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De acuerdo a la mitología egipcia, Apis o también conocido como el Buey Apis es un dios-todo que fue ampliamente adorado en toda la región de Menfis y servía de intermediario entre los seres humanos y un dios todopoderoso, originalmente Ptah, luego Osiris y después Atum. Conoce más de esta tradición a continuación.

Buey Apis

Buey Apis o Toro Apis

En nuestro artículo de hoy estaremos conociendo un poco más acerca de la mitología egipcia, a través de una de sus tradiciones más famosas como lo es la del Buey Apis, también conocida como El Toro Apis. Lo primero que debemos aclarar es el significado de Buey Apis: Se trata de un toro sagrado que fue considerado como un dios solar, de la fertilidad y posteriormente, funerario, miembro de la corte de los dioses del antiguo Egipto.

Este toro sagrado fue venerado por muchos años en Egipto a través de cuatro formas diferentes, sin embargo, una de las más conocidas e importante fue sin duda alguna HAP, tal y como lo llamaron los egipcios, EPAFOS como era llamado por los griegos y APIS como finalmente se le conoce en la actualidad. En Menfis Apis fue adorado mientras vivía como la manifestación de Ptah, dios creador.

Una vez que muerte se le comienza a asimilar como Osiris, dios de la resurrección, llevándolo a convertirse en Osor-Apis o Ausar-Hapi. Algunos lo llegaron a nombrar como “El Apis Vivo, el Heraldo de Ptah que lleva la Verdad hasta El de la Amable Faz”, también se le llamó “Hijo de Osiris” e “Hijo de Sokar” y “Alma Gloriosa de Ptah”.

Ciertamente la historia revela que el principal centro de culto del Buey Apis o El Toro Apis fue Menfis, sin embargo, de acuerdo a los textos de las Pirámides y el Libro de los Muertos, se cree que este dios también recibió adoración en otras importantes ciudades como Sais y Athribis en el delta. Para conocer más de esta tradición es importante remontarnos al pasado.

Para ello nos vamos a trasladar hacia más de tres mil años antes de Cristo. Para esa época se acostumbraba a distinguir dos clases o tipos de toros en todo Egipto. Por un lado estaba el llamado “iw”, importado de Dongola, al sur, que era gordo, bajo de ancas, es decir chaparro. De este toro destacaba sus grandes cuernos y solía ser engordado con la intención de usarlo como alimento o para el sacrificio.

Buey Apis

En esa época también existía otra clase de toro. Se trataba del ejemplar conocido como el toro salvaje “ng” el cual era nativo del delta. Entre sus características principales estaban su altura y grandes cuernos. Este ejemplar se usaba mayormente en las labores del campo o para jalar inmensas piedras o sarcófagos. A este toro también se le cazaba en las grandes cacerías reales.

Es importante destacar que estas dos especies o ejemplares de toros egipcios se usaban para el culto y en algunas ocasiones ambas se sacrificaban, sin embargo, solo el ejemplar de nombre “iw” servía como alimento y en el caso del ejemplar “ng” solo se usaba en las cacerías y sólo éste era un Apis. El Buey Apis tenía varias funciones dentro de la mitología egipcia.

Principalmente el Apis cumplía la función de actuar como un intermediario entre el dios Ptah y sus fieles. Se comunicaba entre ellos a través del oráculo, en el que Apis actuaba como tal. Es por eso que se dice que el toro Apis por un lado era el heraldo del dios, el informante de los hechos que ocurrían en la tierra y por el otro lado también actuaba en representación de ese mismo dios al dar un veredicto en su función de oráculo.

Estudiando un poco la cultura del Buey Apis dentro de las tradiciones egipcias, se cree que este toro también cumplía con otras funciones, como por ejemplo, las funerarias, tan cara a la mentalidad egipcia. Se han encontrado algunas inscripciones en el Serapeum en donde Apis es llamado “Vida de Osiris, Señor del Cielo, Aquel con sus Dos cuernos en su Cabeza”.

En algunas ocasiones, el Buey Apis también era el seleccionado para trasladar grano al otro mundo, por lo que se podría decir que cumplía funciones agrarias. En oportunidades era usado para trasladar muertos, de hecho, a lo largo de la historia se han revelado varias pinturas en donde se refleja al Buey Apis llevado sobre sus espaldas al difunto.

Se podría decir que el Buey Apis fue uno de los símbolos culturales y de creencias más influyentes en la historia de Egipto y uno de los dioses más venerados dentro de esa cultura. De acuerdo a su historia, se cree que existió la posibilidad de que en sus orígenes, Apis se le haya relacionado directamente con el Nilo y eso se justifica pues al toro se le clasificó como gran inseminador, imbuido del poder de la vida y por consiguiente, relacionado con el agua.

Un dato interesante que vale la pena destacar en torno a la terminología de Apis tiene que ver con sus diferentes nombres pero que al final todos significan lo mismo, toro sagrado. Si embargo, su nombre en jeroglíficos era Hapi lo cual hace referencia a “lo oculto”. Se le llamaba así debido a que este animal tenía que ser descubierto en medio del ganado, lo que se hacía mediante ciertas marcas diacríticas.

Si se toma como referencia algunas inscripciones jeroglíficas que acompañan su forma, se podría decir que el Buey Apis fue el segundo nacimiento, llamada también como la encarnación viviente del dios Ptah. Fue así como Apis pasó a convertirse en un toro sagrado para los antiguos egipcios, como un aspecto del dios creador Ptah.

En toda su historia, el dios Apis se caracterizó por cumplir varias funciones dentro de la cultura egipcia, sin embargo, una de sus principales era la de intermediario entre el dios Ptah y cada uno de sus fieles. Se comunicaba entre ellos a través del oráculo, en el que Apis actuaba como tal. Es por ello que Apis por una parte actuaba como el heraldo del dios y por el otro actuaba en representación del mismo dios Ptah al dar un veredicto en su función de oráculo.

Al Buey Apis también se le relaciona con el dios Osiris y allí el toro sagrado cumplió funciones funerarias, de hecho, a lo largo de la historia muchos investigadores han podido hallar en el Serapeum diversas señales que dan certeza de esa relación. De hecho, Apis es llamado “Vida de Osiris, Señor del Cielo. Aquel con sus Dos Cuernos en su Cabeza”

Para nadie es un secreto que el Buey Apis se relaciona con distintos dioses a lo largo de toda su historia, debido a que fue un animal que contaba con características particulares con connotaciones de fertilidad. Se le relacionó en primer lugar con un dios principal y creador, Ptah. Después Apis se le vinculó con uno de los dioses más importantes y significantes egipcio como Osiris.

Pero la relación del Buey Apis no terminó solo en Ptah y Osiris sino que fue mucho más allá. Este toro sagrado también se le relaciona con Sokar, identificado como dios de las necrópolis y de acuerdo a investigaciones, tuvo vínculo posiblemente con otros dioses como Horus y Atum. Este animal sagrado tenía muchas características que lo convertían en un orgullo y fuente de veneración entre los fieles egipcios.

Se podría decir que una de las funciones más importantes que cumplía el Buey Apis era la de oráculo, razón por la cual sus habitaciones estaban conformadas, entre otros elementos, por dos puertas a través de las cuales el animal entraba para tomar sus alimentos. Ambas puertas estaban identificadas en su parte superior con los símbolos de “positivo y negativo”. Cuando el fiel le hacía su pregunta, la respuesta la daba el Apis según la puerta que seleccionara para entrar.

La tradición también relata otra manera que se tenía de consultar la opinión del Buey Apis y era a través del suministro de comida con la mano. Si el toro sagrado aceptaba la comida que se le estaba dando con la mano era considerado como una respuesta positiva, sin embargo, cuando Apis rechazaba comer era desde luego una respuesta desfavorable y un mal presagio. Antes de consultarlo, se acostumbraba a hacer un ritual especial.

Este ritual, antes de consultar la opinión del Buey Apis, consistía básicamente en quemar incienso en el altar, rellenar de aceites las lámparas que iluminaban su templo, además de depositar alguna ofrenda en honor al toro sagrado. A partir de los finales del Reino Nuevo, los oráculos comienzan a obtener un lugar destacado dentro de la vida religiosa, política y social del pueblo egipcio.

Al Toro Apis, como también era conocido dentro de la cultura de Egipto, se le identificó como un animal sagrado que contaba con muchos poderes en sí, de hecho, se llegó a creer que Apis tenía una gran influencia sobre el cocodrilo, debido a que podía impedirle que atacara a los hombres durante los siete días que duraba la celebración de su nacimiento cada año. También tenía influencia sobre los cultivos de grano y fertilidad.

La historia de este toro sagrado nos relata que Apis fue venerado en Egipto específicamente entre el 3000 y 2000 a. d C. Para esa época había dos especies de toros en el pueblo, entre ellos, Apis que era considerado como el toro sagrado e intermediario entre Ptah (dios creador) y sus fieles. En oportunidades, Apis también era escogido para cumplir la función de llevar el grano al otro mundo.

Existen algunos documentos, como pinturas, donde se muestra al toro Apis llevando sobre sus espaldas al difunto momificado, animal con connotaciones de fertilidad. Algo curioso de toda esta tradición egipcia es que no podía haber dos Apis al mismo tiempo, es decir, se tenía que esperar que un Apis muriera y fuese enterrado, para entonces dar autorización al nacimiento de otro Apis. La tradición también indica que la madre del Buey Apis era enterrada en su cercanía.

