamos del libro o “guía” que reúne los estándares masónicos que debe cumplir la Logia, al igual que los relatos, historias y simbología masónica que emulan los masones en la celebración de sus reuniones, llamadas “tenidas”. El rito más propagado en España, Estados Unidos e Iberoamérica es el Rito Escocés Antiguo y Aceptado (R:E:A:A:) El par de colores más sobresalientes en los decorados de estas Logias Escocesas son el rojo y el dorado.

Las Logias se han concebido como un salón rectangular con un acceso en uno de sus flancos más cortos. Al lado de la sala principal, existe siempre al menos otro salón más, de menor tamaño, llamado Cámara de Reflexiones, y que se usa durante los ceremoniales de iniciación, elevación o encumbramiento.

Las Logias son ciertamente un espacio para iniciados, de hecho, la misma Logia es previamente “alistada” para poderse efectuar trabajos en ella. Regularmente el Gran Maestro de la Obediencia y sus Grandes Oficiales sacralizan la Logia (disponen el espacio) y establecen a su Venerable Maestro para que los masones puedan congregarse.

Una logia no está restringida al espacio físico en el cual se localiza hoy; mañana puede encontrarse en otro sitio y proseguir siendo la misma Logia, invariable.

Una logia esta compuesta de por lo menos 7 maestros. Al ser de menos de siete se le denomina Triángulo y no es una Logia en todo su sentido. La cantidad de Maestros masones que puede componer una Logia varia de 7 a 25. Desde este numero, lo regular es que se concerte una división de esa Logia para conformar otra.

Los personajes principales de la Logia son el Venerable Maestro, el Vigilante Primario y el Vigilante Secundario. El Venerable Maestro se ubica en el Este, por donde surge el Sol, esto es, de donde proviene la Luz, la Sabiduría. El Vigilante Primario y el Vigilante Secundario se sitúan en el lado contrario, en en Oeste.

El Venerable Maestro es quien preside la Logia. Conduce las faenas rituales, dirige la Logia, y tiene el poder para iniciar profanos. El Vigilante Primario es el próximo en rango; es el encargado de los masones que han logrado el grado de Maestro y Compañero, y se responsabiliza de su aprendizaje masónica y de la dirección de sus labores.

De igual manera, el Vigilante Secundario, el tercero en jerarquía, se encarga de los Aprendices de Masonería. Es una de las funciones más sensibles, ya que tiene que estimular a los masones recién ingresados a que investiguen la simbología masónica y generen sus propias conclusiones, al tiempo que les instruye en la práctica de los ceremoniales.

¿Cual es el sentido de la práctica de los rituales? Pues es la expresión de un patrón muy organizado, que se inspira en relatos, crónicas y simbología masónica. Igualmente es la enseñanza de los signos de reconocimiento, señas y palabras que se emplean en la representación de estos rituales.

Como ejemplo, previo a la congregación o “tenida”, se prenden un grupo de velas, como es usual, las cuales se prenden siempre en una mismo secuencia, haciendo el recorrido en escuadra hacia la derecha. Y por su parte exterior, un mosaico blanco y negro donde se localizan estas velas, que simbolizan valores como la Sabiduría, y que se vinculan entre otras cosas, a Órdenes Arquitectónicos (Dórico, Jónico, Corintio).

Otro ejemplo es la correspondencia conducida de modo triangular entre el Venerable Maestro y los dos Vigilantes, comunicándose entre ellos usualmente en disposición ascendente de acuerdo a su jerarquía. En las labores masónicos nada se deja a la suerte. Cada asamblea cuenta con un orden del día y una programación. Los masones ejercitan sus rituales, hacen trabajo administrativo (correo, por ejemplo) y en el ritual Escocés inclusive exhiben trabajos (planchas).

Estos trabajos se tratan de la composición de un texto acerca de una temática abierta, regularmente sobre la simbología masónica, historia, arte, ciencia, etc. que se ha de leer en voz alta y del cual se hace un debate a posteriori.

En cada “tenida”, uno de los primordiales puntos del día es el llamado “Saco de Beneficencia”, que se trata de la circulación de una bolsa en la cual cada masón coloca una cifra voluntaria de dinero que luego se destina a la Caridad. La Logia representa el espacio en el cual una agrupación de personas pueden ejercitar la fraternidad.

Simbología Masónica y su Significado

Algunos de los emblemas más significativos de la simbología masónica son la escuadra, el compás y la letra G. Las expresiones simbología francmasónica y simbología masónica están referidas al análisis de la significancia de los símbolos francmasónicos y de los mensajes en ellos encerrados, los cuales se basan, primordialmente, en los herramientas de albañilería de los antiguos maçones (albañiles) de Francia.

Simbología Masónica: La Escuadra y el Compás

La escuadra es una instrumento con el que podemos delinear ángulos rectos. Es rígida, por lo que es una herramienta de referencia para saber si una representación obedece a sus proporciones. La descripción primordial de este emblema es la disciplina. La escuadra nos orienta en la rectitud de nuestras actuaciones cotidianas, por lo que es ésta la primera lección en la que se debe instruir un Aprendiz o Novicio de Masonería (1er grado simbólico).

El grado simbólico inicial de la Masonería, el de Aprendiz, se simboliza por una escuadra y un compás, en el cual la escuadra está colocada por delante del compás, éste último abierto en unos 45º. El segundo grado, el de Compañero, está simbolizado por la misma escuadra y compás, diferenciándose en que una de las puntas del compás se coloca por delante de la escuadra, quedando la otra punta detrás. Y el tercer grado, el de Maestro, se muestra a la  escuadra por detrás del compás.

Pero, ¿por qué esta vinculación entre compás y grado dentro de la simbología masónica? Quizás la respuesta radique en la explicación del emblema del compás. Ya se ha dicho que las referencias de la escuadra son rígidas, no obstante en el compás es todo lo inverso. Quien usa el compás decide su medida. Un compás es un instrumento que, hipotéticamente puede delinear círculos desde un punto hasta infinito, si colocamos las puntas del compás a 180º.

El compás representa la equidad entre las personas, ya que los incontables puntos de los cuales se compone el trazado del círculo están todos a la igual distancia de su centro. Por otro parte es un emblema de libertad, de la que el usuario del compás es amo, al abrir y cerrar sus puntas desde la nada hasta el todo.

Esta es la razón por el que el compás está oculto detrás de la escuadra en el signo del primer grado de la Masonería, justamente para que el Aprendiz de Masón se instruya en alcanzar total rectitud previamente a lograr una responsabilidad absoluta.

Para el segundo grado, al Compañero Masón se le exponen los conocimientos que habrá de aprender y madurar, y para simbolizarlo, una de las puntas del compás se muestra por arriba de la escuadra. Y por último, el Maestro Masón, dueño del Conocimiento y de la Razón, coloca el compás por delante de la escuadra, que no le exceptúa de mantener un proceder recto en su existencia masónica y profana. Esta es una descripción de los la simbología masónica más divulgada.