Iconografía del buey Apis

Hablemos acerca de la iconografía del Buey Apis, este símbolo adorado por muchos años dentro de la cultura egipcia. El toro Apis, como también es conocido por muchos, estaba representado como toro u hombre con cabeza de toro, con el disco solar Uraeus arriba de la cabeza, al igual que otros dioses de Egipto, entre ellos, Ra.

Mitología del buey Apis

Desde el punto de vista de la mitología, podemos decir que el Buey Apis está conocido entre los dioses egipcios, como el hijo de Isis, quien recordemos era representada como una vaca. La historia revela que Apis fue fecundado por uno de los rayos del sol y en el Egipto antiguo donde el toro Apis fue sagrado.

Apis llegó a ser considerado como el animal sagrado más importante de Egipto y a medida del pasar del tiempo, su importancia fue aumentando de manera considerable.

Su nombre en egipcio es Hap o Hepu y en griego Apis o Epagos, sin embargo, cada uno de esos nombres significan lo mismo: Toro sagrado. Se le conoció como uno de los dioses del sol, la fertilidad y por último funerario.

El toro o Buey Apis es sagrado en el antiguo Egipto. Desde el Imperio Nuevo se le consideraba el heraldo de Ptah, su Ka, luego en Osiris y más tarde de Solar. Es por esa última razón que llegó a considerarse una de las integrantes del panteón de dioses egipcios asociados con la muerte.

Veneración al Buey Apis

La veneración al Buey Apis en Egipto ocurre desde hace muchos siglos atrás, incluso desde la Dinastía I cuando estaba al mando el Rey Udimu, cuatro de su Dinastía, sin embargo, hay investigadores que se atreven a asegurar que el Buey Apis viene recibiendo adoración y culto incluso desde la época predinástica. Lo cierto en todo caso es que se trata de una tradición antigua que se fue pasando de generación en generación, convirtiéndose en uno de los ídolos más venerados de egipcio.

Estudiando un poco la historia y algunos acontecimientos relevantes nos encontramos con que en la tumba de la Dinastía I, perteneciente al ministro Hamaka, del faraón Udimu, fue hallado un ostracon con un toro pintado, además de la impresión de un sello en donde aparecía representado el rey Den llevando la corona del Bajo Egipto y corriendo ante el Apis en una ceremonia llamada “La corrida del Apis”:

Se cree que fue esa la primera vez en que sale reflejado el nombre de Apis. También fue encontraba una vasija de la Dinastía I, de diorita negra y blanca, en donde aparece el nombre de Horus junto con la descripción: “La primera vez de la corrida de Apis”. Como se puede notar, la veneración a esta imagen viene ocurriendo desde hace muchos siglos atrás y se convirtió en el Toro Apis se varios dioses.

Por ejemplo el rey Nebra, perteneciente a la Dinastía II, fue conocido como “El señor de señores y “El toro de toros”. Fue precisamente este rey quien se encargó de proclamar como dioses a Apis de Menfis, al toro Mnevis de Heliópolis y al carnero de Mendes. También existen otras hipótesis sobre quién fue el verdadero responsable de proclamar el culto hacia el Buey Apis.

Aquí vale la pena mencionar la hipótesis de Eliano quien asegura que, según la tradición de los sacerdotes, fue Menes el responsable de promover el culto al toro Apis. Lo verdaderamente claro en todo este asunto es que la adoración o veneración hacia el Buey Apis es bastante antigua, haya sido en la primera o en la segunda dinastía. El culto al toro Apis va junto con el inicio y desarrollo de la época histórica de Egipto.

Es importante señalar que para poder lucir el apodo de Toro Apis, este animal tenía el deber de reunir diferentes características que sólo eran conocidos a cabalidad por parte de los sacerdotes. Según el mismo Eliano, había un total de 29 marcas, cada una de ellas tendría un significado místico, desconocido para nosotros.

Entre algunas de las características más conocidas está que el animal tenía que ser de pelo de color negro en su totalidad y tener una mancha blanca en el área de su frente, en forma de diamante. Otra mancha del mismo color estaba en la parte de la espalda, pero está tenía forma de un buitre con las alas extendidas. Por su parte los pelos de la cola debían terminar separados en dos direcciones.

Otra de las características tenía que ver con la lengua del animal pues debajo de esa área debía tener una excrecencia en forma de escarabajo. A uno de los costados, el toro tendría otra mancha de color blanco pero ésta en forma de luna en cuarto creciente y en los cuartos traseros un escarabajo. Hay quienes dicen que solo bastaba una mancha de estas para que el animal pudiera ser aprobado.

Cada una de estas marcas hacía notar el carácter único y el nivel de aceptación por parte de los dioses hacía el Buey Apis. Algunos llegaron a pensar que estar marcas pudieron haber sido realizadas de manera artificial por parte de los mismos sacerdotes con el objetivo de poder adaptarse a los requerimientos. Dichas marcas tienen sus antecedentes en los tiempos predinásticos.

De acuerdo a la historia del Toro o Buey Apis, éste animal fue concebido a través de una ráfaga de luz celeste, que aparentemente por inspiración divina, fecundó a una ternera virgen, aún demasiado joven para concebir, además esta ternera nunca jamás volvería a parir otro becerro. También hubo otra versión acerca de que un Apis concebía a otro, sin embargo, no es la más popular.

En relación al culto o veneración del Buey Apis existía algunos fundamentos básicos que debían ser tomados en cuenta al momento del culto. Investigadores hablan de tres reglas básicas: Por un lado no podía haber dos Apis vivos al mismo tiempo. También era fundamental respetar los 70 días entre la muerte y el entierro del toro. Por último, el Apis muerto debía ser enterrado antes de que su sucesor fuera instalado. Un Apis no nacía hasta que el anterior muriera.

La cultura indica que apenas un Apis moría, automáticamente comenzaba la labor de búsqueda del Apis sucesor a lo largo de todo el país. Una vez que era conseguido, se registraba su nacimiento, era llevado a una casa que tuviera de frente al sol naciente, a orillas del Nilo y era allí donde lo alimentaban con leche por un lapso de 40 días.

Otro dato curioso relacionado con el nuevo Apis que nacía después de la muerte del anterior es que solo las mujeres tenían la oportunidad de verle. Luego el animal era trasladado a través del río con dirección al Gran Templo de Ptah situado en la ciudad de Menfis, donde se realizaban grandes ceremonias como acto de bienvenida o presentación.

El Buey Apis era trasladado en una góndola dorada y consagrada, vestido con impresionantes túnicas. Se convertía en una celebración popular del pueblo, donde existía un gran regocijo por parte de los habitantes. El propietario del rebaño de dónde era escogido el nuevo Apis obtenía un gran reconocimiento, debido a que las personas lo veían con admiración y respeto.

Un punto que vale la pena destacar es que este nuevo Apis no era separado de su madre, quien permanecía junto al animal todo el tiempo. En relación al traslado de la madre del Apis no se conocen muchos detalles, tampoco si ésta era la madre natural del toro o era otra vaca representando este papel. Lo que sí está claro es que la madre vivía y era enterrada cerca de su hijo.

Investigadores revelaron que el Buey Apis tenía un gran dominio sobre otros animales, por ejemplo, el cocodrilo, debido a que podía impedirle que atacara a los hombres durante los 7 días que duraban los actos de celebración por el nacimiento del nuevo Apis cada año. Se acostumbraba en esa época tirar al río Nilo una ofrenda conformada por una pátera de oro y plata.

A lo largo de su vida, el Buey Apis vivía como un rico, con impresionantes lujos, además de gozar de una tranquilidad. La casa donde vivía el animal se acostumbraba por lo general a adornarla con exquisitos tapices de oro y piedras preciosas. También era común ofrecerle una alimentación de calidad, con los mejores productos, además de darle un baño con agua caliente y perfumada.

El animal contaba con todos los lujos posibles para que no pasara ningún tipo de necesidad, incluso hay quienes dicen que contaba con su propio harén personal. Al toro o Buey Apis le estaba prohibido consumir agua del río Nilo, por la razón que ésta aparentemente lo hacía engordar mucho y eso iba en contra de los ideales de belleza del egipcio para la época.

Es necesario destacar que el Buey Apis permanecía en su templo, el Apeión, el cual estaba ubicado justo de frente al templo del dios Ptah y en donde contaban con dos establos de nombre Delubrka y Thalami. Sobresalen dos ventanas que eran llamadas las “apariciones” y a través de ellas los fieles podían ver al Buey Apis. En su casa también contaba con un corral donde salía a corretear durante el día.

Durante la dinastía XXX, en la época de Nectánebo II, se inauguró una nueva casa o templo para el Buey Apis en Menfis. Esta nueva casa estaba conformada por varios aspectos interesantes, entre ellos, dos áreas principales. La primera era el establo, es decir, la casa del “Apis Viviente” y la wbt, “lugar puro”, que era el sitio en donde se le purificaba después de su muerte.

De acuerdo a las investigaciones y descubrimientos recientes, se dice que el último nivel de esta nueva casa del Buey Apis fue construido bajo el faraón arriba mencionado, tomando en cuenta algunos materiales encontrados el cual es de diferentes épocas y fue reutilizado varias veces. Entre los descubrimiento se encontraron bloques de alabastro con dedicatorias al “Apis viviente” de Ramsés II, de la dinastía XIX.

También fue hallado un bloque de Sheshonq I de la dinastía XXII, con un cartucho grabado con los nombres de los dioses Osiris, Apis, Atum y Horus. Así como eso se encontraron otros elementos históricos como platos, piedras con inscripciones y una columna de granito rojo en forma de papiro que fue realizada por diferentes faraones en diversas épocas de la historia.

Tal y como hemos venido hablando a lo largo de este interesante artículo, el Buey Apis cumplía muchas funciones, pero una de las más importantes se podría decir que era la de oráculo, por eso es que sus habitaciones contaban con dos puertas principales a través de las cuales el toro hacía su entrada para comer alimentos. Estas puertas también tenían sus características.

Por ejemplo, en la parte superior tenían símbolos de los positivo y lo negativo los cuales servía como guía para cuando el fie le hiciera su pregunta la respuesta la daba el Apis de acuerdo a la puerta que seleccionaba para entrar. También había otro elemento destacado en cuanto al nivel de educación del toro o Buey Apis, una manera de demostrar eso era mediante la alimentación.

Es decir, para la época se tenía la costumbre de ofrecer alguna comida con la mano al toro y si Apis la aceptaba su respuesta era positiva pero si rechazaba el alimento, su respuesta era que no. Antes de consultar la opinión del Buey Apis, era necesario cumplir con una serie de requisitos o actividades enmarcadas en los actos de culto al animal.

Una de las cosas que se tenía que hacer antes de consultar la opinión de Apis era quemar incienso en el altar, además de rellenar de aceite las lámparas que alumbraban su templo y depositar una ofrenda al toro. También existía la costumbre de que el fiel le hablara al odio a la estatua del Apis que se encontraba allí, teniendo la oportunidad de consultarle algo en específico.

Luego que le consultaba al oído de la estatua del Apis, el fie proseguía a retirarse del templo, no sin antes taparle las orejas a la estatua. El fiel además tenía que interpretar lo primero que oía al salir del templo, ya que, esa era considerada como la respuesta del dios. Recordemos que el oráculo estaba descrito como un medio o canal de adivinación que traía información de lo que iba a suceder en el futuro.

El oráculo debía por obligación contar con un código establecido y los mensajes eran pronunciados por un dios específico, cada uno de ellos con sus particularidades o características. ¿Cuál era la importancia o finalidad del oráculo? Pues la respuesta es sencilla: La importancia radica e su función de reafirmación y guía para las personas y como mecanismo social que bajaba las tensiones entre las comunidades.

Para la época eran normales que existieran asuntos imposibles de resolver por parte de las autoridades por lo que era necesario recurrir al oráculo con la finalidad de permitir que un dios con carácter neutral o imparcial decidiera por dichas autoridades. Que un dios imparcial fuese quien decidiera por las autoridades, evitaba que ocurrieran conflictos en la zona.

La historia revela que fue ya a finales del Reino Nuevo cuando los oráculos comienzan a adquirir un nuevo rol. Ésta vez los oráculos toman un lugar predominante en la vida religiosa, política y social de Egipto. Podemos entonces comprender el rol fundamental que desempeñaba el Buey Apis en las relaciones entre los fieles y el sacerdocio y entre los fieles y el gobierno.

El Buey Apis también representaba algo muy especial para el fiel debido a que lograba recibir de él, la respuesta a sus preguntas y un paliativo a sus angustias. También es importante mencionar algunas de las festividades más emblemáticas en las cuales tenía participación el toro o Buey Apis como es conocido. Una de estas festividades era la ceremonia llamada el “Heb-Sed”.

El Heb-Sed estuvo constituido como una de las ceremonias más importantes en las cuales intervenía el Buey Apis. En esta ceremonia, el faraón renovaba su poder real, cada 30 años primero y después cada tres, aunque habían reyes que acostumbraban a renovar su poder real cuando creían que era necesario. El primer registro que se tiene de esta ceremonia es durante el reinado de Udimu, perteneciente a la dinastía I.

La ceremonia Heb-Sed se realizaba por lo general durante el primer día del primer mes de “La estación de la siembra”, Peret, es decir la época cuando se cultivaba y comenzaba a crecer la semilla, entre finales del mes de octubre y solía durar la ceremonia unos cinco días aproximadamente. No se sabe con claridad cómo eran estas ceremonias en cuanto a estructura, lo que sí es bien sabido es que contaban con grandes preparativos.

Esta ceremonia en la cual intervenía el Buey Apis tenía como finalidad renovar el poder real, acabando con la antigua tradición que tenían algunos pueblos prehistóricos que en vez de matar o deponer al rey “ya débil” después de treinta años de gobierno, con esta ceremonia se lograba renovar su fuerza. La ceremonia tenía tres pasos importantes:

  1. Procesión del rey, imágenes de dioses, sacerdotes y principales visitando los santuarios. El Buey Apis era preparado para recibir la visita del rey en su tempo o para él mismo ser conducido ante el trono.
  2. El faraón acostumbraba a dar vueltas alrededor de las murallas blancas de Menfis, caminando al costado del Apis.
  3. El rey descendía del trono y ofrecía homenaje a sus Antepasados Reales, así renovaba su vínculo entre él y su linaje real. A través de ese homenaje, se fortalecen los lazos entre el rey y su pueblo, afirmando el poder real sobre la tierra.

Pero ésta ceremonia no era la única en la que intervenía el Buey Apis. También existía un festival en honor al toro, el cual era llevado por los sacerdotes en solemne procesión. Una gran cantidad de personas se dirigía a Menfis con la intención de ver al toro. También había oportunidades en las cuales Apis desfilaba en las ceremonias del dios Ptah, acompañado por sus guardias y un coro de niños cantando himnos en su honor.

Culto al buey Apis

El Buey Apis está considerado como uno de los animales sagrados más importantes en la historia de Egipto y eso se debe principalmente al impresionante nivel de culto y adoración por parte de sus fieles. La historia nos hace entender que Apis fue venerado son mayor fuerza en Menfis en las dinastías iniciales como un dios con relación a la fertilidad de los rebaños, junto al sol y el dios del Nilo.

Pero el culto hacia el Buey Apis no quedó sólo en Menfis sino que con el pasar de los años su veneración se fue extendiendo por otros territorios. Su culto pasó a Alejandría, donde es bastante popular y conocido tanto por los romanos como por los griegos. A diferencia de otros cultos, en el caso de Apis, éste fue venerado después de que los griegos adoptaron su culto, seguido de los romanos. Se menciona que el culto al Buey Apis inició a principios de la historia egipcia, probablemente como un dios de la fertilidad relacionado con el grano y los rebaños.

Para nadie es un secreto la alta importancia que tenían los toros para la cultura egipcia, considerados como animales sagrados. La historia se ha encargado de aportar ciertos elementos que confirman que el culto de toros era una de las tradiciones más populares, incluso desde la Primera Dinastía (Periodo Dinástico Temprano). El toro siempre fue relacionado con el faraón y a veces tomó el epíteto de “toro fuerte de su madre”.

La historia indica que fue ya en 3100 a.C cuando el entonces rey aparece representado en forma de toro. Para la época, el toro sagrado era identificado gracias a las marcas sagradas específicas que tenía. Cuando se confirmó que el toro era la encarnación de un dios, se le dotó de lujosos beneficios, entre ellos, cuartos impresionantes, la mejor comida y se le proporcionaba un harén de las mejores vacas.

El toro que contaba con la fortuna de ser considerado sagrado ante los ojos del rey y sus fieles tenía la oportunidad o dicha de vivir en el regazo del lujo hasta la hora de su muerte, día cuando comenzaba un largo proceso que llevaría a que el animal fuese momificado y posteriormente enterrado con todos los honores que merecía. Si bien es cierto hubo una gran adoración por los toros en Egipto, el caso de Apis fue especial.

El Buey Apis está considerado por muchos como el más famoso de los cultos de toro en toda la historia egipcia. Tal y como hemos venido hablando a lo largo de nuestro artículo, el toro era la encarnación de un dios, pero a diferencia de los otros animales sagrados, que sólo daban un vínculo con el dios creador, en el caso de Apis que pensaba que éste era el anfitrión del dios mismo, cobrando un carácter especial ante los otros cultos de toros.

Además del culto al Buey Apis en Egipto, también existieron otras celebraciones parecidas en las cuales se le rendía veneración a este tipo de animales sagrados para la cultura del país. Por ejemplo se puede nombrar al Toro Buchis, considerado uno de los cultos más populares. Este toro tenía una cara negra y un cuerpo blanco y se pensaba que era una manifestación de Ka (fuerza vital) del dios de la guerra Montu.

Prácticamente el culto al Toro Buchis estuvo centralizado en los alrededores de Armant, donde generaciones de toros momificados y sus madres fueron enterrados en el “Bucheum”. La historia indica que las tumbas donde eran enterrados estos toros tenían cierto parecido con las tumbas de los Apis, sin embargo, las estructuras estaban rematadas por un techo abovedado en lugar de excavadas en la roca viva.

Habían tumbas que tenían un gran almacén de equipamiento funerario, no obstante, también habían otras que contenían sólo la momia del toro Buchis. Otro culto popular de toros en egipcio fue la veneración del Toro Mnevis, considerado como el toro sagrado de Heliópolis. Por lo general este toro era totalmente de color negro, pero cuando esto no era posible, también un toro blanco era aceptable para rendir culto.