Existe otro símbolo que suplementa a la escuadra y al compás, y que ciertamente en la Masonería Escocesa siempre se coloca en el centro de ambos; la letra «G», la cual puede significar diferentes cosas:

  • G = simbolización de Dios (en inglés GOD), de un inicio creador, de las leyes. Simboliza asimismo con la escuadra y el compás, las Tres Luces de la Masonería.
  • G = GADU, o «Gran Arquitecto del Universo». Originariamente la noción de GADU es una propensión más filosófica que religiosa, la masonería no es teísta, sino panteísta, en la cual no existen seres irreales sino la expresión universal (dios es lo que ves, la existencia es dios) por lo que el gran arquitecto es más cercano a una mariposa o a una nebulosa que a un ser, y esto no es comprendido ni compartido por las religiones.
  • G= Gravedad (gravité en francés). Esta hipótesis surge de la base de que los masones (albañiles en francés) así como usaban la escuadra para medir ángulos rectos y el compás para calibrar y escalar, igualmente empleaban la plomada para lograr la verticalidad de sus trabajos por medio de la famosa Teoría de la Gravedad de Newton y en vez de colocar una imagen de una plomada, se usó la «G», haciendo alusión a la fuerza de Gravedad.

Simbología Masónica: Delantal de Piel de Cordero.

Éste es el emblema de mayor simbolización de la masonería dentro de la Simbología Masónica. Es es el distintivo exclusivo de un masón y se le tiene como una herramienta. Se suele decir que es más respetable que el águila romana o el vellocino de oro, el mandil masónico es en sentido literal, la insignia de un masón que se llevará consigo a su siguiente vida.

Ensalzado en poesía y prosa, el Delantal de Piel de Cordero es el obsequio inicial de la masonería a un aspirante, y a la hora de su muerte se dispone sobre sus restos mortales y se sepulta con su cadáver en la tumba. El mandil de aprendiz es en su totalidad blanco, signo asimismo de pureza.

Esta emblema representa la regeneración, o una nueva existencia. Se refiere al “corazón impoluto”. Data de los días de trabajo de la Masonería, en los cuales los albañiles portaban un largo delantal de cuero grueso para resguardarlos contra las astillas de piedras y los golpes de sus herramientas.

Como una traje de protección, el delantal representa el trabajo duro y simultáneamente ayuda a generar y sustentar la fuerte asociación de pertenencia a la misma hermandad.  El delantal representa al “corazón pulcro”, así como los guantes, a las “manos limpias”, y los dos se relacionan con la purificación, que en la masonería siempre se simbolizó por la ablución, que antecedió a las remotas iniciaciones en lo sagrado.

Simbología Masónica: Guantes

Los guantes masónicos representan a las “faenas de las manos”. Los guantes que se otorgan al aspirante para sí mismo llevan el propósito de enseñarle que las acciones de un albañil deben ser tan pulcras e impecables como los guantes que se les han  entregado.

En Europa se les entregan a los postulantes al mismo tiempo que se les otorga el delantal. Igual tradición existía antiguamente en Inglaterra. Hoy día, en Europa y América, los guantes no sin parte del ritual, pero se utilizan como parte de la vestimenta masónica. La usanza de los guantes es de mucha antigüedad en la Simbología Masónica.

En el medioevo los albañiles activos emplearon guantes para proteger sus manos de los secuelas de su trabajo. En Francia, el artista de vitrales y escritor de arte Édouard Didron (1836-1902),  señaló:

Para el año 1331, el Chatelain de Villaines, en Dumois, adquirió una cifra considerable de guantes, para darlos  a los trabajadores, para, como suele decirse, “resguardar sus manos de la piedra y la cal”.

En octubre de 1383, al tanto se instruía de un documento de ese tiempo, tres docenas de pares de guantes fueron adquiridos y repartidos a los albañiles cuando fueron comenzados los edificios en el Chartreuse de Dijon. Dentro de la simbología masónica su empleo se destina, como el mandil, a expresar la necesidad de la pureza de la vida.

Anillo

En un inicio, como manifestación del simbolismo del círculo, el anillo figuraría a la unidad de la Creación como un todo, la perpetuidad del tiempo cíclico y la plenitud. E igualmente como el Ouroboros, la serpiente o dragón que se engulle a sí mismo, invoca una iluminación.

La figura circular del anillo, ya con el emblema de la escuadra y el compás, señalan un compromiso para quien lo lleva, una manera de indicarle al mundo, “yo soy masón y debo conducirme como tal”. En la totalidad de relatos grialíticos y de Anillos Mágicos se puede ver un persistente mensaje: “cuando alguno de ellos llega a caer en manos incorrectas, lleva al desastre de quien lo porta y de su entorno”.

Acá se nos presenta una situación proveniente de una costumbre iniciática común en numerosas escuelas, la de contar con un anillo autodestructivo cuando quien lo porta no es un auténtico masón. El anillo masónico se referiría justamente a la unión entre todos los masones de la tierra, coalición sobre la cual se basa el poder unitivo de la Masonería, unión tan verídica, como asimismo legítima entre los legatarios de los Augustos misterios.

Simbología Masónica: El Templo de Salomón

Simboliza el santuario de la humanidad, el entendimiento y la mejora. El emblema de la meta, y al mismo tiempo la propia alianza de la Francmasonería. Es el camino de lo celestial. De acuerdo a la tradición de la Simbología Masónica, este templo es un enlace de los cristianos originarios y el pensamiento hermético de la Cábala.

Muchos consideran que la filosofía se relaciona de modo directo con el pasado, el presente y el futuro de la masonería y el santuario del rey Salomón. A la veneración en el templo se le tiene como un progreso hacia el ascenso espiritual. Existe una distinción entre un templo material y uno espiritual, y es que éste debe ser erigido en nuestro corazón y estimado como el lugar donde habita Dios.

Ojo que Todo lo Ve (Ojo de la Providencia)

Es un símbolo de gran poder que se ha empleado por centenares de años, si no más. Algunos sabios datan su historia al remoto Egipto y al Ojo de Horus. El emblema ha sido un relevante signo cristiano que frecuentemente se puede localizar en los vitrales de las iglesias. En los Estados Unidos, el Ojo de la Providencia se vincula regularmente con confabulaciones, los Illuminati, el Vaticano y los Francmasones, quienes principiaron a emplear públicamente el símbolo en 1797.

Es una remembranza de que los pensamientos y actos de la humanidad siempre son contemplados por Dios (a quien se alude en la Masonería como el Gran Arquitecto del Universo). Generalmente, el Ojo Masónico de la Providencia tiene una gloria o resplandor semicircular debajo de él y está (en ocasiones) contenido por un triángulo en la Simbología Masónica.

Sillar Áspero y Sillar Perfecto

No son solo dos fragmentos de piedra, sino una simbolización manifiesta de lo que somos y de lo que esperamos ser. Representan la existencia moral y espiritual del hombre.

Los sillares representan a un componente de la simbología masónica de gran hermosura. Los sillares ásperos y perfectos cuentan con similar relación entre sí como la ignorancia con el conocimiento, la muerte con la vida y la luz con la oscuridad. El sillar áspero es masónicamente un emblema del estado natural de desconocimiento de los hombres y un símbolo del mundo profano.

El sillar perfecto ya está alistado (ya seccionado, cuadrado, pulido y alisado) y, como tal, se usa en la construcción. Es un signo del estado de perfección logrado mediante la educación. Esencialmente, en la simbología masónica, quiere decir que con la educación y el logro de entendimiento, cualquiera, que se inicia como áspero (una piedra nada perfecta) mejora la condición de su ser moral y espiritual y se transforma en un sillar perfecto y hace el final.

Trabajo

El trabajo no es un pena, sino la obligación y la nobleza, lo que conforma una mejor sociedad. Este es el motivo por el cual los masones emplean variados emblemas que representan utensilios empleados para el trabajo. Al laborar, un hombre revela respeto y afecto por Dios. Es el deber más elevado de un hombre y el trabajo debe proporcionar a una persona la mayor dicha y satisfacción interna. Para los masones el trabajo es la veneración en la Simbología Masónica.

Nivel

Es uno de las instrumentos de trabajo del Compañero (2do Grado Simbólico) en la Simbología Masónica, el cual es un emblema de la equidad de estación de todos los hombres ante Dios. El nivel calibra el nivel de las superficies horizontales para recordarle a los masones que todos están llevando sus existencias en el nivel del tiempo.

Esta herramienta representa la equidad entre todos los masones, así como la equidad de todas las hombres ante la ley. Igualmente significa la consideración hacia la democracia y la libertad.

Las Columnas del Templo

En el acceso de las Logias se sitúan dos columnas que representan las columnas del templo de Salomón. Una de ellas cuenta con la letra “B”, y la otra con la letra “J”. Se pueden ver en numerosas imágenes vinculadas con la simbología masónica. La tercera columna vendría a ser el Venerable Maestro de la Logia. Igualmente tiene el significado de valores como la Sabiduría, la Fuerza y la Belleza.

Otros Componentes de la Simbología Masónica

  • El Pavimento de Mosaico: El mosaico blanco y negro se encuentra en el área central de la Logia, y representa la equidad entre las personas y las razas, proponiendo que se estimen a todos los hombres como hermanos.
  • La Plomada: Nos permite reflexionar sobre nuestros acciones y palabras. Es una invitación a saber medir lo que realizamos y decimos, con la finalidad de lograr la erudición.
  • El mallete: Es un emblema de autoridad. Las tres más importantes figuras de la Logia, el Venerable Maestro, el Primer Vigilante y el Segundo Vigilante, disponen de un mallete como expresión del poder que exhiben, cada uno en su responsabilidad. Al poseerlo un aprendiz, su sentido es distinto, ya que se emplea en conjunción con el cincel para alisar la piedra bruta.
  • La Espada Flamígera: Esta espada es un legado de los Druidas, la cual igualmente se conoce como Espada de Belino, o Espada del Sol. Simboliza con su forma una dualidad entre la bondad y la maldad, escarmentando siempre a éste último con el fuego depurador de la conciencia de las gentes.
  • La Paleta: La Paleta coloca el cemento de la hermandad y divulga el amor fraterno. Continúa siendo un emblema relevante en la unidad masona y de la confraternidad entre los hombres.
  • La Escalera: Es un asociación entre el Cielo y la tierra, signo del progreso Masón. Ciertos masones ascienden con los ojos enfocados en la meta, pero la mayor parte sólo puede ver el siguiente peldaño; en la medida que se va fortificando su carácter, los peldaños se tornan accesibles.
  • El Sol: Simboliza la fuerza varonil, la luz y el color.
  • La Luna: Representa el misterio y la creación.
  • La Llave: Expresa la verdad, que únicamente los escogidos pueden utilizar.

De los otros emblemas de menor popularidad en la simbología masónica, pero que constituyen parte de esta hermandad, se encuentran: la flor de Lis o lirio de luz, que fue acogida por Lord Baden-Powell, quien lo instauró como símbolo del movimiento scout mundial, iniciado en 1907.

Además de la flor de lis, otros emblemas propios se agrupan él la llamada simbología masónica con las manos, como son: el apretón de la mano izquierda, el circulo de manos entrecruzadas en derredor de una fogata y ciertos ritos dentro de los grados de ascenso de los jóvenes scouts.

A pesar de que no se puede afirmar con total seguridad que Baden-Powell haya sido masón, si fue muy cercano, además pudo compartir con algunos de ellos e inclusive pudo adueñarse de ciertos elementos de la masonería para el movimiento scout.

Componentes que hoy en día se relacionan de modo perfecto con la masonería y que, a pesar de no ser la intención de Baden-Powell, éste ha ocasionado indirectamente la formación de logias masonas modernas constituidas por quienes fueron o son scouts.

Simbología Masónica: Los Grados Masónicos

Con la calificación de grado masónico se hace referencia a cada nivel dentro de la francmasonería correspondientes al progreso o nivel de conocimiento del oficio logrado por el iniciado. Los rituales son métodos de aprendizaje o maneras de practicar la masonería, y los grados son niveles de entendimiento, desvelándose en cada uno de ellos nueva simbología masónica e información para el autoperfeccionamiento.

Grados 1º al 7º: Los Siete Obstáculos para la Iniciación

Una gran lucha está por desatarse pero ocurrirá dentro de nosotros mismos. Es la Gran Batalla referida en el Bhagavad Gita y la Gran Contienda Santa anunciada por el Corán. El sacrificio debe ser el aporte de cada uno: es la Ley de la Vida.

Grado 1º: La Soberbia del Saber Profano

¿Que significa esto? La dama repudia al caballero de rodillas con un potente puntapié y él, en el impasse, ha volcado su copa. Ella es la Erudición Tradicional, la Iniciación misma que rehúsa al racionalista que se le aproxima colmado de arrogancia y de saber profano.

Él lleva un libro en la mano, al que sustenta cuidadosamente pues considera que su tesoro es la ciencia común y materialista pero ha despreciado lo más valioso al volcar la copa cuyo contenido es el néctar de la Erudición Espiritual. Su altivez y suficiencia lo hacen perder y descalificar. Considera conocerlo todo y ciertamente lo ignora todo. Su modestia es fingida y aun cuando ruega arrodillado él es duramente rechazado.

No hay quien pueda engañar a Dama Sabiduría y ella conoce que él ha volcado el néctar de la inmortalidad, oponiéndose a conocerse a sí mismo. Esto le inculca mucho miedo a tal individuo pues le escandaliza confrontarse con sus abundantes flaquezas. Es solo un expoliador engañado quien logra aferrarse a la letra que mata, repudiando e ignorando al espíritu que vivifica.

Grado 2º: La Autodestrucción del Necio

Indudablemente aquí nos encontramos delante de un suicida, pero no en el sentido común del término. Este hombre ofrenda a su naturaleza superior, desconociendo ya que para él su naturaleza inferior es la importante. Desprecia lo mejor de sí mismo para considerar sólo sus requerimientos materiales y a sus vicios. Pospone el llamado del espíritu para ir veloz al de la materia. Su postura se puede resumir en dos palabras: Estupidez y Negligencia.

Se miente a sí mismo al decirse, que luego variará su actitud, pero ni él lo cree. Su existencia se esfuma y transcurre en nimiedades sin iniciar la búsqueda de lo efectivamente grande. Esto debido a que es un ser diminuto ocupándose apenas de lo más bajo de su persona. Su disposición y anhelos no van más allá de lo material. Su momento no ha arribado todavía.