Con el pasar de los años, este toro llegó a asociarse con el toro Apis más popular. Vale la pena mencionar que existe muy poca información relacionada con el culto Mnevis, tanto así, que solo se han documentado dos entierros de este tipo de toros en toda la historia. Estos entierros datan, uno del Reinado de Ramsés II y el otro del reinado de Ramsés IV, ambos durante el Nuevo Reino.

Muerte y ritos de momificación

En esta parte de nuestro artículo vamos a hablar un poco acerca de los ritos que se hacían una vez que el toro o Buey Apis moría. Lo primero que debemos mencionar es que los Apis tenían un periodo de vida entre los 15 y 20 años, pero cuando eso no ocurría, se le permitía llegar a los 25 años para luego someterlo al sacrificio, para lo cual eran ahogados con muchas ceremonias en una fuente sagrada.

Ahogar al toro en una fuente sagrada se convertía en una práctica muy relacionada con la mengua de su poder fertilizador, sin embargo, investigadores no terminan de aclarar este punto con exactitud. Hay que tomar en consideración que en algunos pueblos neolíticos, el rey (identificado con el toro por su poder fecundador), también era sacrificado al perder ese poder.

Lo cierto es que con el pasar de los años, esa práctica o costumbre se convirtió en una lucha ritual entre el rey y su sucesor y más tarde entre el primero y un toro o un león, con el objetivo de refrendar mágicamente su fortaleza sexual. Posiblemente haya relación entre esta práctica y la de sacrificar la vida del toro a una edad en que obligatoriamente sus características de fuerza y fecundidad habrían disminuido considerablemente.

Se cree que a partir del Reino Nuevo, al Buey Apis muerto le separaban algunas partes de su cuerpo para comerlas en medio de una ceremonia ritual que se llevaba a cabo en el templo y el resto del cuerpo era embalsamado. La muerte de un Apis ameritaba un largo y delicado proceso que conllevaba todo un complejo ritual, permitiendo al toro finalmente renacer.

Es importante aclarar que todo este proceso de ritual al Apis muerto estaba directamente relacionado con el drama de la vida, la muerte y la resurrección de Osiris y el cual cada hombre o animal sagrado que moría debía cumplir con cabalidad. Describamos un poco cómo era el proceso una vez que se anunciaba la muerte o sacrificio del Buey Apis.

En primer lugar, el Buey Apis era sacado de su establo a través de la puerta oeste (representando el ocaso del sol, o la muerte). De allí el animal era llevado a una construcción situada al sur del establo la cual estaba diseñada específicamente para ese tipo de situaciones. Ese espacio estaba construido de madera y cubierto de lino, llamado popularmente como “La Casa de la Purificación”.

Esta casa de la purificación cumplía la función básicamente de servir como espacio físico para que el Buey Apis fuese completamente lavado o purificado. Mientras eso ocurría, los sacerdotes y sus fieles comenzaban con el periodo de duelo que se prolongaba hasta el día en que el animal era enterrado. Durante ese duelo, tantos los sacerdotes como los fieles se dejaban crecer el cabello, no se bañaban, guardaban ayuno de cuatro días y el resto de los días solo comían pan, vegetales y agua.

Como dato curioso es importante destacar que el establo también pasaba por un proceso de duelo, es decir, una vez que el Buey Apis moría, este lugar era lavado y purificado y se le colocaba una placa relacionada con el hecho, donde aparecía ilustrada la fecha de nacimiento, entronización y muerte del Apis recién fallecido. En la casa de la purificación, Apis duraba cuatro días.

Después de transcurridos esos cuatro días, el Buey Apis era llevado de manera inmediata a la Casa del Embalsamiento, un edificio que estaba conformado por un total de seis habitaciones de forma rectangular, unidas por un pasaje y en donde el toro era prácticamente transformado. La casa del Embalsamamiento se encontraba ubicada en la esquina suroeste del Templo de Ptah en Menfis.

El Buey Apis duraba en la casa del Embalsamiento aproximadamente 64 días y en ese lugar se desarrollaba el complejo trabajo de transformar el cuerpo del Buey Apis en momia. Se trataba de un complicado proceso en donde cada paso era acompañado de un ritual debido a que cada etapa del embalsamiento tenía un significado para el resultado final que era la resurrección del Apis.

La Casa del Emplazamiento destaca por la presencia de dos principales salas que marcaban dos partes importantes del proceso y del ritual. Por un lado estaba el Salón del Sacrificio y el Salón de la Envoltura. En el primer salón tenía lugar el proceso en el cual se procedía a quitarle al Buey Apis todo lo que se pudiera a echar a perder. En el otro salón, el salón de envoltura, el toro era envuelto con las vendas que habían de convertirlo finalmente en una momia.

Vale la pena mencionar que este lugar conocido como La Casa del Embalsamiento estaba constituido como un lugar sagrado debido a que allí no sólo se realizaba un proceso físico sino un ritual, donde los propios sacerdotes estaban obligados a cumplir con estrictos ritos de limpieza, entre ellos, rasurarse todo el pelo y lavarse y cambiarse de ropa cada vez que ingresaban al lugar.

En cada acto se hacía representación de la resurrección de Osiris, además de la detallada limpieza que representaba la condición primigenia del momento de la creación del mundo. En la primera sala que nombramos más arriba se encontraban cinco camas para embalsamar que eran de alabastro y estaban adornadas, camas que miden 4 m por 2 m.

Uno de los procesos más importantes después de la muerte del Buey Apis tenía lugar en los espacios del Salón del Sacrificio. En ese lugar, el animal tenía que durar al menos unos 48 días seguidos, días que eran aprovechados para la minuciosa labor. En los trabajos de alistar al Apis participa el sacerdote principal de su culto y cuatro personas más.

Este grupo de personas se encargaban primero de cortarle la garganta al Apis con el objetivo de sacarle toda la sangre al animal. Luego de eso, el sacerdote principal cumplía la función de trabajar con la cabeza del toro, una de las áreas más importantes en la cultura egipcia debido a que en esa parte del cuerpo se encontraban los órganos para ver y hablar, los ojos y la lengua.

Los ojos y la lengua del toro Apis eran considerados órganos sumamente importantes en la cultura egipcia debido a que según sus creencias, estas dos partes del cuerpo le servirían de utilidad al animal muerto en el otro mundo. Lo primero en extraer eran los ojos y el cerebro, los cuales eran sacados a través de la nariz con la ayuda de algún instrumento.

Después de eso el siguiente paso a seguir era hacer una gran incisión, del lado izquierdo, que abarcaba el abdomen y parte del pecho. Del animal también eran sacados los intestinos, pulmones, hígado y los cuatro estómagos del toro para ser colocados en vasijas especiales que tenían en su interior sustancias para limpiarlos. El área del corazón del toro recibía un trato especial y diferente por tratarse del centro de la vida.

En el caso del corazón del Buey Apis es importante mencionar que éste, al igual que el resto de órganos, también recibía una limpieza exhaustiva, sin embargo, después que era limpiado, lo colocaban nuevamente en su sitio, porque la cultura decía que por medio de él, el Apis debía de enfrentar el juicio de Osiris. En este, el corazón tenía un papel fundamental, considerando que era el órgano que debía de ser pesado para saber si sus obras requerían que el muerto pudiera continuar su camino hacia la otra vida o mundo.

La cultura indica que cada una de las cavidades del Buey Apis era purificadas mediante la boca, la incisión y el ano, haciendo uso de aceite resinoso y posteriormente eran colocadas, en todas las cavidades, bolsas rellenas de una mezcla de serrín y natrón. Luego de todo ese largo proceso, el cuerpo del animal se tenía que dejar descansando o reposando por unos 40 días aproximadamente.

El cuerpo del Buey Apis, en su proceso de descanso, era cubierto con impresionantes cantidades de patrón sólido, una sustancia que contenía propiedades deshidratantes y lograba así el efecto de secar por completo el cuerpo del animal. Después de terminado ese proceso, el Apis (su cuerpo en realidad, su esqueleto) era llevado al Salón de la Envoltura para continuar con el proceso.

En los espacios del Salón de la Envoltura comienza la segunda parte del proceso después que muerte el Buey Apis. Es allí donde se realiza una labor complicada y especificada en textos sagrados. De acuerdo a la cultura, el toro duraba en este salón aproximadamente unos 16 días y comúnmente no era el mismo sacerdote que hacía el trabajo, es decir, se designaba a un nuevo personal distinto al anterior.

Se colocaba un sacerdote principal quien tenía la responsabilidad de interpretar el papel del dios Anubis, dios encargado del embalsamiento, líder del ritual y, como ya dijimos, encargado de la cabeza. Además del sacerdote principal, también habían otros cuatro sacerdotes, cada uno de ellos, se encargaba de una extremidad y posteriormente los dos que se encargaban de los cuartos traseros trabajaban también el abdomen, el ano y la cola.

Por su parte los que estaban encargados de las patas delanteras, también se encargaban de trabajar el pecho del toro Apis. Así comenzaba un trabajo arduo y de mucho cuidado, en donde cada trabajo estaba enmarcado por un acto ritual en específico. De la parte bucal eran extraídos los dientes del centro, que eran después reemplazados por dientes artificiales.

Estos dientes del centro eran los primeros en aparecer en la boca del toro y su reemplazo significaba el rejuvenecimiento del Buey Apis. Cada hueco de la boca y de la garganta se untaban con aceites y se cubría con trozos de tela, lo mismo que la lengua la cual era envuelta cuidadosamente. El trabajo con los ojos del toro era parecido, sin embargo, se le colocaban dos amuletos o tiras de papiro con conjuros, para que el ojo volviera a ver y con tiras de lino se rellenaba el hoyo.