Grado 3º: La Avaricia Egoísta

Su declaración expresa la miseria de su alma. «Podrás hallar su corazón donde está su tesoro». Igualmente él se opone a las posibilidades más elevadas de su naturaleza humana, las que en ciertamente no le inquietan en lo más mínimo. Ni este afligido personaje ni el anterior cuentan con la virtud de la Paciencia, lo que facilita al iniciado aguantar el peso del mundo sin abatirse. En él solo se haya utilitarismo y ceguera radical.

Desconoce este personaje que la materia es solo eso, y él es preso de la ilusión, lo que le imposibilita comenzar la senda de retorno a la verídica patria del hombre. Los fingidos valores nublan su pensamiento y hacen sombrío su rostro. Repudia la verdadera vida y almacena lo que le hace fallecer, lo que le ahoga.

Haría bastante bien este hombre al meditar sobre lo dicho por Sócrates en el mercado de Atenas: «¡Son muchas las cosas de aquí que no requiere!» Por ello es necesario deshacerse de los metales viles para ingresar al Templo en búsqueda del oro espiritual. Solo al vencer la avaricia de bienes materiales, la ambición sórdida puede convertirse en gloria espiritual. La real y más elevada alquimia, es la producida por el oro filosófico y no el oro vil.

Grado 4º: Las Falsedades de la Religión Organizada, Ignorancia, Fanatismo y Superstición

He aquí al modesto idólatra fanático que se considera amo de la verdad. Él se afianza a sus convicciones y sectarismos sin desear ir más allá. El solo cree mas no sabe. Justo sería que supiese que solo cree, en vez de torpemente, solo creer que sabe, ya que quien en verdad sabe, no le hace falta creer. La convicción y la ignorancia son hermanas que no se pueden separar.

Nunca entenderá un ser tan limitado, ni lo imbécil de sus dogmas así como tampoco que hay certezas y órdenes de la realidad más sublime y que se le escapan totalmente. Es prisionero de su creencia, como en una vivienda sin ventanas. La erudición y la Iniciación no han sido hechos para él. Su postura deforma su mente y lo hace esclavo de los falsarios los que, creyéndose con  autoridad espiritual, sólo sueñan en realidad con el poder provisional.

Hemos de dejarle en paz con sus ficticios y limitados dogmas con los que pretende ser dueño de la verdad total e indiscutible. Es un invidente que no ve y no puede. Mal haría en apercibirse de los señales que Dios ha dispuesto en el mundo, ya que como Salustio cabe señalar «El mundo es un elemento simbólico». Además es necesario concordar con Jules Le Bêle en cuanto que cada objeto representado es un signo natural y sensible de una realidad en el orden metafísico.

Grado 5º: Vanidad y Limitación Mental

Aquí se encuentran reflejados los presumidos contentos y satisfechos con ellos mismos, ya que creen que todo lo poseen, saben y parecen, por lo que no anhelan nada más. Son, por ello, verdaderamente tontos y usualmente de osada ignorancia e inaguantable compañía en la Vía Iniciática.

Polemizan y rechazan todo ya que pretenden restringir la vida entera a los angostos moldes de su estupidez. El Maestro debe impedirles el paso con peculiar energía pues solo alcanzarán a profanar el santuario y alborotar a los demás neófitos. Cualquier aprendizaje es un acto de modestia y quien no tiene esta virtud, no podrá avanzar un solo paso en el camino. A toda clase de tontos hay que descorazonarse desde un principio con lo que se les hace un bien

Nunca se podrá hacer de ellos genuinos iniciados sino apenas mediocres engreídos. El presumido se ve a sí mismo en el espejo de la vida, lo cual prefiere a contemplar el Universo. Si se viese para conocerse estaría en buen camino, pero solo lo hace para alardear, en tonto e injustificado acto de auto admiración.

Grado 6º: La Cobardía

El planeta está colmado de cobardes y la Iniciación es solo para los valerosos y decididos. Muchos se vanaglorian de su empuje pero finalizan como el caballero del relieve, quien suelta su espada y escapa ante la presencia de un conejo. Son las indecisiones invisibles que atacan al profano y aún al iniciado, las que conforman el segundo guardián del umbral, aún más aterrador que el primero.

Los tímidos no son de utilidad en la Vía Iniciática, ya que, presos de sus miedos, no tienen la capacidad de enfrentar el menor riesgo a pesar de que se jactan de sus venideras e hipotéticas hazañas. Sus temores son de muchas clases. Temor a perder posición o beneficios materiales. Temor a perder reputación en cualquier ámbito. Temor a la mala fortuna. Pero los pésimos miedos son los que se engendran en estúpidas e irracionales convicciones de tipo religioso.

Es sencillo hacer renunciar a este clase de gente. Suficientes son unas modestas pruebas iniciáticas para que corran aterrorizados. Y eso es lo mejor, ya que dejan de abrigar fingidas ilusiones acerca de su propio valor y valer.

Grado 7º: Torpeza, Indolencia y Haraganería

Aquí tenemos a los incapaces, indolentes, soñolientos y descuidados. No tiene poder para realizar un esfuerzo prolongado. La existencia misma pronto los aleja de modo natural del camino Iniciático. No se requiere que nadie haga o diga nada sobre ello. Estos seres están faltos de motivaciones reales, los cuales pronto olvidan sus buenas intenciones, los que los hace meramente habladores.

El caballero y el caballo están ambos dormidos, lo cual es parte de la simbología masónica a resaltar. El jinete dormido, signo de la naturaleza superior que aún no reivindica su Divina Herencia, hace que este emblema se parezca al ya observado en el segundo grado. No se busca lo más elevado a que puede pretender el ser humano. El caballo dormido indica que asimismo no hay voluntad de búsqueda de lo material, inclusive del propio sustento. Es indolencia y pereza pura.

Grados 8º a 16º: Las Cualidades del Iniciado

Grado 8º: La Rama Seca

La rama marchita es signo iniciático de regeneración. Muerto a una fase vital (marchita mas no muerta), se alista para renacer en otra, en virtud de su existencia previa. Representa la materia a divinizar, el ingreso a la comunidad iniciática por medio de pruebas purificadoras, tanto simbólicas como verídicas.

En tal sentido, tiene vinculación con el Primer Guardián del Umbral. Sus hojas han descendido, lo que está relacionado con el despojamiento de los metales. Alquímicamente incumbe a la putrefactio y a la nigredo .

La vida está subyacente, inmanente, con todas sus probabilidades pero no hay exteriorización alguna. Todo el proceso es interno y esto debe entenderlo adecuadamente el iniciado. se requiere tornarse hacia adentro en el sosiego de las meditaciones y en la observación de los símbolos. Es el regreso hacia sí mismo, requerido para ingresar de lleno en la Vía Iniciática. La apariencia exterior es de muerte y así el iniciado debe desear aparecer como la nada ante los ojos de los demás.

GRADO 9º: El Águila o la Intuición de la Luz

Multiplicidad de significados se hallan encerrados aquí, unos claros, otros ocultos. El águila es particular emblema de elevación y por lo tanto de Espiritualidad. Ave solar usualmente simboliza al neófito o recién iniciado que empieza a lograr nuevas alturas y planos metafísicos. En él emerge el instinto intelectual, aún incipiente, que lo guía lenta y progresivamente a la percepción directa de la realidad.

Se muestran ante él nuevas modalidades supremas de Existencia, entendimiento y Dicha, que le eran completamente desconocidas. Esto nos arranca de los ojos el vendaje fatal del error o sea, la incidencia enraizada en el desconocimiento, el fanatismo y la superstición, los cuales son los causantes de todos nuestros males y padecimientos

De tal manera que águila, como parte de la simbología masónica, Erudición y Entendimiento Espiritual. Tengamos presente que la erudición no es el saber común, sino mucho más: es la amalgama entre el Amor que sabe y el Saber que ama. El vendaje ha caído y nuestros ojos, ciegos por las tinieblas del mundo externo, han visto la Luz. Se ha iniciado la Aurora del Conocimiento.

Grado 10º: El Toro Alado

El toro es emblema histórico de fuerza, fogosidad y fecundidad, por lo tanto de pasiones. Aquí el toro reposa y le han nacido alas. Las pasiones se han restringido y sublimado, pero el toro mantiene un pie sobre la tierra, ya que no ha perdido su relación con lo terrenal de tal manera que el Iniciado no ha abandonado su cualidad de humano. Preserva el contacto con la objetividad y la estabilidad del buen sentido.

Es signo de fortaleza y vigor equilibradamente controlados y conducidos. El toro dormido alude a la pasividad, pesadez, y dejadez, pero, simultáneamente sugiere la necesidad de mantener la armonía y la calma, llevados y estimulados por una aspiración de orden más elevado (simbolizada por las alas). Si se asocia al signo zodiacal de Tauro, supone preservar siempre en cada existencia el buen sentido práctico.

Solo de esa manera podremos levantar acabadamente nuestro santuario interior, confrontando sin desmayos cualesquiera dificultades se muestren en la empresa. Con tranquilidad, tesón y júbilo se desarrollan las grandes empresas y, lo que es aún de mayor relevancia, al hacerse  el ser humano plenamente sincero y no ambicioso, bendice todas sus acciones.

Grado 11: Las Máscaras o la Dualidad

El hombre vive sujeto a la dispuesta entre los opuestos o juego de las dualidades, algo que le provoca permanente conflictividad y dolor. Es la lucha perenne entre la felicidad y la pena, el gozo y el dolor, lo encantador y lo repulsivo, el amor y el rencor. A través de ese tiempo el sujeto se halla inestable en su interior y es presa de conmociones negativas.

La calma se recupera al alcanzar la síntesis o armonía de los opuestos, traspasando las dualidades al conseguir la unidad. Ya no hay agitación ya que se logra el entendimiento primero por obra de la disposición y después a partir un estado de conciencia de mayor elevación. No obstante debe destacarse que la unidad no es particularmente resultado del empeño sino un Don que proviene de lo alto.

Este, no obstante, requiere una dura labor preliminar. Sería estúpido considerar que las elevadas metas espirituales pueden lograrse con apenas unos cuantos minutos diarios de empeño. El secreto de tal faena preliminar es siempre la meditación junto a disciplinas suplementarias como ser Mantras. Lo demás viene a ser secundario cuando no es redundante o absurdo.

Grado 12º: El Dragón o el Primer Guardián del Umbral

Ha de recordarse que en muy distintas tradiciones, los dragones y los toros son bestias con las que luchan los héroes solares (los iniciados): Sigfrido, Mitra, Hércules, Jasón, Horus, Apolo. El dragón es un tetramorfo (iconografía de cuatro formas), la cual alude regularmente a los cuatro elementos (aire-alas, agua-cola, fuego-llamas, patas con garras-tierra) y, por lo tanto, a la purificación por dichos cuatro elementos.

Este procedimiento es usual en la Vía Iniciática. El dragón es emblema de nuestra naturaleza inferior, que debe ser derrotada y dominada más no muerta, para que acontezca el reinado del espíritu. En resumen, el dragón es signo de purificación, el cual lo hemos elaborado nosotros mismos a lo extenso de los eones. Hablando inadecuadamente, son los efectos kármicos almacenados.

Grado 13º: El Delfín

El delfín simboliza una nueva etapa o situación material deseable, que se debe alcanzar primero para sobrepasarla después. Esto se puede leer en el Srimad Bhagavad Gita, en el cual Sri Krishna señala que: «No seas trigúnico, oh Arjuna».

El delfín concierne a la cualidad o guna Sattva que se equipara a ritmo, equilibrio y gracia. Es necesario aclarar con brevedad esto ya que el símbolo señala la necesidad de armonización interna con el universo, igualando los ritmos individuales con las vibraciones del cosmos. Esto presupone una enseñanza cosmológica que conceda al Iniciado vivir en paz con su existencia.

No podemos olvidar, además, que el Delfín ha sido siempre tenido como el soberano de los peces y cercano al hombre por sus facultades. De él se señala que atraviesa las aguas, con rumbo directo a su meta, sin perderse en caminos ciegos ni dejarse llevar por corrientes traicioneras. De esa manera debe el Iniciado tener evidente su meta y su firme disposición no le deja desviarse de la senda ni despilfarrar en nimiedades.

Grado 14º:  La Paloma

Aquí el simbolismo es evidente, la paloma con el olivo personifica al alma en sosiego. No hay agitación propia del mundo secular  que debe turbar esa honda paz, esa calma interna tan necesaria al iniciado como los ojos al pintor. La paloma igualmente señala el camino del regreso al hogar o sea, el sendero de reintegración o Vía Iniciática.

Asimismo es el emblema de la Gracia Divina que nos viene para darnos nueva fortaleza y vigor. El por que simbólico que nos ocupa, se muestra claramente expuesto en el «Relato del Grial», aria de la ópera Lohengrin de Richard Wagner. De  último, la paloma observa hacia atrás, lo cual resalta la necesidad de ser dóciles como precavidos. Dice el Evangelio: «Sed dóciles como palomas pero sagaces como serpientes».

Grado 15º: El Elefante

Se señala que el elefante jamás olvida y es por ello emblema por excelencia de la veteranía y la prudencia. Por su proceder pacífico se lo vincula naturalmente a la meditación prolongada. Por ello es el símbolo del Pandit. Así se le llamaba en la India remota al sabio que había incinerado las pasiones en el fuego del conocimiento. El elefante es singo de tolerancia e inteligencia receptiva.

Al recordar cuanto le sucede, se lo vincula simbólicamente con la Omnisciencia o, por lo menos, la obtención de grandes conocimientos. Es así un erudito, un Gnani y esto igualmente se asocia simbólicamente con sus enormes orejas (ya que escucha y jamás olvida). Atributos que son totalmente deseables para un genuino iniciado.

Libre de agitaciones internas y externas, él debe empeñarse por aprender y conservar cuanto le sea posible, bregando más y más en percibir el sentido último de la vida humana. La oreja es igualmente emblema de la transmisión iniciática ya que ésta se hace de boca a oído. Las enormes orejas simbolizan pues aquí el ansia del alumno por oír en silencio las palabras del Maestro.