En algunas oportunidades los ojos del Buey Apis eran reemplazados con ojos artificiales de diversas piedras. El mismo procedimiento se aplicaba con partes del cuerpo como los oídos, las narices y los cuernos. Por último la cabeza del animal era cubierta con tela, sobre esa tela se pintaba con tinta los ojos. Una vez que se terminaba con toda el área de la cabeza, los otros dos sacerdotes iniciaban con la siguiente parte del trabajo.

Colocaban al Buey Apis echado, con las patas delanteras forzadas y estiradas y las traseras pegadas a los cuartos traseros, con las pezuñas hacia adelante. Esa posición era con el objetivo de facilitar el envolvimiento de estas partes o de imitar a Anubis. Lo primero que hacían era quitar las pezuñas, reemplazándolas por otras, de oro. Eran quitadas del cuerpo por considerarlas impuras.

Los encargados de las patas traseras procedían entonces a embalsamar el año, por considerarse también un área impura. Se cubría con una manta que lo tapaba a él y a esta parte del toro. La cola por su parte era envuelta en tela y la colocaban doblada hacía la derecha, el lado positivo. En cuanto a los testículos y el escroto, se dice que también eran embalsamados.

Sin embargo, de ese embalsamiento se habla muy poco, aún más cuando estudiamos que ambas partes, tanto los testículos como el escroto del Buey Apis significaba algo muy importante relacionado con la fertilidad del animal dentro de la cultura. Cuando se concluía con la preparación de cada parte del cuerpo, se procedía a envolver 16 veces, debido a que 16 eran las partes en las que Osiris había sido cortado por Set.

En ese momento se procedía a realizar el llamado Rito de la Cara que consistía específicamente en transformar la cara del Buey Apis en la de Osiris. Cada parte de este arduo proceso de embalsamiento del toro estaba muy bien calculado y cada paso dado tenía su significado e importancia, al igual que los instrumentos que eran usados como las telas, vasijas, entre otros utensilios.

Una vez que terminaba todo este largo y minucioso proceso y transcurridos varios días, el Buey Apis era colocado dentro de su féretro, siendo previamente colocado y amarrado minuciosamente sobre un tablón y colocaban un bloque de madera debajo del pecho y otro debajo de la cabeza. El féretro significaba en sí a Osiris y era considerado un instrumento que aseguraba la resurrección del animal.

En ese féretro se tenía la costumbre de dibujar pilares Dyed, símbolos de Osiris, tanto al frente como en la parte trasera. Además era cubierto con una tela de color rojo y una azul. El rojo se le asocia al Apis con el sol mientras que el azul simboliza un poco la resurrección. En el féretro también era colocada una cesta con granos, que hacía alusión al renacimiento de la vida. Por último, un sarcógrafo untado con aceite.

Cuando el proceso de embalsamamiento había terminado, se procedía a anunciar a los fieles. Para eso se solía rasgar un lienzo de lino, el cual era mostrado por un sacerdote y comenzaba así el proceso de lamentos por parte de todos los dolientes y fieles. La historia de esta tradición revela que el féretro era colocado en el interior de un santuario de madera.

Cada una de las partes del cuerpo que fueron extraídos del Buey Apis y colocados en vasijas especiales también acompañaban al féretro en su viaje. El recorrido del féretro iba con dirección hacia el Lago de Abusir, una vez que llegaba a orillas del lago, el féretro era embarcado en un barco de papiro, acompañándolo otros barcos en donde se trasladaban los sacerdotes y las imágenes de Isis, Neftis, Horus y Thot.

Cuenta la tradición que ese viaje del féretro a través del lago era una clara representación de la lucha entre Osiris y Set y entre Ra y Apofis. Durante todo el recorrido se acostumbraba los Nueve Libros Sagrados que eran leídos en voz alta de la siguiente manera:

  1. Ritual del Viaje del Primer Día
  2. Protección de la Barca Sagrada
  3. Protección de la Barca.
  4. El plan de la Cara.
  5. Glorificación de Osiris
  6. Protección de la Barca Sagrada
  7. Guardián de la Custodia
  8. Buena Fortuna
  9. Abertura de la Boca.

Una vez que culmina el viaje por el lago, el Buey Apis era nuevamente trasladado a la Tienda de la Purificación que recordemos había sido construida con la entrada al oeste (muerte), por donde entraba el cortejo y una salida al este (resurrección), por donde salían, terminando los ritos que ahí se llevaban a cabo. Era en este proceso donde se le regresaban la facultad de ver y hablar, facultades indispensables para hacerse oír y ver en el juicio.

Cuando se terminaba ese ritual, el toro Apis era regresado a la Casa del Embalsamamiento. El animal hacía su entrada por la Puerta del Horizonte, la que el sol iluminaba, para reafirmar su resurrección. En ese momento, un sacerdote del Nilo lanzaba en ese momento una teja, posiblemente una teja en la cual se habría asentado su nacimiento y que representaba la esperaba resurrección del Apis.

Aquí podemos notar la relación que siempre ha tenido el Buey Apis con el Nilo, de hecho, en muchas ocasiones se le llamó Dios del Nilo, posiblemente porque ambos representaban la fertilidad. Después de eso, llegaba el último día del proceso, es decir, el día setenta después de su muerte. Allí el Buey Apis finalmente era enterrado en medio del duelo nacional.

El féretro, que según versiones pesaba bastante, era arrastrado por parte del ejército, en compañía del faraón y del pueblo. El féretro era trasladó hasta el Serapeum, en donde finalmente era enterrado y podía descansar en paz el animal después del largo proceso tras su muerte. Allí se realiza una serie de rituales, no tan conocidos como los anteriores, pero sí con alta importancia.

De acuerdo a la cultura en Egipto, se solía sacrificar un buey en medio de las ceremonias funerarias. El sacrificio de animales se realizaba básicamente con la finalidad de presentar una ofrenda al dios. Este acto de sacrificio era acompañado por la quema de incienso, además de encender lámparas.

El Serapeum

En esta parte de nuestro artículo vamos a hablar un poco sobre el lugar donde se le daba descanso al Buey Apis una vez que pasaba por el largo proceso de embalsamamiento luego de su muerte. Este lugar, donde finalmente era enterrado el toro recibía el nombre de “Serapeum”, considerado un lugar de descanso para el animal.

De acuerdo a la historia y la cultura egipcia, el Serapeum estaba considerado como uno de los edificios más fascinantes del Valle del Nilo. Consistían en varias tumbas de impresionantes dimensiones las cuales formaban parte de un conjunto que contenía además, en su época final, un templo dedicado al Buey Apis, una avenida o dromo bordeado de esfinges y una capilla a la entrada del inmenso sepulcro subterráneo.

En las cercanías de cada uno de estos edificios se encontraba ubicado el impresionante templo de Ptah al igual que el templo para la madre del toro, el Iseum, recordemos que era costumbre enterrar la madre junto al toro muerto. Se cree que este templo fue descubierto en la década de 1970. En este lugar también hay varias tumbas dispersas y destruidas.

Se dice que en esos espacios habían estatuas de hombres con cabeza de Apis, de la época de Amenhotep III, probablemente tumbas individuales del toro sagrado. Hablemos sobre el templo de Apis, que de acuerdo a las investigaciones realizadas, era de la época ptolemaica. Este templo estaba compuesto de dos capillas, una de ellas de estilo griego y la otra al mejor estilo egipcio.

Destacaba una impresionante estatua de Apis elaborada con piedra y con restos de pinturas. La misma está puesta sobre una base y lleva las piernas del lado izquierdo hacia el frente. Sus dimensiones son 1.20 metros de altura, aproximadamente por 1.54 metros de largo y pertenece a la Dinastía XXX. Esta estatua se ubica actualmente en las instalaciones del Museo del Louvre.

La misteriosa necrópolis llamada “El Serapeum”, según historiadores, está excavada a más de 12 metros de profundidad y está compuesta de tres pasillos diferentes. El primer pasillo, identificado ahora como bóveda Greater, tiene una dimensión de 3 metros de ancho por 68 metros de largo y 4.5 metros de altura.

En pocas palabras podemos decir que el Serapeum de Saqqara, también llamado por muchos como Serapeum de Menfis, no es más que la necrópolis subterránea que se encuentra ubicada al norte de Saqqara, en las cercanías de la ciudad de Menfis. En este lugar era donde se enterraban los sagrados toros o Buey Apis. El nombre “Serapeum” fue dado por Estrabón, al asociar Apis a Serapis.

Tal y como se ha venido hablando a lo largo de este artículo, el Buey Apis y su adoración está documentada, de acuerdo a la Piedra de Palermo, desde la Dinastía I. Principalmente fue venerado en la ciudad de Menfis, mientras vivía como la encarnación del ka de Ptah, dios creador. Los entierros del Apis lograron un apogeo tardío.

Una vez que ocurría la muerte de un toro o Buey Apis, comenzaba un largo proceso y complicado ritual como pudimos conocer un poco más arriba. El cumplimiento de cada uno de los pasos de este ritual aseguraba que el animal pudiera renacer de nuevo. En su totalidad, estos toros sagrados fueron enterrados en sarcófagos que eran elaborados con bloques pétreos monolíticos.