Grado 16º: La Serpiente o la Inteligencia Activa

La serpiente es tenido como un signo polivalente, ya que simboliza tanto al Mal como a la Erudición, tanto al Abismo como al Entendimiento activo. Por ello hay que ser previsor y eludir aquí interpretaciones presurosas.

El hombre y la serpiente simbolizan generalmente el duelo de la energía y la inteligencia contra la materia. Aquí el hombre derrota a la materia. Es un simbolismo parecido al del cincel y el mazo operando sobre la piedra áspera. La inteligencia presupone aquí una principio al verdadero entendimiento.

Este inicio concierne a un renacimiento iniciático (simbolizado por el cambio de piel del ofidio). En otro grado de mayor elevación de interpretación, el hombre percibe la Serpiente Cósmica. El evento iniciático concerniente a este hecho es la Unidad. Adicionalmente, la serpiente sometida simboliza, como se ha señalado, la entendimiento activa y el sosiego afable del hombre, el que se encuentra libre de veneno (odios, rencor, envidia, intransigencia fanática).

Grados 17º al 22º: Los Misterios Menores

Grado 17º: La Temperancia

Aquí existen al menos dos niveles de aceptación. El primero está referido al orden ético-moral de la vida. Se refiere a la templanza y mesura que deben ejercitar los seres sensatos. Esto es bien sabido ya que corresponde a uno de los misterios del Tarot. Aun así la temperancia está referida a mucho más que el simple comer y beber y el dominio de las pasiones y deseos en general. Presupone en rigor, incorporar el espíritu en la materia para dominarla.

Obviamente esto tiene muchas repercusiones pues considera el control total de nuestras respuestas ante cualquier clase de incentivos tanto externos como internos. Presupone la importancia del existir, conservándonos ecuánimes y apacibles ante el castigo y la alegría, el amor y el odio a nivel humano, la honra y la deshonra, el goce y el dolor, la gloria y la ignominia.

Pero existe otro grado de significación mucho más escondido que hace a la fuerza de la vida y su conversión, lo que exactamente está señalado en el pase de una copa a la otra. Esto se refiere a la transformación de la potencia sexual en energía espiritual, lo que aprueba no sólo subir a muy elevados niveles de conciencia sino adicionalmente, arribar a la total realización espiritual en los Misterios Menores.

Grado 18º: El Pelícano, Fe, Esperanza y Caridad

El pelícano es un signo que se consigue frecuentemente, tanto en las Órdenes Esotéricas como en los templos católicos. Esto último no es de extrañar ya que a nivel religioso es el emblema de Cristo. Esto debido a que la leyenda relata que el pelícano puede lograr, por su amor paternal, a dar alimento a sus hijos con su propia carne de ser necesario. Así lo vemos simbolizado por ejemplo en un bello vitral de la catedral de la Plata.

En un grado más reservado, se muestra en la Masonería de Rito Escocés, en el Grado 18º. Digo escondido pero no iniciático, ya que esa simbología masónica no cuenta con transmisión espiritual eficaz siendo por ello pura y únicamente simbólica en sus rituales, cuando no se convierte pura y únicamente en un remedo de espiritualidad.

En las iglesias como aquí se suele simbolizar al pelícano con tres polluelos o crías que tienden a vincularse  a las virtudes teologales: Fe, Esperanza y Caridad. En el emblema del Rito Escocés, ya referido, los polluelos son siete, los tres ya indicados sumados a los que simbolizan las cuatro virtudes primordiales: Sensatez, Justicia, Solidez y Sobriedad.

Grado 19º: Los Modos de Dar

«Algo más es faltante, tú has cosechado, ahora has de sembrar». He aquí formulado el problema de las maneras de dar y de sembrar. Las cuatro figuras de las que nos ocuparemos personifican, no solamente maneras de dar (al instruir, comunicando la disciplina esotérica tradicional), sino igualmente el «dar en general», es otras palabras los modos y maneras de ejercitar la caridad.

La primera figura muestra la negligencia e irresponsabilidad. Su postura es negligente, ya que no se preocupa precisamente de que el valioso tesoro que él recibió, se entregue a quienes debe darse. Olvida que, delante de ciertas personas es un deber saber mantener silencioso.

Aquellos que no estén cualificados, en nada se sirven de la erudición que en ellos se malgasta y menosprecian con atrevimiento tanto a ésta como a quien les desea instruir. La postura apática y descuidada muestra además incongruencia en la expresión. No alcanza a cumplir su encargo pues no es entendido en gran parte por su propia culpa.

Grado 20º

El segundo personaje sujeta al ánfora de otro modo. Ha alcanzado el punto de sostén, pero hay mucha rigidez en su postura. Aquí la idea representada es más evidente, se trata de la comunicación literal e inflexible, sin haber percibido la plenitud y exuberancia de los temas espirituales y acepciones simbólicas.

Nuevamente hay que reiterar que no debe seguir a la letra que mata, sino al alma que da vida. No obstante, además de haber alcanzado un punto de sostén, sigue considerándose negligente la postura, pues el personaje no se da cuenta a quien ni a dónde está destinado el mensaje de naturaleza fundamental que él comparte.

Su enseñanza es rígida y falta de flexibilidad para enunciar la palabra precisa en el momento preciso. No hay criterio suficientemente amplio y, de esta manera, en un momento u otro se cae en la intransigencia fanático. Jamás va a dejar que otros lo superan ni aprender o discurrir aquello que se encuentra más allá de sus particulares alcances y perspectivas.

Grado 21º

La tercera figura domina obviamente el ánfora y la conduce con soltura. Pero en él igualmente no hay amor y en nada se inquieta en cuanto a cuáles son los que van a ser los receptores de lo que él dispensa.

Muy seguro de sí mismo, su transmisión se realiza sin modestia, puesto que se piensa único e insustituible. No intenta, en consecuencia, hacerse comprender puesto que no se incomoda en rebajarse hasta las posibilidades de entendimiento de los demás.

Grado 22º

La cuarta personalidad nos expone la postura justa y correcta. En él hay erudición, pues ésta es el entendimiento que ama y el amor que comprende. Todo en él devela como una inquietud enorme por que el mensaje alcance a quienes tiene que alcanzar y sea totalmente comprendido.

Es la transmisión con el alma de la Erudición de las edades, el Rahasya (Secreto) de los mentores hindúes, que acompaña usualmente a Diksha (la Iniciación), la instrucción secreta, que no se puede separar de la transmisión del influjo espiritual que es el fundamento de la iniciación.

Grados 23º al 25º: El Iniciado

Grado 23º: El Primer León, Orgullo Castigado

La arrogancia nos puede perder, al hacer que tomemos la parte por el todo y lo inferior por lo superior. Desdichado aquel que procura cierto día que su pedazo de verdad es el entendimiento absoluto. Como el león de la figura, él igualmente quedará literalmente malogrado, solo y sin ayuda, con los pies al vuelo. Se dará cuenta así que su erudición no era tan enorme y que aún le quedaba mucho por aprender.

Hemos de entender que cuanto más se conoce, aún más grandes son las responsabilidades y menores los derechos a jactarse. Lo que usualmente sucede cuando se alcanza un sitio elevado es caer y, como bien señala «Luz en el Sendero», «El hombre que se considera justo, se ha preparado un lecho de cieno».

Grado 24º: El León Alado

«Has de recordar hijo de la Tierra que el resplandor de los Misterios es un fluido tremendo dispuesto por la Naturaleza para servir a la voluntad. Ella ilumina a quienes saben manipularla y extermina a los que desconocen su poderío o abusan de ella».

Estas frases de un hermetista, se adaptan al caso que nos incumbe. Nuevamente se repite que quien más elevado asciende, de más alto puede precipitarse. Es una ley secreta  de la vida que la responsabilidad y las consecuencias kármicas no son iguales para el erudito que para el ignorante.

De este león que hablamos, es muy diferente del que analizamos en el grado previo. Del león alado que ahora hablamos, ha hallado el equilibrio entre el cielo y la tierra que el otro no tenía y todo en él es energía y brío. Esto debido a que ha caído de sus ojos la banda letal de los errores que lo enceguecen, sobretodo el de la soberbia

A partir de ahora el león se convierte en mensajero de un anuncio riguroso para el Iniciado, que es el que ya hemos observado. Su papel es distanciar de nuestra conciencia toda noción dañina, toda ambición disolvente, todo idea destructiva, toda arrogancia separativa e irracional.

Grado 25º: La Contemplación Interior de lo Divino

El hombre que lleva vendas en los ojos representa la contemplación interna de lo divino. La postura de la figura es la de bendecir o sacralizar. Sus ojos están vendados y su rostro refleja paz y equilibrio. Nada requiere buscar fuera de sí, ya que conoce que la Verdad se encuentra en su corazón.

Esto nos recuerda al Maestro Lao-Tse quien señaló  «Sin ver por las ventanas se puede saber cuales son las sendas del cielo». Este signo es de utilidad para destacar la relevancia central que tiene el ejercicio de la meditación. Ella es imprescindible desde el inicio mismo de la Vía Iniciática. El problema está en que se ha de recibir lecciones al respecto de un verídico Maestro, ya que muchos irresponsables instruyen esta disciplina falsa y perjudicialmente para el que la ejerce.

El erudito lo es por haber sabido su propia realidad interna. De ella proviene su luz, su energía, su grandeza y el valor de sus lecciones. Y para mencionar a otro Iniciado y poeta, citemos a San Juan de la Cruz: «No recordar lo creado,…interés por lo interno y estarse adorando al Amado».

Enfatizamos aquí lo de «No recordar lo creado’. Esto se encuentra representado por la venda en los ojos, pero no es desprecio ni insensibilidad hacia los demás, como lo confirma la postura de bendecir en la figura. Es contemplación interior en materia espiritual, la que inicia por diseminar amor a todos los individuos y al Cosmos en su totalidad.

Grados 26º al 31º: La Culminación de los Misterios Menores, El Pasaje de la Luna al Sol

Grado 26º: La Luna o la Receptividad Consciente

En este nivel, como en los subsiguientes, nos dedicaremos al simbolismo de la Luna y el Sol. Astrológicamente, la Luna simboliza entre otras similitudes, espíritu, emoción, sensibilidad, sentimientos e intuición.

Evidentemente se figura aquí al sustentar al hombre a la Luna que él ya ha alcanzado dominarse. Las alas señalan la altura interior ya lograda. Es la consecución de la «Maitrisse de soi» como bien señalan los franceses, la pericia o control de sí mismo, del propio temperamento y emociones. No se quiere negarlas, pero sí ponerlas en el justo lugar correspondiente. Se nota que ciertas formas de actividad a las que se presupone de muy alto nivel, se ubican en una esfera lunar y no más allá.

Como ha señalado René Guénon, en «El Reino de la Cantidad y los Signos de los Tiempos», una de las particularidades de nuestro tiempo es la total confusión que hay entre lo que es natural de la verídica espiritualidad e intelectualidad y lo que es simplemente psíquico. Esto último, por su carácter, hace a la esfera de lo lunar. Esto, en contraste con lo solar, que es lo genuinamente espiritual e iniciático.

Es además conocido que, a nivel astrológico, la Luna señala siempre lo colectivo, la agrupación humana carente  de especial idoneidad y calidad, sobre todo en lo referente a lo esotérico y tradicional.  Por lo contrario, el Sol se muestra representando a la élite de los iniciados desde esta perspectiva que nos concierne.

Grado 27º: La Guía de la Deidad Interior

Aquí ocurre el paso del Iniciado de un mundo a otro muy diferente. Ha de notarse que aquí el Sol y la Luna han cambiado sus posiciones habituales (como igualmente sucedía con la Luna en el Grado 26). No hablan pues de la figura sino del lector o espectador, lo cual indica que se traspasa un mensaje. Aquí la Luna se encuentra a más altura y el Sol se sitúa a su mismo nivel. Con ello se hace referencia a la purificación y al ascenso de emociones y sensibilidades.

Véase que la Luna sigue retenida, mas no el Sol. Este no se encuentra retenido sino que, todo lo contrario, el hombre está sujeto a él y de allí cuelga. La Luna simboliza al alma y el Sol al espíritu, la chispa sagrada o mónada eterna (Atma en sánscrito). Véase con cuidado la posición de los dedos emplazados hacia lo elevado.

Es la postura del hierofante, el que obtiene así energía espiritual y física de planos de mayor elevación. La parte inferior del cuerpo no ha sido simbolizada en forma intencional. La corporalidad inferior ya no cuenta al ingresar de lleno en la existencia del espíritu (Purusha), estando absolutamente dominados los impulsos inferiores.

Grado 28º: La Espada o el Poder de la Palabra

«Word is a Sword»: La palabra es como una espada. Nos recuerda el emblema al aria de Rigoletto «Pari siamo: ío la lingua, tu il pugnale». La espada es signo del Verbo, del poderío divino de la palabra.

Una espada surge de la boca del Cordero en el Apocalipsis. En el Islam ciertos imanes llevan una espada en la mano en su prédica. La espada, adicionalmente cuenta con un simbolismo axial, como centro del planeta. Esto se ubica a un a nivel macro-cósmico.

Cuando es a nivel micro-cósmico, esto es a nivel del ser humano, la espada simboliza el descubrimiento de la armonía interior perfecta y, por lo tanto, del poder que ello presupone, el que proviene de la justicia y de la rectitud de la totalidad de los actos.

Presupone el emblema en definitiva, la idoneidad para decidir y el poder valorar. De último, la espada simboliza habitualmente al valor y coraje. En su ausencia el individuo no progresa por sí mismo en la busca de la verdad sino que se afianza a las muletas de los religiones y convicciones, reincidiendo en el desconocimiento, el apasionamiento y la superstición.

Grado 29º: El Águila o la Realeza Celeste

El águila es emblema habitual de la realeza y nobleza y así se piensa de la vez ave celeste y solar. Es frecuentemente la imagen del alzarse por arriba de las nubes y simbolizaba, a partir de ello, la visión del Creador y, de modo general, la Teofanía para el simbolismo esotérico del medioevo. A esto se hace referencia en la leyenda que relata que el águila puede ver al sol de frente sin pestañear.