Entonces podemos entender que el Serapeum no era más que el lugar escogido para enterrar a los toros sagrados de Apis. Este lugar fue cerrado en el año 2001 debido a varias filtraciones de agua y el movimiento de tierras que amenazaban con derrumbar el edificio. En septiembre del año 2012 el lugar fue reabierto luego de varios trabajos de restauración y que nos permite hoy en día recorrer sus espaciosos corredores subterráneos.

Se ha convertido en un lugar con gran valor histórico y cultural, tomando en cuenta que el Buey Apis se veneraba incluso desde la primera dinastía. Este toro fue la encarnación del dios Ptah en la tierra, mientras que su muerte se asimilaba a Osiris, el dios de la resurrección, convirtiéndose en Osiris-Apis y más tarde sería el Serapis de los griegos y romanos del cual hablaremos en la próxima parte.

La historia de este lugar nos indica que el mismo fue descubierto por Auguste Mariette en el año 1851. Para ese entonces, había encontrado referencias de un templo a Serapis en la célebre Geografía de Estrabón y en sus paseos por El Cairo pudo observar que algunos jardines de las casas estaban decorados con esfinges de piedra parecidas entre sí. Cuando preguntó su origen, todo apuntaba hacia Saqqara.

Mariette toma la decisión de ir hasta Saqqara y caminando por u complejo de la pirámide escalonada de Djoser, pudo encontrar una esfinge de piedra con la cabeza y las patas emergiendo de la arena. Compartió su experiencia con diversas personas y fue así como logró descubrir este lugar, considerado el descanso para el Apis después de su muerte.

Dioses relacionados con Apis

En esta parte de nuestro artículo vamos a hacer mención a la relación que tuvo el Buey Apis con otros importantes dioses de la cultura egipcia. Para nadie es un secreto que el Toro Apis logró tener un predominio clave, siendo un animal con características únicas y con connotaciones de fertilidad. El Buey Apis estuvo relacionado íntimamente con distintos dioses que conoceremos a continuación:

Hablar del Buey Apis y su relación con los dioses es hacer referencia obligatoriamente al dios Ptah, considerado como el dios principal y creador. También estuvo relacionado con uno de los dioses más importantes y relevantes del panteón egipcio como Osiris. Se le relaciona con el dios de las necrópolis “Sokar” y también con los dioses Horus y Atum. Conozcamos cómo fue la relación del Buey Apis con cada uno de estos dioses antes mencionados.

Primeramente hablaremos de la relación entre Apis y el dios Ptah, considerado por muchos como el dios más importante de Menfis (capital del Imperio Antiguo de Egipto). Si bien es cierto que fue el dios más importante, no fue el más antiguo debido a que para la época ya existía el dios Sokar. No obstante se cree que la presencia de Ptah está confirmada luego de la Dinastía I.

El dios Ptah está considerado como el creador del mundo luego de haber anunciado una orden de su corazón por medio de su lengua. Su corazón y su lengua hacían representación de la mente y las palabras, es decir, hubo una inteligencia y una voluntad que al unirse, dieron como resultado a los demás dioses, al mundo y todo lo que hay en él.

Por esa razón es que el dios Ptah está descrito como el más importante en Egipto y su cultura. Era la fuente del orden moral y ético por lo que se le identificó en muchas oportunidades como el “Señor de la Verdad”. La ciudad de Menfis llevaba el nombre egipcio de Hiku-Ptah que significa “La mansión del Alma de Ptah”. A este dios se le representó como un hombre pálido momificado, portando un enorme collar con un contrapeso en la espalda, llamado menat, símbolo de virilidad y fertilidad.

En las manos del dios, que junto con la cara, era lo único que salía del ropaje funerario llevaba dos cetro reales. Con el pasar de los años llegó a usar una barba cuadrada y sobre la cabeza un disco solar en medio de cuernos o plumas. Por mucho tiempo fue patrono de monumentos arquitectónicos, del dibujo, la escritura y las artesanías, “Supremo Jefe las Artesanías”.

El culto al dios Ptah fue el principal al menos mientras Menfis permaneció como capital, no obstante, éste declinó una vez que Ra, por medio de sus sacerdotes de Heliópolis, se puso a la cabeza de los dioses egipcios. En el Reino Medio, Ptah fue incluido en el ciclo de los astros y adquiriendo entonces el disco solar en la cabeza.

Estuvo asociado también con los dioses Sokar y Osiris, considerados como dioses funerarios, tomando parte de los ritos de resurrección, entre ellos, el de la Abertura de la Boca. El dios Ptah también tuvo presencia en Karnak desde el Reino Medio en un templo de madera, el cual fue reconstruido en piedra por Thutmose y luego fue embellecido por los Ptolomeos. El carácter espiritual de Ptah siempre prevaleció, por eso, su mismo heraldo el Toro Apis también perduró más de tres mil años de historia.

Otro dios relacionado con el Buey Apis fue el conocido como Osiris, descrito como el dios más popular en Egipto. Destacó por su impresionante arraigo dentro de la cultura egipcia, tanto así, que permaneció toda la historia egipcia. Historiadores aseguran que el éxito de este dios se debió a que el culto osiríaco daba respuesta a problemas más humanos que lo que podrían hacer los dioses relacionados con la creación del mundo.

Fue así que Osiris se convirtió en el dios más popular de Egipto. A él se le atribuye el logro de sobrevivir a la muerte y de ello hizo partícipes a los egipcios, quienes sentían verdadera obsesión por ella. Este dios era la vida tomada en el momento de la muerte. A pesar de no ser éste el dios directo del Nilo ni de la naturaleza, se le relacionaba mucho con aspectos como el sol y la tierra.

El dios Osiris fue altamente popular en egipcio porque ofrecía un mundo después de la muerte, es decir, otra vida en el “País de los Bienaventurados”. Una cosa importante era que, al final del Reino Medio, se le ofrecía a todos los hombres por sí mismo, no sólo como parte del otro mundo del faraón. Osiris está representado de la siguiente manera:

Un hombre envuelto en vendas blancas, con la cara negra (relación funeraria) o verde (poder de renovación). En ocasiones se le representa con la corona del Alto Egipto y en sus manos, cruzadas al frente, un látigo y un cetro. Vale recordar que la leyenda de este dios no es posible encontrarla de manera completa y detallada en ningún texto histórico egipcio.

Otro dios relacionado con el Buey Apis o el Toro Apis como también es conocido es Solar, considerado como el dios más antiguo de la necrópolis de Menfis, incluso más antiguo que el dios Ptah. Este dios existe desde épocas predinásticas, cuando sólo era un espíritu guardián de tumbas. Está representado con cabeza de halcón y descrito como “Venido del corazón y la mente como fuerza de Creación”.

El dios Horus también está relacionado con el Buey Apis. Desde épocas antiguas fue descrito como un dios bastante importante y éste surgió de la unificación de distintos dioses halcones. En la vida egipcia representó un lugar destacado debido a que fue dios dinástico y representó en el faraón, al dios en la tierra. Por último tenemos al dios Atum, creador de Heliópolis.

Otros toros sagrados

La historia nos enseña que el Buey Apis no fue el único toro sagrado que recibió adoración en Egipto. Ciertamente éste fue el más conocido en la historia, pero además de él, hubo tres tipos más de toros sagrados que conoceremos de manera breve en esta parte de nuestro artículo.

Por un lado estaba el Mnevis o Merur, el toro sagrado relacionado con Atum-Ra y llamado como “La Renovación de la vida” y con Osiris como Mnevis-Osiris-Unen-Nofer. Éste fue venerado en Heliópolis. Otro toro sagrado fue Bujis o Baj, el toro sagrado de Montu, venerado en Hermontis. Por último, el toro del dios Min, el cual fue venerado en Coptos y Jennis.

Serapis

Durante la época de los Ptolomeos, el culto al Buey Apis o también conocido como el Toro Apis sufre una transformación, aunque vale la pena aclarar que por esa transformación no dejó de ser importante, es decir, no perdió su valor o autoridad de toro sagrado. Para esa época existía un deseo clave entre las autoridades que gobernaban Ptolomeos y era unir en un solo ideal religioso a los egipcios y griegos.

Para lograr esa unión entre egipcios y griegos en un mismo ideal religioso, los gobernantes ptolemaicos se les ocurrió la brillante idea de crear un dios común entre ambas culturas, que tuviese características importantes de dioses principales de ambas culturas. El primero en introducir el culto al nuevo dios compuesto “Serapis” fue Ptolomeo I Soter (304 a.C)

De acuerdo a la historia, este rey tuvo un sueño en donde visualizó una impresionante estatua de un dios, la cual le ordenaba llevarla a Alejandría. Era la primera vez que este rey observaba un dios de tales características por lo que decide describirlo a su canciller Sosibius, quien le dijo que ciertamente había una estatua con esas descripciones en Sinope, en el Mar Negro, colonia griega.

Luego de varias conversaciones y negociaciones entre el rey y los habitantes del lugar antes mencionado, se logra trasladar la estatua hasta la capital de Egipto. Algunos griegos señalaban que era Hades o Plutón, mientras que para los egipcios era Asar-Hap o Serapis. Hades era el dios del Inframundo, mientras que Pluto estaba constituido como el dios de la riqueza agrícola.

Para alcanzar la armonía total, el entonces rey tuvo que proceder a consultar eminencias en la materia como era el caso del griego Timoteo y el egipcio Manetón, ambos considerados expertos en temas relacionados con las teologías e cada uno de los pueblos.  Estos dos personajes se encargaron de aportar los elementos necesarios para lograr la armonía.