El águila, de acuerdo a lo visto, posee un sentido de grandeza y, por ende de aislamiento. La lección aquí proporcionada es que el Iniciado no debe olvidar su nivel espiritual. Para lograrlo debe impedir dedicarse a asuntos egoístas y de nimiedades. Con orgullo  pero sin jactancia, debe cuidar el lugar que le concierne aun cuando ello implique que algunos se distancien de él.

Aquí se oculta una lección de rigor y dureza pues él debe alzar su conciencia a Dios con la fuerza y la rapidez del águila, relegando las cuestiones terrenales y materialistas. En lo metafísico el águila está relacionada con la fuerza, con una nueva fuerza que se expresa en este nivel del Iniciado. Es la energía del Ser Interno, el Atma-Shakti.

La simbología del águila no es exclusiva con esta última acepción, pues se conoce al emblema del grano de mostaza, de cebada o de mijo, que se encuentra en los Evangelios al igual que en los Upanishads hindúes. Es imposible ampliar más aquí al respecto.

Grado 30º: El Fénix o el Fuego Purificador

El fénix es emblema de inmortalidad pero esta noción amerita y demanda ser precisada ya que regularmente se lo malinterpreta. Por inmortalidad se suele entender existir en una sucesión provisional indefinida cuando ciertamente se trata de originarse a lo atemporal, a lo perpetuo que está alejado del tiempo y del curso de las formas a la que nos referíamos previamente.

Como el pelícano, el fénix es un emblema típico y universal, ya que se le halla en Egipto, en Grecia, en Islam, en China y en la época medieval europeo. Acá al fénix se lo vincula al fuego, según la leyenda en la cual esta ave fabulosa emerge de sus cenizas. Evidentemente, esto se refiere a la Iniciación, que depura y regenera a la naturaleza, por medio de la muerte y el renacimiento.

Las iniciales vinculadas al fénix son INRI (Igne natura renovatur integram: el fuego revitaliza íntegramente a la naturaleza) que se corresponde con la siglas talladas en la cruz a nivel religioso esotérico. Se han referido en la literatura esotérica otras tantas explicaciones de este signo, pero pocas veces se ha planteado el tema en estos términos.

Grado 31º: El Ángel

El ángel representa tanto la ayuda de Dios que baja sobre nosotros así como al hombre que se alza propulsado por sus anhelos espirituales. Con el ángel se llega a completar un ciclo conformado además por el águila, el toro y el león alado, a lo cual se llama un tetramorfo (ya referido en el Grado Duodécimo), y se preserva hoy, en el simbolismo de las órdenes iniciáticas, en ocasiones bajo  una sola figura.

Un ejemplo corriente de un tetramorfo unido de esta modo lo conforman la esfinge, con cabeza de hombre, alas de águila, garras de león y corporalidad de toro. Es valedero ahora, al estar completo el ciclo referido, reseñar con cierto detalle este relevante simbolismo.

Ha de ser mencionado, por ejemplo, que el tetramorfo está vinculado con la divina Tetractys de los pitagóricos. Esto es obvio ya que existe una concordancia entre los componentes de una y otra modalidad simbólica que es ésta: El hombre o el ángel es correspondiente al espíritu creador, simbolizado por el uno. El toro concierne a la materia y por tanto al reino de las dualidades (representado por el dos).

El águila al enlace del espíritu y la materia, compendio de los contrarios y resolución de las dualidades en un grado más elevado (simbolizado por el tres). El león a la forma expresada (simbolizada por el cuatro). En resumen, y sin pararnos aquí en otros asuntos de interés, se señala que este guarda gran relación con el la norma seguida con rigor por los Iniciados en todo tiempo y lugar:  Conocer, Querer, Atreverse, Acallar.

Grado 32º. El Santo Grial o El Sol en el Corazón.

La declaración del Iniciado revela su sagrado e indecible éxtasis. La rubedo (Obra al rojo) se ha logrado y esto concluye el ciclo de la Gran Obra interior. Este es el misterio de nuestra Divina Herencia que es el vinculo con la Fuente de Dicha Infinita, la Esencia de nuestra existencia y la Gloria de nuestro espíritu. Brillante como muchos soles reside un pedazo de Dios, de la Conciencia Universal en el Akasha o cámara etérica oculta de nuestro corazón.

No vanamente señalaba Jesús «Yo os declaro: Dioses son». La Piedra Filosofal no nos conduce al oro vil sino al Oro Filosófico. Los ancestrales Maestros señalaban crípticamente que los hombres que lograban los Grandes Misterios observaban el sol a mediodía, a  través de las más gruesas tinieblas. Para ellos la noche brillaba tanto como el día. Ello se explica debido a que veían al Sol Divino en su propio corazón y allí jamás el Sol se oculta.

Esto y no otra cosa es lo que los caballeros del medioevo estaban en búsqueda con el nombre del Santo Grial. Véase que aquí el Sol brilla  en el medio del pecho sobre el corazón. El Yo Supremo (Atma), es otra nombre para Dios allí vivo en nuestro corazón.

Grado 33º: Los Misterios Mayores

La Rama Seca Florecida, La Comunidad de los Maestros de la Orden de Melquisedec, El Cuerpo de Gloria.

En este nivel se principian los Misterios Mayores y se vuelve a tomar el asunto de la rama seca con el que empezaban los Misterios Menores (Grado Octavo). Aquí no obstante la rama ha florecido completamente y ha dado frutos. El simbolismo tiene diferentes niveles de explicación y es escondido.

Pero se esclarece de inmediato si caemos en cuenta de lo redactado en la Regla 21 de la parte inicial de «Luz en el Sendero»: «Has de buscar la flor que debe surgir en el silencio que prosigue a la tempestad y no antes. La planta emergerá y se desarrollará, dará ramas y hojas y conformará capullos mientras prosigue la tormenta y permanece el combate.

Pero al tanto el temperamento pleno del hombre no se haya diluido y desvanecido; al tanto que el sagrado fragmento que lo ha conformado no lo considere como simple instrumento de prueba y experiencia; al tanto la naturaleza toda no esté derrotada y se encuentre sometida por su Yo Superior, no puede expandirse la flor.

A partir de esta experiencia, el postulante pasa a ser parte de la Colectividad de los genuinos Maestros espirituales, con la que ingresa naturalmente en contacto. El ser humano deviene así a ser más que eso y se alista para nuevas vivencias que se le presentaron ya a nivel supra personal hasta dejar por último el curso de las formas, es decir, el proceso de expresión material.

Sería valioso buscar en el Antiguo y Nuevo Testamento las citas a Melquisedec, Rey de Salem, Sumo Sacerdote del Dios Altísimo. Los grupos religiosos atesoran con el mayor silencio lo referente a este Misterio y se restringen a decir que es inusual que las Escrituras esclarezca que Melquisedec no tiene antepasados. El Misterio se clarifica, no obstante, si reflexionamos con cuidado sobre lo que señala la Tradición Esotérica al respecto. A continuación se dejan algunos enlaces de interés:

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