En un primer momento este nuevo dios, llamado Serapis, se le representó como un hombre parado con las piernas separadas, con cabeza de toro y sobre ella una luna creciente dentro de la cual había también una luna llena y arriba dos plumas. En el pecho de este hombre había un pectoral en forma de pilono con dos cobras y en las manos el mayas y el callado, dos insignias reales.

Con el pasar de los años el culto a este nuevo dios fue creciendo en gran medida, al punto de que se helenizó y pasó a convertirse en un dios típicamente griego, con barba y co una medida de cereal en la cabeza, y en ocasiones se le representaba con cuernos. Este nuevo dios también asimiló algunos elementos de Zeus, Helios, Esculapio y Dionisio.

De acuerdo a la cultura, este nuevo dios llamado Asar-Hap o Serapis, representaba los conceptos de la vida después de la muerte y de la fecundidad de la agricultura de Osiris y Apis. Cada uno de los dioses antes mencionados aportó su característica a este nuevo dios, por ejemplo, Zeus aportó su rol de dios supremo y soberano, helios su calidad de dios solar, Dionisio la fertilidad de la naturaleza y Esculapio su relación con la otra vida y poderes curativos.

Este nuevo dios “Serapis” también contaba con su propio templo el cual fue llamado al igual que el templo del Buey Apis como “Serapeum”. Este templo se construyó en el barrio de Rhakotis de Alejandría, lugar donde habitaban la mayor cantidad de los egipcios. El templo fue consagrado por Ptolomeo III Evergetes I, aunque en realidad fue construido por parte del arquitecto Parmenio.

El tiempo fue trayendo nuevas esculturas de este dios Serapis, por ejemplo, una de las más puras al estilo griego se realizó por parte de Briaxis y ésta logró sustituir a la escultura inicial. La historia nos revela que el culto hacia el dios Serapis se mantuvo principalmente entre los griegos, aunque después pasó a Menfis y a todo el reino. El culto permaneció hasta que el templo fue destruido en el siglo IV d.C.

El culto y la veneración al dios Serapis se fue extendiendo a otras latitudes, por ejemplo, a Delos, incluso desde un principio debido a que fue introducido en el 280 a.C por parte del sacerdote Apollonio I procedente de Menfis. Este sacerdote, cuenta la historia, que llevó consigo una péquela estatua de este dios y la colocó en su habitación.

Después, Apollonio III ordenó construir un templo y en él mandó a grabar una columna con toda la historia relacionada con el dios Serapis. De allí el culto a este dios pasó a Mileto, Halicarnaso y Atenas. A esta última ciudad llegó junto con Isis. Se cree que en los primeros años el culto era practicado por sociedades privadas, aunque en las islas y en Asia sí se hacía en público. En Atenas también se le adoraba en público para 200 a.C, donde incluso se le levantó un templo en su honor.

La adoración al dios Serapis se fue extendiendo también por todo el Imperio Romano. Revelan algunas investigaciones que allí fue hallado un templo dedicado a este dios, específicamente en la Britania Romana. Uno de los responsables de introducir el culto al dios Serapis en esta parte del mundo fue Septimio Severo (S.III d.C), sin embargo, el pueblo egipcio prefirió adorar a sus dioses tradicionales como Osiris, Isis y al mismo Buey Apis.

Para el 392 d.C, llega al poder Teodosio quien se encarga de anunciar varias medidas, entre ellas, la prohibición del culto idólatra. También da la orden se cerrar los templos paganos y se prohíbe el sacrificio de animales. En ese mismo año se procede a la destrucción del Serapeum de Alejandría por parte del patriarca Teófilo.

Vestigios

En esta parte de nuestro interesante artículo vamos a hablar un poco acerca de algunos vestigios relacionados con la existencia del Buey Apis. Lamentablemente faltan datos del Apis en varias épocas de la historia, pero hablemos en primer lugar del inicio de la época histórica. De dicha época solamente se tiene vestigios de la Dinastía I y II; del Reino Antiguo de la Dinastía V, del Reino Medio de la Dinastía XII y luego hasta el Reino Nuevo.

Del Reino Nuevo se tiene algunos vestigios como de la Dinastía XVIII y XIX; también del Tercer Periodo Intermediario de las Dinastías XXII, XXIII, XXIV y XXX. Por su parte de la Época Tardía hay vestigios de las Dinastías XXVII, XXX y XXXI, y por último, de la Época Ptolemaica. Históricamente se podría decir que esos son algunos de los vestigios que se tiene de la adoración del Apis.

Es importante hacer mención de lo que fue la Dinastía I. En ella se tiene registro del ostracon y el sello de la tumba de Hemaka que ya mencionamos en algún momento del artículo. Si hablamos de la Dinastía V, también diríamos que se tienen algunos vestigios del Apis, por ejemplo, la Piedra de Palermo que la cuenta de los festivales en honor al Buey Apis.

En la Dinastía XII también se tienen algunos vestigios, entre ellos, el hallazgo que se encontró en la tumba de Senbi, funcionario perteneciente al reino de Amenemhat I, una inscripción donde el muerto era identificado con el “…. Toro Apis quien está en el cielo, el cementerio, grande de cuernos”. Por su parte del Reino Nuevo también se tienen algunos vestigios que valen la pena mencionar.

Por ejemplo de la Dinastía XVIII se sabe que un Buey Apis fue enterrado en la época de Amenhotep III, debido a que este rey fue representado en un relieve dirigiendo esta ceremonia. También durante la época de Tutanjamón, se tiene vestigio de que un Apis fue enterrado en Menfis. En la Dinastía XIX también hubo registro del entierro de un Apis.

Una de las revelaciones o registros más contundentes que se tiene del culo hacia el Buey Apis lo encontramos en las tumbas del Serapeum y en los restos de Apis que se conservaron. Ambos hechos nos revelan la alta importancia y el impresionante valor cultural que tuvo este toro. También existe la mención que hizo Mariette del templo en el que se confirma la veneración de que era objeto el Apis.

Pero los registros del culo al Buey Apis no terminan allí pues en la Dinastía XXII con Shawshank III, también hubo existencia de adoración. En el año 28 de su reinado se registró la muerte de un Apis y el siguiente toro falleció en el año 2 de su sucesor, el rey Pami. Estos dos acontecimientos quedaron documentados en la “Estela de Pediese”.

En el reinado de Sheshonq V ocurre la muerte de otro Buey Apis, de 26 años de edad, específicamente durante el año de reinado número 31 del faraón antes mencionado. Es importante mencionar que muchos de los vestigios de la Dinastía XXII han sido encontrados precisamente en el Serapeum. En la Dinastía XXIV también se halló rastros del Apis, en el reinado de Bocchoris, cuando un Apis muerte a los 16 años.

Otro Buey Apis muere en la Dinastía XXV, específicamente en el año 24 del reinado de Taharqa, otro hecho que quedó inscrito en el Serapeum. Durante la Dinastía XVI quedaron documentos cinco Apis: El primero fue durante el reinado de Psamético I, cuando muere un Apis en el año 20 del reinado. La historia indica que ese rey ordenó construir un templo rodeado de columnas para que el Apis viviera cómodamente.

Después de la muerte de ese Apis vino un intermedio del cual no se tienen mayores detalles. Luego apareció un Apis nuevo, específicamente en el año 54 del mismo rey, dicho Apis murió en el año 16 de Nekau I, a los 16 años de edad. En ese mismo año se tiene vestigio de otro Apis, específicamente en el primer año del reinado de Psamético II. Ese Apis muere en el año 12 del faraón Apries cuando el animal tenía 17 años de edad.

También se habla del Buey Apis en plena conquista persa. Uno de los hechos más relevantes tiene que ver con Cambises, rey perteneciente a la Dinastía XXVII, quien con la idea de demostrar que el Toro Apis no era realmente un dios, procede a herirlo en una de sus piernas, para finalmente dejarlo morir desangrado. A pesar de no creer que era un dios, se dice que durante el reinado de Cambises, el Apis fue abiertamente adorado o al menos su culto fue respetado por este faraón, en cuyo reinado aparecen dos toros sagrados.

Luego de transcurrido el tiempo las versiones acerca de la actuación del faraón Cambises en torno al culto del Buey Apis fueron incrementándose, incluso hay quienes ponen en duda hipótesis que dan por asegurado que este rey no creía que el animal era verdaderamente un dios. El sucesor de este rey fue Darío, quien dona dinero “100 talentos de oro” para el Apis.

Durante la Dinastía XXX también existió vestigio del Buey Apis. Fue durante ese periodo cuando se procede a ampliar el Serapeum y embellecido, específicamente una orden llevada a cabo por parte de Nectanebo I y II. En la Dinastía XXXI, persa, Artajerjes, destruye muchos templos y autoriza el robo y la violación de los templos del Buey Apis, el cual es muerto y comido por el rey sus seguidores.

Fueron momentos difíciles en cuanto al culto del Buey Apis, sin embargo, la adoración hacia el Apis vuelve a tomar un impulso durante la Época Ptolemaica. En la Piedra Roseta se asienta que Ptolomeo V proveía de todo lo necesario al Apis, a Mnevis (otro toro sagrado del momento). Este rey solía además construir impresionantes templos forrados de platas para estos animales sagrados.

Fue precisamente durante le época de Ptolomeo V que se construyó en Alejandría un templo en donde consagran un Apis, dándole todo lo necesario y siguiendo el antiguo ritual al momento de su muerte. También existen algunos datos que revelan la existencia del Apis en las Épocas Romanas. Por ejemplo se tiene registro del hecho de Germánico (16 d.C)

Germánico era hermano de Claudio y en una de sus visitas a Menfis se dice que éste personaje romano acudió al sitio sagrado con la finalidad de consultar al Buey Apis como oráculo. En esa oportunidad la señal resultó negativa y al poco tiempo muere. Entrada la era Cristiana el culto hacia el Buey Apis continuó, siendo una de las costumbres más antiguas. Se cree así que el Buey Apis fue adorado de manera intensa por más de dos mil años.

Representaciones

Es momento de hacer mención a las diferentes representaciones que se realizaron del Buey Apis a lo largo y ancho de la historia. Se cree que las primeras representaciones del Apis, mencionadas anteriormente, se hicieron simplemente como un toro, tomando en cuenta que eran dibujos primitivos donde apenas se estaban desarrollando sus características propias. La representación del Buey Apis original no era más allá de un simple toro.

Con el pasar de los años la representación del Buey Apis fue cambiando y transformándose. Se dice que fue a partir del Reino Nuevo cuando se le agregó un disco solar entre los cuernos del Apis. En la Época Baja la representación del Apis que aparecía en algunos ataúdes era sencillamente la de un toro, llevando a la momia sobre su lomo, hacia la tumba.

La realidad es que existieron una impresionante cantidad de esculturas del Buey Apis que se hallaron a lo largo de todo el territorio egipcio y que dan muestra de las diversas representaciones que tuvo este animal sagrado para la cultura egipcia. Una buena parte de las representaciones alusivas al Apis son originarias de la ciudad de Menfis y Saqqara, especialmente del Serapeum, sede y necrópolis del Apis.

La mayoría de las representaciones o esculturas del Buey Apis hacían alusión al toro completo, de bronce y por lo general tienen un tamaño que va de pequeño a mediano, llegando a medir hasta 50 centímetros de altura. Estas representaciones de Apis tienen las piernas del lado izquierdo hacia adelante, apoyadas sobre una base, en la cual se pueden apreciar en algunas ocasiones inscripciones o escritos.

Hay un elemento que comparten cada una de las representaciones del Buey Apis que existen y es que el toro porta un sol y un ureo entre los cuernos y, poco más de la mitad, tienen pintado o grabado en el cuello un collar. En su lomo tiene una manta y en los cuartos traseros un escarabajo y un buitre alados. En la frente, estas representaciones aparecen con un triángulo blanco, recordemos que esa era una de las características que debían tener los toros vivos para ser considerados Apis.

Pocas representaciones o esculturas del Apis tienen incrustados en los ojos y en el triángulo de la frente plata o piedras semipreciosas. Aún más extraño son los casos de representaciones que tienen ojos humanos o soles alados pintados en la parte trasera, aunque hay que aclarar que sí existen esculturas con estas particulares características, aún cuando no con el común denominador.

A lo largo de la historia se han realizado infinidades de representaciones del Apis, pero hay un dato curioso en torno a las estatuas de bronce, que según algunos investigadores, se realizaban como recuerdos u ofrendas de un día especial, como era el caso de la gran fiesta de su presentación en el Templo de Ptah, cuando el toro, ya como Apis, era conducido a su nuevo mundo.

Este tipo de esculturas o estatuas de bronces representaban a un toro joven, lo que confirma que el Apis era llevado al templo a sus nueve meses de edad aproximadamente. Se cree que estas estatuas eran colocadas luego en los templos y una vez que el toro moría, se colocaba dentro de su sarcógrafo o en el Serapeum.

Existe un dato interesante relacionado con estas representaciones de bronce del Apis y es que las mismas, a diferencia de las estelas, no contienen fechas ni nombres, aunque hay algunas excepciones como una estatua de once centímetros de altura que se encuentra en la colección Alfred Czuzka de Viena y otra de 7.9 cm de altura situada en el Museo de Louvre.

También hay representaciones del Apis realizadas de piedra, por ejemplo, está la escultura que se encontró en el Serapeum de Saqqara, de 1.50 m de largo por 1.28 m de altura, de piedra caliza y con restos de pintura. Por otro lado está una segunda escultura de piedra encontrada en el Serapeum de Alejandría. Ésta es de piedra negra y mide aproximadamente 1.80 metros de altura.

Además de todas estas principales representaciones del Apis, también existen placa y discos de piedra y terracota en donde se le representa, pintado de negro y blanco. En ocasiones suele estar acompañado de Bes, dios secundario y de otros dioses. También es posible encontrar representaciones de Apis en joyería, en amuletos y hasta en armas.

Una buena parte de las representaciones del Apis se han encontrado en Egipto, sin embargo, fuera de ese territorio también es posible hallar una considerable cantidad de esculturas del Buey Apis, en su mayoría, hechas de bronce y con disco y ureo entre los cuernos. En su totalidad, estas representaciones son de tamaño pequeño y comparten las mismas características.

Algunas de las representaciones del Buey Apis fuera de Egipto las encontramos en Palestina, Siria, Grecia, Italia, Alemania e Inglaterra. La mayoría de estas esculturas tienen las mismas señas grabadas o pintadas que las que fueron encontradas en territorio egipcio, aunque también hay representaciones de piedra, sobre todo, cuando se trata de amuletos.

Sincretismo

La historia se ha encargado de revelar varios detalles relacionados con el culto y la adoración del Buey Apis. Ptolomeo I Sóter fue el responsable de introducir el culto a Serapis, conocidos como el dios sincrético. Este culto se hacía con elementos mitológicos griegos y egipcios. Se cree que la veneración a Serapis permaneció hasta el año 385, cuando algunos simpatizantes de cristianismo destruyeron el Serapeum de Alejandría, hasta que su culto fue prohibido por Teodosio I.

Tradiciones

Para nadie es un secreto que el Buey Apis está envuelto en una gran tradición y ritual, sobre todo, cuando se trata de su muerte. Siempre existió una tradición importante con relación a la muerte del Apis, que comenzaba por lo general con una ceremonia de celebración partiendo de la idea que muchos creían en que el animal renacería.

La tradición indica que los fieles y seguidores del Buey Apis tenían que guardar aproximadamente 60 días de duelo, mientras que el cuerpo del animal pasada por un arduo proceso de embalsamamiento, proceso que terminaba con el entierro del toro Luego de eso, los sacerdotes de Ptah buscaban al sucesor y una vez que lograban encontrarlo, comenzaba otra celebración por el nacimiento del nuevo Apis.

Es importante destacar que éstas no fueron las únicas celebraciones que se acostumbraban a realizar sobre el Buey Apis, considerado el toro sagrado más popular en la historia egipcia. En torno a este animal también existieron algunos mitos que vale la pena mencionar, uno de ellos relacionado directamente con el Rey Cambises.

Cuenta la leyenda que el entonces rey persa Cambises se encontraba bastante furioso debido a que los egipcios habían celebrado una fiesta el día después de que los derrotó en la batalla. Cuando conoció que la celebración se debía al nacimiento de un dios, exigió ver al dios de manera inmediata. Fue allí cuando le trajeron los Apis y él mismo mató al animal y luego de lo comió, siendo un verdadero horros para todos los egipcios.

No obstante, esta hipótesis puede llegar a perder cierto valor debido a que algunos registros egipcios revelan que el rey Cambises realmente participó en la ceremonia de reconcomiendo de los Apis. Lo cierto del caso es que ésta fue una de las leyendas más polémicas relacionadas con el Toro Apis y algunas de las principales autoridades para la época.

Otra de las más populares tradiciones que se tenía en el pueblo egipcio en torno al Toro Apis tenía que ver directamente con la muerte del animal. Como recordaremos, cuando moría un toro sagrado, el becerro que iba a ser el sucesor era buscado e instalado en el Apieion en Memphis. Desde allí comenzaba un exhaustivo proceso para dar con quien sería el toro sucesor del Apis muerto.

La tradición de Apis en cuanto a su nacimiento cuenta que éste había nacido de una vaca virgen, que al parecer habría quedado embarazada gracias al impacto de un rato de luna o un relámpago. La madre de Apis, de acuerdo a Strabo, tenía una parte del templo de los Apis reservada para su uso. La madre del dios toro era conocida como “Isis” en referencia a la antigua diosa madre egipcia.

Cuenta la tradición que tanto al dios toro como su madre se les otorgó el más sublime cuidado y que fueron alimentados con la más exquisita comida. Al santuario de Apieion solo era permitida la entrada de los invitados más honrados. Por su parte los reyes de Egipto tenían una ventana especial construida en sus palacios a través de la cual tenían la oportunidad de permitir en ciertas ocasiones que los egipcios vieran al faraón.

A lo largo de la historia hubo muchos festivales y rituales especiales donde se vio involucrado el Buey Apis. En estos festivales se desarrollaban rituales religiosos especiales. Entre una de las más populares estaba la llamada “Carrera del Toro Apis”, considerada como uno de los eventos más importantes de la historia. No se puede poner en duda el altísimo valor cultura que tenía el toro Apis y todo lo que involucra su culto y adoración.

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One Comment

  • Carlos Alberto Yrigoyen Forno dice:

    Muchas gracias por la prolijidad y el cuidado en el relato y en toda aquella información pertinente y relacionada con Apis. ¡Felicitaciones!